martes, 26 de marzo de 2013

MIENTRAS HAY VIDA HAY ESPERANZA...



El hallazgo en Afganistán de un ex soldado soviético vivo acrecienta la búsqueda de otros casos



rafael m. mañueco @rafael_manueco / corresponsal. moscú
Día 25/03/2013 -

Antiguos combatientes de aquella guerra mantienen la esperanza de encontrar a sus compañeros desaparecidos


abc
 .
Bajretdín Jakímov


Pese a que ya han pasado más de 33 años desde que comenzó la invasión soviética de Afganistán, se siguen encontrando con vida soldados que fueron dados por desaparecidos. El último caso ha sido el de Bajretdín Jakímov, hallado el pasado 5 de marzo en la localidad de Shindand, en la provincia afgana de Herat (oeste del país). Por eso, el llamado Comité para los Asuntos de los Combatientes Internacionalistas (KDVI) no tira la toalla y se propone intensificar la búsqueda de los otros 263 militares que aun siguen desaparecidos en el país centroasiático tras la guerra que se prolongó entre el 27 de diciembre de 1979 y el 15 de febrero de 1989.

El KDVI fue creado en 1992 sobre la base del existente en la época soviética. Lo dirige actualmente el general Ruslán Áushev, que tomó parte en la campaña afgana y fue unos años presidente de la república norcaucásica de Ingushetia. Incluyendo a Jakímov, el comité de Áushev ha logrado encontrar hasta ahora a un total de 30 ex militares soviéticos vivos y dos ya fallecidos. Se desconoce todavía el paradero de 263, lo que significa que el balance de más de 20 años de trabajos no ha sido precisamente espectacular.
Áushev reconoce que «la labor es muy dura». El principal obstáculo que impide el rastreo sobre el terreno es la «animadversión con la que los talibanes siguen contemplando a los ciudadanos de las antiguas repúblicas soviéticas, en primer lugar a los rusos». Las pesquisas requieren hablar con muchos testigos y según, el general ruso, «la gente no siempre está dispuesta a hacerlo».
Las cosas son algo más fáciles en las zonas de Afganistán bajo el total control del Gobierno de Hamid Karzai y de las tropas de la coalición internacional. Aun así, suele ser común que los antiguos soldados soviéticos prefieran mantenerse ocultos. Muchos de ellos desertaron y temen que todavía hoy podrían ser juzgados si regresan a sus países de origen. Otros cayeron prisioneros, pero se han llegado a asimilar con la población afgana hasta tal punto que no han sentido el menor deseo de cambiar el modo de vida.

Jakímov, que cuando fue hallado este mes estaba completamente irreconocible, con turbante y una larga y deshilachada barba, fue herido en combate y recogido por unos lugareños que le curaron. Sucedió en septiembre de 1980. Fue a parar después a un grupo de nómada, del que llegó a ser curandero. En Afganistán se le conoce con el nombre de Sheij Abdullah. Es oriundo de la ciudad uzbeka de Samarkanda y, tras su movilización, fue incorporado al Regimiento Motorizado 101.
La cifra de militares soviéticos que se quedaron en Afganistán tras la retirada de tropas se calculó entonces en unos 400. Más tarde se corrigió hasta algo menos de 300. De los 30 cuyo paradero fue establecido, 22 regresaron a sus países y sólo 8 decidieron permanecer en Afganistán. Uno de ellos sirvió en la guardia personal del líder mudyaidín, Ahmad Shaj Massud, y otro también como guardaespaldas del señor de la guerra, Abdul Rashid Dostum. Jakímov no ha tomado todavía una decisión sobre su futuro. Pese a las dificultades, el KDVI se propone seguir buscando desaparecidos.

LEER MAS...ABC

No hay comentarios: