El sexo os hará mejores": así funcionaba la "secta" del mayor caso de pederastia en España
■La sentencia describe a Fernando Torres Baena, condenado a 302 años de prisión, como un "depredador sexual"
■Utilizaba "como cebos sexuales" a su propia mujer, María José González, y a la monitora Ivonne González, también condenadas.
■"Bajo el paraguas de supuestas concentraciones deportivas, se desarrollaron durante al menos los últimos 15 años auténticas orgías", dice la sentencia.
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La sentencia dictada este viernes por la Audiencia de Las Palmas no solo corrobora que un gimnasio de kárate de Gran Canaria albergó la mayor trama de pederastia jamás descubierta en España, sino que, además, relata los mecanismos que la convirtieron durante dos décadas en una "cuasi secta sexual".
La sentencia, de 199 folios, dictada este viernes por los magistrados Salvador Alba y Carlos Vielba, que describe cómo se comportaba la "pirámide de abusos" construida por Fernando Torres Baena, un deportista de prestigio internacional en su especialidad, admirado e idolatrado por sus alumnos.
Deja al descubierto que detrás del prestigioso "sensei" había un "depredador sexual", que trataba de imbuir a sus alumnos desde la más temprana edad su particular filosofía para satisfacer sus deseos y organizar con ellos todo tipo de orgías.
Y, para lograrlo, no dudaba en utilizar "como cebos sexuales" a su propia mujer, María José González, y a la monitora Ivonne González, condenadas, como él, a penas centenarias.
Algunos extractos de la sentencia
Estos son algunos de los extractos de la sentencia:
"Se ha dicho en este proceso que Torres había creado una cuasi secta sexual. Y es cierto. Ya lo hemos visto y lo hemos reflejado en esta sentencia. Horas y horas de entrenamiento con la única finalidad de que hubiera el mínimo contacto posible con el mundo exterior".
Hablaban a los niños de las grandezas de mantener relaciones sexuales de todo tipo, de cómo les haría mejores personas y karatekas de éxito"Las víctimas eran sometidas desde temprana edad a largas charlas de contenido sexual, impartidas por el acusado Torres Baena, y en ocasiones por María José e Ivonne González. En estas charlas, los acusados hablaban a niños de las grandezas de mantener relaciones sexuales de todo tipo, de cómo eso les haría mejores personas, mejores luchadores, karatekas de éxito, y no dudaban en ponerse a sí mismos como ejemplo claro".
"A estas charlas sexuales tenemos que unir el hecho de que los acusados se presentaban a los alumnos y víctimas como su propia familia. A unos les declaraban su amor, como por ejemplo sucedió con Ruth (nombre supuesto de una víctima) y la acusada María José González. A otros les decían que sus padres no eran nada, que ellos les entendían de verdad, que sus padres pasaban de ellos".
"El carácter cuasi sectario del entorno, el evidente abuso de la confianza depositada por sus alumnos, el ataque atroz e indiscriminado a esa confianza, a la libertad e indemnidad sexuales de la víctimas, lleva a este tribunal a penar con dureza tales hechos, que merecen la más absoluta repulsa penal".
"Este tribunal no puede dejar de exhortar al legislador para que considere la agravación de las penas previstas para supuestos como el que hoy juzgamos. Es cierto que el bien jurídico protegido es eminentemente personal, la libertad e indemnidad sexual de las personas. No obstante, no podemos ser ciegos o sordos a lo que en este proceso se ha probado".
Una pena de triple finalidad
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