La gran incógnita de nuestro
mundo es simplemente si vivimos o morimos despacio.
Para que venimos a este mundo,
sin que nadie nos pregunte si queremos venir ¿?
Nacemos, crecemos, procreamos y
morimos, sin posibilidad alguna de cambiar nuestro destino vital.
Solo así se prolonga la vida
sobre la tierra. Tanto de seres humanos como de animales y plantas.
Algunos seres humanos creen que
son dioses. Se encumbran hasta el Olimpo y se derrumban cual monigote de barro
a las primeras lluvias de otoño e invierno.
Algo de esto lo hemos vivido una
y un millón de veces en nuestra corta vida.
Grandes personajes se encumbran
ascendiendo al cenit de su vida, usando a los demás mortales de soporte para ir
subiendo peldaños en su carrera ofensiva, usándonos de pilones de piedra/carne
para ascender raudos.
Algo de esto lo vemos cada día.
El caso más reciente es el de un
tal Hugo Chávez Frías.
Se creyó llamado por los dioses para convertir
a toda Sudámerica a su religión bolivariana.
De un país rico en petróleo uso y
lo destrozó.
Se convirtió en el dios que
regalaba el maná a todos los habitantes del hemisferio sur americano. Y de
otros muchos enclaves mundiales. Con el fin exclusivo de comprar voluntades
para su egolatría infinita.
Empobreció a su gran y
maravilloso país (Mucho más empobrecido
ahora, que cuando él hizo su golpe de estado fallido y se presentó con engaños
de buen samaritano a sus primeras elecciones.
Que ganó. Con el clásico engaño a las masas empobrecidas de cualquier país
: Yo os daré lo que os quitaron los anteriores presidentes. Luego ha habido alecciones amañadas en varias
ocasiones, pero ya no le importaba : Mandaba. Y todos le obedecían sin
rechistar). Pobre del que no lo hiciera.
Dejó casi sin oposición a su
gobierno. Cerró los periódicos y las televisiones que le criticaban. La
televisión estatal tenía programado todo el día a su : Haló, Presidente Chávez.
Recientemente reformó la ley de
leyes de Venezuela : El sería su presidente en los próximos 30 o 40 años. No
había nadie que le pudiera sacar de su poltrona presidencial. Craso error el
suyo.
Pero los designios del señor son
inescrutables y le ha llamado antes de lo que él pensó.
Si hubiera sido consultado por
dios, seguro que le hubiera intentado comprar con unos cuantos millones o miles
de millones de Dólares o Euros, o cualquier otra moneda en que tenga su fortuna
amasada con los catorce o quince años de mandar en el país.
Si en esta vida hay algo
equitativo es en el momento de morir. Todos, sean ricos que han atesorado
grandes fortunas. Sean personas que han vivido con gran fervor religioso. Sean
personas canallas. Sean asesinos, delincuentes, o grandes o miserables vividores de la política.
Todos. Todos, debemos de rendir cuentas ante
el ser supremo el día menos pensado. Algunos ni se enteran y en cambio otros
sufren y sufren lo indecible antes de expirar. Por algo será.
La muerte nos iguala. Nadie es
más o menos que otro ser. Todos terminamos igual. Convertidos en polvo. A menos
que hiciéramos como los antiguos egipcios y nos embalsamaran y momificaran para
la posteridad.
Este ejemplo de Chávez puede ser
el más cercano. Pero existen millones de personajes en la Historia Universal,
que han entrado en la misma gracias a sus instintos criminales, a sus instintos
agresivos, a su apetencia de fortuna a costa de los demás. Sin pensar ni por un
momento de que a todos nos llega nuestro San Benito algún día.
Está lleno de ejemplos que nos
deberían de hacer recapacitar si estamos actuando individualmente bien. O por el
contrario, estamos errados.
Tenemos nuestra mente
estructurada para ser como somos y poco podemos hacer para cambiarlo. Pero es
necesario que intentemos tener un dominio más fuerte de nuestra mente para
desterrar las malas ideas, las malas actuaciones en contra de nuestros
congéneres, las malas formas de educar y mentalizar a las nuevas generaciones.
