Somos conscientes de que tenemos
unas limitaciones físicas y que el ser humano no puede excederse en demasía sin
exponernos a malos resultados.
A pesar de ello, existe una
tendencia muy extendida a que somos libres para hacer o no hacer lo que
deseamos. Sin limitación alguna. Sin que nos importe los resultados de nuestras
acciones. Sin que nos importe si nuestros deseos crean importantes problemas,
sean espirituales, sean físicos, sean económicos, etc., etc., a el resto de
nuestros contemporáneos.
Por esto que se ha creado un
sistema que está presto a actuar ante cualquier emergencia, sea colectiva o
individual.
Pero nuestra civilización no
puede estar en todos los sitios a la vez. Por lo tanto debemos priorizar las
actuaciones de emergencia, sin poner límites.
Cualquier persona que quiera
conducir un coche, un barco, un avión o avioneta, o alas delta, o parapentes, o
simplemente nadar a contracorriente debe de hacerse un seguro para cubrir las
posibles desgracias de su acción individual.
Cuando tomamos un tren, un barco,
un avión tenemos un seguro que nos cubre las posibles desgracias más comunes.
Al igual que un autobús, un coche, alquilado o en propiedad.
Entonces : Porqué tenemos que
pagar todo el gasto que supone una aventura que emprende un ser humano por su
propia cuenta y riesgo y sale fallida, con un grave problema para su integridad
física o su muerte incluso ¿?
No fue él y solo él quien se
aventuró a una gesta muchas veces imposible ¿?
Porqué debemos de ser tan sumamente
responsables de la irresponsabilidad de alguien que quiso hacer algo sumamente
peligroso y lo hizo, pero que cuando le salió mal debemos de correr todos, con
los equipos de bomberos, helicópteros, ambulancias, policía, etc., etc. para
socorrerle, buscarle en sitios imposibles de localizar, pero todo ello con
cargo a los impuestos confiscatorios que nos imponen ¿?
Y luego si ha sobrevivido,
debemos de tenerle o mantenerle en un centro de hospitalización que sufragamos
entre todos nosotros ¿?
Se están dando demasiados casos
como este ejemplo para no tener que pensar en que nos está sucediendo.
Cuando una persona responsable
tiene un accidente de tráfico, los vehículos que circulan deben de tener un
seguro para cubrir los posibles accidentes que
se produzcan y es la compañía de seguros que se hace cargo de los gastos que
ocasione el accidente, su curación si hubo daños físicos, su rehabilitación, y
en caso de estados graves de invalidez se llega a tener una prestación (según
el tipo de seguro que tenga contratado el propietario del vehículo), o la
justicia hace responsable al conductor, quien debe de pagar los consiguientes
gastos al accidentado.
Pero en el caso de que uno misto
sea el responsable de haber sufrido un accidente, sin que haya un responsable
contrario. Que pasa ¿?
Pues que todos nos hacemos
responsables subsidiarios y a través de los impuestos, que nos sangran
constantemente, debemos de atender a la persona irresponsable que ha actuado de
forma tan alegre.
Si alguien sube y atraviesa una
cadena montañosa, se pierde, cae por un barrando, por una pared que escalaba, o
por un acantilado, debe de estar cubierto y todos los gastos que ello ocasione
deben de ser a su cargo, o de la compañía de seguros que haya aceptado el
riesgo. Pero no que todos seamos partícipes del gasto que su irresponsabilidad
nos ha generado.
Todos los que hacen deportes
llamados de alto riesgo, deben de ser conscientes de su elección. No pueden
alegar ignorancia. Nos debemos de proteger de quienes usan y abusan de la buena
voluntad de las buenas gentes que solo están para pagar sus gastos, los
generados por su accidentes, tales como uso de los medios de emergencia y
hospitalización.
Demasiados casos se están dando
de accidentes por parte de personas que desean ser distintas a los demás, pero
que cuando tienen un problema que ellos mismos se han creado, recurren siempre
a la masa de personas que les deben de socorrer y pagar sus gastos.
Si la administración tomara
cartas en este asunto, obligando a que todos los inconscientes que quieren
hacer algo sumamente peligroso a que suscribieran un seguro de accidentes, nos
dejaría al margen cualquier problema que ellos mismos se generaran. No como
ahora. Que debemos de pagarles todo con nuestros paupérrimos ingresos de
trabajadores, jubilados, etc., etc.
Si no suscriben los seguros
deberíamos tener claro que no se les puede atender debidamente y pasarles la
factura a ellos, a sus familiares, a sus amigos, a sus parejas, a sus hijos, a
sus nietos, etc., etc.
Que culpa tenemos quienes no creamos
estas situaciones ¿?
Es que por el hecho de haber
nacido ya tenemos que ser responsables de los irresponsables ¿?
Como es que cada año nos piden
más y más impuestos y sin embargo se gastan nuestros impuestos de una forma tan
fácil de obviar ¿?
Es más fácil mirar para otro lado
y pedirnos más y más dinero a todos los buenos ciudadanos que obligar a estos
malos ciudadanos a que sean responsables de sus actos.
Desde pequeños se nos dice :
Cuidado que no tropiéces y te caigas ya que te harás daño y tendremos que
llevarte al hospital. O, cuidado que no te caigas por un sitio que te puedas
hacer daño. O, vigila que no pase un coche cuando quieras cruzar una calle o
carretera. O vigila que no te caiga encima una maceta cuando andes por una
acera. Y tantas y tantas cosas que decimos a los pequeños para preservarles de
los peligros que nos acosan en cada esquina.
Pero cuando una ya es adulto
nadie le dice cuidado con … Pues entendemos que ya es maduro para darse cuenta
de los peligros.
Si fuéramos todos maduros y nos
diéramos cuenta de los peligros no tendría via argumental para escribir esta forma de crítica.
Todos seriamos conscientes y no
se producirían situaciones de malas opciones de nuestra vida.
Todos nos dejaríamos llevar por
un pensamiento que no nos dejaría llevarnos a situaciones de extrema necedad,
como las comentadas. Seríamos conscientes de no ser un problema para los demás
y haríamos todo por nuestra parte para facilitar una buena relación con los
demás ciudadanos.
Todos los gastos que se producen
cuando alguien tiene un accidente practicando deportes de alto riesgo,
atravesando montañas, lagos ríos, mares, o calles, o simplemente creando
situaciones de peligro para sí mismo,
sin necesidad alguna, sin que exista un causante o contrario (como definen los
seguros un accidente), debe de estar debidamente cubierto sin que recaiga los
gastos ocasionados por su mala forma de actuar a todos los demás ciudadanos que
sin culpa alguna deben de correr con los gastos que su proceder nos ha
ocasionado.
Ojalá que dentro de poco tiempo
no veamos más este problema en nuestro país.
El abuelo cabreado
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