viernes, 6 de julio de 2012

AVANZAR. RETROCEDER. REVOLUCIONAR. ESTA ES LA CUESTON



Nunca he sido alguien implicado en los sistemas políticos.

Nunca he considerado que debamos de ser partícipes de las decisiones que nos afectan a todos.

Nunca creí que llegaría a pensar y a transmitir estos pensamientos.

Creo que el deterioro político ha llegado a un límite muy difícil de traspasar sin tener que padecer en nuestras carnes lo que nos imponen.

Espero que el mundo que se nos presenta no sea tan destructivo como nos quieren hacer creer.

Quiero que nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros biznietos (si los hubiera) pudieran pertenecer a nuestra civilización sin tener que sonrojarse de lo que hicieron sus ascendientes.

Creo sinceramente que es una misión imposible, dado lo que día a día nos están demostrando quienes deberían poner todo su empeño en resolvernos la forma de vida de todos nosotros (que para esto les votamos y les pagamos su sueldo), que no son capaces de llevarnos por un camino correcto y eficaz.

Cuando duermo, cuando estoy despierto, cuando pienso, cuando sueño, cuando creo en las cosas que siempre han sido y que hoy ya no son, me entra una especie de sopor por lo que pudo haber sido y no fue.

No es nuestra culpa.

No es que los seres humanos debamos ser dioses.

No es que podamos ser mejores de lo que somos.

No es que no seamos conscientes de lo que nos sucede.

Es que la condición humana no está preparada para afrontar los retos que se nos están poniendo en nuestra efímera vida terrenal.

La alternativa no está nada clara.

Debemos de avanzar en nuestra civilización ¿?

Debemos de retroceder ¿?

Debemos de crear una nueva revolución para seguir siendo nosotros mismos ¿?

Cuando escucho los telediarios, las noticias, los opinadores, los tertulianos, etc., etc. me digo a mi mismo : Como hemos podido caer tan bajos en nuestra propia estima y hemos dado cancha a toda esta gente que nos quiere manipular. Y lo consiguen.

No hay nada que nos obligue a seguir escuchando todo lo que nos están entrando en nuestro cerebro. Pero es una fuerza más fuerte que nuestro intelecto la que nos hace seguir viendo y escuchando sus zafias preguntas, sus zafias contestas o sus zafias formas de manipularnos, hasta el extreme de que nos giran el cerebro hacia donde nos quieren llevar.

Volviendo al tema de este comentario, creo que sin una revolución del sistema no saldremos de nuestra falsa utopía.

Si avanzamos, ya sabemos lo que nos espera : Más de lo mismo.

Si retrocedemos ya sabemos lo que nos espera : El pasado.

Si nos revolucionamos. Que nos espera ¿?

No lo sabemos.

Pero siempre será mejor que lo anterior.

Hubo en el pasado dos grandes revoluciones : La Francesa y la Rusa.

No es cuestión de recrear de nuevo las revoluciones a la vieja usanza, pero sí que es importante tener presente que sin un vuelco sustancial no saldremos del espiral o bucle informático en que nos encontramos.

Cuando el sistema actual se está hundiendo, solo queda que nuevas mentes, nuevos seres activos, nueva savia se le permita acceder a los resortes del poder para mejorar y poner de nuevo en funcionamiento un sistema absoleto y sin futuro. Nuestros hijos y nietos deben de aportar su granito de arena para que la vida siga y sea mejor de lo que les dejamos nosotros.

No tenemos que compadecernos de lo que hemos hecho.

Tenemos que reconocer que no ha sido del todo perfecto y que quizás las nuevas generaciones lo harán mejor que nosotros lo hicimos.

El común del ciudadano no ha sido protagonista de descalabro actual.

Pero si ha sido el gran perjudicado.

Votamos en nuestra democracia al personaje erróneo y así nos ha ido.

Solo podemos que pedir que el de ahora sea más eficiente y nos saque de este marasmo en que nos han metido.

Lo tiene difícil. Pero es en la dificultad cuando se reconoce a un héroe. A un forjador de imperios, a un ser normal que hace lo mejor para sus contemporáneos. Para hacer lo que haríamos todos no hace falta votar a nadie en concreto.