Sin un cambio a nivel universal
de nuestra mente no podremos ver mejoras en nuestra vida en común. Tenemos que
esforzarnos en que todos juntos, como una piña, nos movamos para redimensionar
nuestra convivencia, desterrando las malas prácticas que nos atenazan y nos
ahogan.
La vida es sin lugar a dudas un
camino. Una ruta por la que debemos de transitar ineludiblemente.
La incógnita es el final de este
camino.
Existe el final de este camino¿?
O es un bucle interminable de reiniciar otra vida cada vez ¿?
Existen teorías para todos los
gustos. Y pueden existir millones de teorías más, por poco que nos esforcemos
en intentar dislumbrarlas.
Tendremos otras vidas en otras
dimensiones ¿?
En otros mundos. Tal vez ¿?
O solo es una entelequia de
nuestra mente ¿?
Cuando vemos todas las religiones
existentes hoy en día y tantas otras que existieron en tiempos pasados, desde
que el ser humano camina sobre la faz de la tierra, nos convencemos de que el ser
humano ha necesitado siempre el creer en algo. Si no cree en nada solo le queda
que la nada más espantosa.
La nada es imposible de imaginar.
Nos volveríamos locos si la intuyéramos. La nada es algo parecido al instante
antes del gran Big Bang que inició el Universo.
Cuando transcurre nuestro periodo
de vida ( Sea corto o largo), estamos capacitados para hacer o no hacer lo que
debamos para caminar y vivir. Pero algunos logran grandes logros, traducido a
grandes fortunas y otros viven miserablemente su vida.
Indudablemente que es mucho más
difícil, por no decir, casi imposible, el conseguir amasar una gran fortuna por
medios normales y lícitos, sin perjudicar a terceras personas, a los amigos,
familiares y conocidos.
También existen personas que
siendo íntegras y viviendo en consonancia con las buenas prácticas económicas,
logran destacar de entre la masa y consiguen algo de bienestar para su vida.
Luego existen la gran mayoría de
personajes diabólicos que se apropian de los pobres que les circundan para
crearse un imperio de poder y dinero : Estos son los políticos.
Para ellos no existen atajos
legales y éticos para conseguir fortuna y poder, si no es a base de engañarnos
a todos y que les votemos. O como el caso comentado de Venezuela, que hagan que
les voten con artimañas engañosas. O como muchos otros casos con golpes de
estado cruentos.
Nadie que tenga una gran fortuna
resiste la investigación de su procedencia.
Hace años que las grandes
fortunas se habían cimentado en el contrabando. Hoy las grandes fortunas
proceden de intoxicarnos a la mitad de la población con narcóticos que matan a
quienes los toman.
Últimamente han sido las mafias
las que se han apropiado de estas formas de adquirir grandes fortunas.
Pero lo peor es que ya no existe
freno y todos los políticos se han apuntado a vivir tan ricamente de los
impuestos que nos ponen para dejarnos sin respiración.
Cada día sabemos de varios
políticos, funcionarios o sindicalistas,
que se han otorgado grandes sumas de dinero público ( O sea : De nuestros
impuestos pagados coactivamente por todos nosotros), pera las cosas más
pintorescas. Becas, viajes todo gratis, cursos de formación inesistentes,
subvenciones que se otorgan a los amiguetes y a las empresas creadas únicamente
para cobrar la subvención, pero sin tener ninguna actividad y con un solo
empleado (Que es del partido o sindicado que concede la subvención).
Si todo el dinero que se han
apropiado los políticos y sindicalistas fuera posible reclamárselo, al
conseguir que lo devolvieran seriamos la primera potencia mundial,
económicamente hablando.
Pero quien puede ponerle el
cascabel al gato ¿? Nadie es capaz. Todo el mundo mira para otro lado. No
existe justicia humana que lo consiga.
Es por esto que digo al inicio de
este escrito, que todos terminarán igual. Los corruptos, delincuentes y
estafadores y las buenas personas que nunca han delinquido ni estafado.
No es justo.
Quienes han destruido a todos
deberían de padecer grandes males, grandes enfermedades, y recibir un castigo
infinito por su mala leche arruinándonos a todos los demás.
Algo así como el padecido por el
tal Chávez.
El abuelo cabreado
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