martes, 24 de julio de 2012

ALI BABA Y LOS 40...O 4 MILLONES DE LADRONES!!!!


QUIEN ROBA A UN LADRON, TIENE 100 AÑOS DE PERDON

Lo dice un dicho muy popular, que : El que roba a un ladrón tiene 100 años de perdón. No me lo invento yo.

Y creo que la sabiduría popular es inmensamente certera en sus planteamientos. Como en el caso de éste ocurrencia tan arraigada en la ciudadanía española.

Este pensamiento viene a cuento por algunas de las ocurrencias que nuestro gobierno (sea de derechas o sea de izquierdas) nos están lanzando a nuestros oídos constantemente  :  Recuerdo las ocurrencias de nuestro anterior presidente que gobernó o desgobernó, en la última década.

Pero nuestros oídos están ya acostumbrados a otra de las citas populares  :  A palabras necias, oídos sordos.

En el refranero popular encontraremos miles de citas como las dos que he descrito.

Ahora salen los ministros del gobierno a decirnos que debemos de colaborar con nuestro gobierno para poder salir de la crisis ¿?

Una crisis que dura ya cinco años casi y no han conseguido otra cosa que estemos cada vez más al borde del precipicio económico, sin nada de ahorros (pues nos los estamos gastando en lo más necesario : En alimentarnos, en cuidar nuestra salud, en pagar las facturas de agua, de electricidad, de gas, en alquileres de nuestra vivienda, en IBI si la tenemos en propiedad, en todos y cada uno de los gastos necesarios para nuestra supervivencia, nuestra convivencia y nuestro devenir futuro.

Es que aún no colaboramos bastante ¿?

Es que solo cuando estemos pidiendo limosna en una esquina nos dejarán de atacarnos ¿?

Mucha Unión Europea y muchas instituciones internacionales, pero la verdad es que nos encontramos solos con nuestra mísera existencia.

Recientemente oímos y leemos que si no existiera tanto fraude por parte de la ciudadanía que se escaquea de pagar todos los impuestos que nos piden los gobiernos…, entonces se podría pagar todos los costes de sanidad, enseñanza, sin tantos problemas y que el estado del bien estar sería una balsa de aceite. Pero claro, por culpa de los defraudadores no se puede tener el estado del bien estar perfecto que nos vendían los anteriores gobiernos. Al menos el actual nos dice verdades. Aunque nos duelan.

Cuando se trata de defraudadores siempre se señala a los ciudadanos que incumplen alguna de la miriada de pagos con que nos asaetan los gobiernos.

Pero siempre se olvidan de que con nuestros impuestos viven miles y miles de políticos, sindicalistas, contratados, por todas las administraciones públicas, asesores, funcionarios y muchos y muchos más que viven a costa de los impuestos, con grandes subvenciones que merman la posibilidad de hacer una buena política en nuestro bien estar social.

Por esto es muy acertado el refranero que motiva este escrito.

Si se nos pide esfuerzos adicionales. Si se nos pide que no defraudemos en pequeñas cosas, si se nos pide que colaboremos en el bien del país. Si se nos pide que reduzcamos nuestros ingresos (sean del trabajo, de una merecida jubilación, de unos ahorros que acumulamos posiblemente ahorrando cuando percibíamos algún sueldo y con gran esfuerzo, etc., etc.), entonces  :  No es consecuente que se gasten nuestros impuestos de la forma tan alegre y en forma tan manirota  como están haciendo.

Que se apliquen el cuento y reduzcan los gastos tan elevados con que conviven todos nuestros representantes y toda la corte de gastones empedernidos,  sin necesidad alguna.

Los ciudadanos hacemos todo lo que nos manda el gobierno ¿?

Pero, el gobierno y todos los que viven de los impuestos que hacen ¿?

Siguen con sus gastos suntuosos. Muchas veces ineficientes e inútiles para la correcta administración del estado.

Siguen otorgándose subvenciones a todo aquel que está conectado de alguna forma a los que mandan en gobiernos, central, autonómicos, local, diputaciones, áreas metropolitanas, mancomunidades, etc., etc.

Muchos de los subvencionados están muy quejosos porque les han anunciado que dejaran de darles toda la subvención, entre otros los actores de la ceja, los del mundo de distracción y ocio, los de todas y cada una de las empresas creadas al calor de una subvención, los de cualquier centro dependiente de algún ministerio, de algún ente creado únicamente para cobrar la subvención, sin nada que hacer y que muchas veces no tienen ningún empleado.

Ya no digo si tienen razón o no los que incendian cada dia la calle.