En mi juventud no viví en democracia y siempre nos vendieron que en democracia viviríamos como seres humanos. Es humano que la mitad de un país esté en el paro ¿?. Es humano que la mitad de gente que esté en el paro sean jóvenes de menos de 30 años ¿?. Es humano que no tengamos posibilidad de pagar nuestras hipotecas y nos quiten nuestra vivienda ¿?. Es humano que no podamos vivir de nuestro trabajo con sueldos de miseria ¿?. Es humano que nuestros jóvenes no estén suficientemente educados, a pesar de que nos hemos gastado en la educación pública todos nuestros ahorros ¿?. Es humano que solo puedan vivir (y vivir muy bien por cierto) todos los afiliados a partidos políticos, a sindicatos o a las ONG s al uso ¿?. Es humano que no se pueda vivir de una pensión ganada por años de trabajo honrado ¿?. Es humano que seamos la última escoria que cagó pilatos en el concierto europeo y mundial ¿?. Es humano que no podamos tener un futuro como cuando éramos jóvenes los viejos actuales ¿? . Es humano que  nos reduzcan cada vez más los sueldos de quienes trabajn y las pensiones de quienes ya no podemos trabajar ¿?. Es humano que nos estén diciendo constantemente que es culpa de todos de lo que está pasando ¿?. Es humano que vivan tan ricamente quienes nos han llevado a este estado comatoso ¿?.

 Es humano tantas y tantas cosas que nos han destruido como nación, país o colectivo de personas que tienen un futuro común ¿?.

Según los políticos sí que es humano.

Mientras ellos se refocilan con su estatus de impunidad, nosotros estamos en el limbo, en el infierno o en el máximo exponente de la pena capital.

Algo debe de tener que cambiar. Por las buenas o por las malas. No es posible seguir con estos supuestos de que todos somos malos y los políticos son los buenos.

Quienes han consentido en que se deteriorara de forma tan nefasta nuestra convivencia ¿?

Quienes son los que nos empujan a desear cosas imposibles de conseguir ¿?

Quienes tienen toda la culpa de lo que nos sucede ¿?

Según los políticos somos nosotros. La ciudadanía que ha vivido por encima de las posibilidades de cada uno.

Según el sentir popular : Nos han destruido los mismos que nos decían que todo lo hacían por nosotros, cuando en realidad nos destruían sistemáticamente. Todos los gobiernos deben su poder al pueblo que les votó, en democracia. Si no son capaces de dar al pueblo lo que este les demanda al votarles : deben de dimitir.

Pero claro : Quien es el personaje que renuncia a los sueldos, a las prevendas, a los palacios, a los coches, a los chóferes, a los guardaespaldas, a los secretarios, al ejército de funcionarios que han colocado sin tener trabajo para ellos y que viven de nuestros impuestos, en muchísimos casos que son sus parientes y amigos, a los honores de ser los que mandan, los que están por encima del común de los mortales, los que con una llamada nos mandará a la policía, al ejercito, a sus espias, a sus colaboradores, a sus confidentes, etc., etc. para detenernos y llevarnos al fin de nuestros días entre rejas.

Cuando alguien dijo una vez que Montesquiu había muerto ( un personaje importante del gobierno surgido de las elecciones de 1.982) no pensamos que se había puesto coto a la tradicional triología de poderes del estado surgido de la revolución francés. Pero así ha sido.

Desde entonces, el poder judicial es una pata más de los políticos de turno.

No tienen independencia para juzgar.

Siempre están supeditados al poder el ejecutivo. Cuando debería de ser al revés.

Si exisistiera de verdad una separación de poderes no habrían tantas y tantas sentencias judiciales de inspiración política. El fiscal general sería realmente independiente.

Pero a los que mandan no les interesa lo más mínimo que los jueces y fiscales sean independientes. Quizás entonces realmente les fiscalizarían y les haría ser realmente gobernantes a favor del pueblo. Como sucedía hace miles de años en la Grecia clásica.

Hoy ya no interesa nada la democracia al estilo de la Grecia de entonces : No tenemos a un Pericles, a un Aristóteles, a un Agamenón y Clitemnestra, o a unos Argonautas.

Nosotros tenemos un González, un Rubalcaba, un Aznar, un Suarez, un Calvo-Sotelo, un Zapatero, un Rajoy, etc., etc.

No hay comparación posible a nuestro favor.

Quizás con el tiempo (medido en cientos o miles de años) nos equiparemos a los clásicos. Pero lo dudo, por más que pasen los años no lograremos este milagro. No es nuestro programa existencial.

Cuando un país toma el camino de la derrota como ha tomado nuestro país, antes llamada España, no tiene ninguna posibilidad de un retorno a sus esencias. Es un caso imposible de solucionar. Solo si los políticos quisieran el bien del país sería posible retornar a nuestra senda de crecimiento y de posible felicidad en la ciudadanía. Mientras tengamos a nuestros políticos actuales no existe futuro claro para nosotros. Es muy triste. Pero es así de claro.

Volviendo a nuestro inicio : Si no es posible avanzar y solo estamos que retrocediendo. Qué nos queda pues ¿?

Dejo el interrogante para que cada uno saque sus conclusiones.


El abuelo cabreado

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