No creo que los más desfavorecidos, los casi 9 millones de españoles que viven en el umbral de la pobreza, los parados, los que han tenido que cerrar sus empresas (más de 500.000 empresas han cerrado desde que empezó la crisis), en su mayoría autónomos, los que buscan su primer trabajo y los que lo buscan sin encontrarlo, sean los que incendian la calle.

Yo creo están muy preparados para la guerrilla urbana. Por lo tanto, no son simples ciudadanos que protestan. Habrá de todo, pero los que aparecen en los telediarios y periódicos más bien parece que sean los subvencionados que se quejan de la pérdida de su modus vivendi.

De ser todos los que malviven con las medidas del gobierno, serian muchos miles más. Por no decir unos 10 millones quizás.

Cuando alguno de los miles y millones de personas que viven alrededor de este entramado muy bien organizado, pero que nadie controla, de sueldos, dietas, todo pagado, subvenciones y más subvenciones , se le ocurre protestar porque cree que no tiene derecho a cobrar lo que cobra de todo este entramado, lo tachan de demagogo : Recientemente le pasó a un diputado nuevo en el quehacer de representación de la soberanía popular que dijo que renunciaba a cobrar algo más que el sueldo que tenía asignado como representante del pueblo.

Como ha pasado tradicionalmente con los representantes del pueblo a los que alguien les reprocha utilizar nuestros impuestos para viajar gratis total por el mundo, o viajar en clase bussines en los aviones, o asistir solo a los plenos para cobrar las dietas, en casos como los eurodiputados que solo pasan por el parlamento a dejar constancia de que han ido y se vuelven rápidamente a su casa, pero cobrando dietas claro está, hay tantos y tantos que solo quieren salir elegidos para darse la gran vida a costa de nuestros impuestos, que solo podemos decir lo del refrán. Refrán que lo dice todo muy explícitamente.

Los ciudadanos mientras tanto se van quedando sin apenas poder respirar, mientras ellos respiran un millón de veces más alegremente con nuestros impuestos. Malversando los fondos y  los dineros de todos.

Se impone unas medidas drásticas a todo aquel que quiera vivir de la política, de los sindicatos, se las subvenciones, en definitiva de nuestros impuestos. Esta demasiado extendida la creencia que expresó muy bien una ministra del anterior gobierno : Que dijo que el dinero público no era de nadie. Si no era de nadie, porque nos lo roban de nuestros bolsillos y lo malgastan tan alegremente ¿?

Tendremos que inventar nuevos refranes para definir estas aptitudes tan arraigadas en nuestra clase política. El pueblo es sabio y sabrá encontrar las palabras que definan esta forma tan poco ética de actuar. Que yo diría casi rayana a las mafias internacionales y como no la  tan importante mafia siciliana.

Todo lo escrito sirve para diferenciar de forma penal si cabe al gran defraudador del estado que manejando miles de millones y defraudando todo lo que puede (que serán miles de millones también) ha de recibir todo el peso de la Ley. Pero en lugar de eso, todos los gobiernos optan por concederles las llamadas amnistías fiscales (las llamen como les llamen para disfrazar la realidad). Mediante el pago de un irrisorio 10% (otras veces ha sido un 1%, y han habido distintas formas de realizarlo y con distintos porcentajes de pago), los defraudadores se han encontrado con que su dinero, a pesar de haber sido incrementado al no pagar impuestos, sin ni siquiera pagar lo mínimo que pagamos todos los cumplidores con el fisco, se les ha lavado la cara y ya es dinero legal o blanqueado.

 Pero claro, estos tienen infinidad de medios para defraudar y es más cómodo y más efectivo buscar al que no ha pagado el IVA de una factura de poco importe. Este que no se escape.

Cuantos y cuantos de estos grandes defraudadores salen cada día a la luz ¿?

Muchos más de los que aparentemente lo son ¿?

Pero muchos menos de los que realmente lo son ¿?

Por último me acuerdo del refrán : Hecha la Ley, hecha la trampa.

Es por desgracia lo que sucede desde tiempo inmemorial. Cuando sale una ley ya hay quien cree tener la manera de soslayarla y se complace en probar su efectividad. Trasladando el sistema a todo aquel que quiere defraudar.

Sino, haber que pasa con los políticos y funcionarios que han hecho o colaborado en la redacción de leyes fiscales : Dejan su profesión y se pasan a bufetes de abogados y/o asesores fiscales. El mundo está lleno de ellos.

Incluso hay leyes que específicamente desarrollan su articulado para beneficiar a determinados sectores tanto empresariales, como sindicales o políticos.

La conclusión es determinante :  Las leyes y su aplicación debe de ser igual para todos, incluidos los antes nombrados.



El Abuelo cabreado


No hay comentarios: