La gran pregunta que nos hacemos todos los ciudadanos de este país llamado España, es sin duda si en este año de 2.012 aumentará el número de personas que están en el limbo llamado paro.
Debemos de ser crédulos en lo que nos dicen desde el gobierno recién estrenado, desde hace sólo menos de dos meses, pero evidentemente no podrán reconducir el poderoso magna que se ha formado en el volcán durante los ocho años anteriores por los gobernantes que ha regido nuestro destino, sin encontrar el camino de ponernos de nuevo en la senda de crecimiento que mantuvimos en los ocho anteriores a su gobernabilidad.
Pasamos de ser los mejores en todo.., a ser los peores en todo…, o tal vez aun peor : el hundimiento de nuestro sistema económico ha sido tan profundo que habrá que tener expertos en espeología para encontrar el camino de salir de estas cuevas de estalactitas y estalacmitas profundas en que nos han situado.
Pero vamos a nuestro tema : El aumento del número de parados.
Como si fuéramos marcianos, nos asaetan con esta pregunta. Cuando en realidad todo el mundo lo sabe. Si, es incuestionable que aumentará el número de parados en el año 2.012.
Analicemos porqué aumentará.
Un pueblo empobrecido como España por la gran prodigalidad que nos regaló el anterior gobierno no puede sostener más el tinglado institucional existente.
Cuando la administración, local, autonómica, central, con todos los centros de poder metropolitanos, de diputaciones, de empresas estatales, autonómicas, locales han sido un coladero de gastos innecesarios y un coladero de corrupción, contratando a miríadas de consejeros, de empleados y de funcionarios, cuya labor ha sido destruir nuestro tejido económico, y de otorgar millones y millones en subvenciones y gastos sin ton ni son, han dilapidado todo nuestro patrimonio ( como un hijo crápula, corrupto y sin nada de inteligencia para preservar lo que era de toda nuestra familia nacional).
Ahora toca adelgazar todo lo que artificialmente se engrosó durante estos ocho años de gran actividad destrozadora.
Lo que nos está ya sucediendo es una consecuencia lógica del despilfarro en que se incurrió.
Se han de reducir todos los gastos innecesarios, todas las subvenciones escandalosas, todas las inversiones que no son rentables y que nos aplastan como una losa de hormigón armado que se nos ha caído encima al derrumbarse el edificio ficticio que nos habían montado con falsedades y engaños.
Todos los sueldos escandalosos que cada día salen a la luz y que fueron una vía de pagar a todos los que estuvieran callados sin destapar la corrupción rampante que nos invadía.
Cómo no va a incrementarse el número de parados ¿?. Si la mayoría de los servidores públicos está sobredimensionando el empleo público que entre todos, trabajadores, jubilados, empresarios y cualquier ciudadano estamos pagando con nuestros impuestos, cotizaciones a la seguridad social y nuestra actividad humana.
Todo aquel que fue nombrado para un cargo sin tener nada que hacer debe de ser cesado de inmediato.
Las subvenciones han sido un coladero de gasto y corrupción.
Debemos de ser conscientes de que no hay más cera de la que arde y por tanto debemos de ser conscientes de que no podemos mantener el gasto tan elevado a que nos acostumbraron los distintos gobiernos de los últimos ocho años. Parece que actualmente ya se está tomando una consciencia clara de cual ha sido nuestro problema y se están aplicando los medios para intentar atajar el constante sangría de despropósitos a que nos tenían acostumbrados.
Es importante reducir, o si me apuras cortar totalmente, las subvenciones a partidos políticos, a sindicatos, a ONG sin nada que aportar a la sociedad, puesto que todas ellas son un coladero de dinero público (nuestros impuestos) en beneficio de quienes solo quieren que vivir y muy bien por cierto, de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo de cada día para seguir vivos y poder llevar adelante a nuestra familia, sin meternos en los follones en que se meten los que viven a costa nuestra.
Cualquiera con una pequeña parte de su celebro en activo puede darse cuenta de que todo el sistema de nuestra civilización es un engaño. Pero claro, no existe otro sistema y debemos cuidarlo, separando los granos de la paja para que realmente nos sirva a los ciudadanos para un avance en nuestra civilización y no como ha sucedido ahora, en un retroceso de nuestras expectativas de vida en común cada vez más frustrante.
Estos últimos ocho años ha sido como un árbol que se seca y ya no puede dar frutos. Debe de ser empeltado con un injerto que lo vivifique de nuevo y vuelva a florecer y dar sus frutos.
Todos y cada uno de las sanguijuelas que nos han estado chupando la sangre deben de ir a engrosar el número de parados. Por pura lógica platoniana.
Cuando todos se queden sin las subvenciones habrá unas colas de paro impresionantes.
Las empresas que han cerrado (más de 400.000 ), en su inmensa mayoría no habrían cerrado si los gobernantes hubieran sido personas cualificadas y no simples chupones de la sangre de nuestra sociedad.
Todos los trabajadores de estas más de 400.000 empresas estarían hay trabajando y cobrando un sueldo y podrían mantener a su familia y podrían pagar las hipotecas de sus pisos y los créditos de sus compras de coches, electrodomésticos, muebles, ajuar doméstico, ropa, comida, colegios, medicinas, etc., etc.
Pero claro hubo un iluminado que nos dejó exaustos con su pretensión de cambiar nuestro modelo productivo. Cerró un sistema sin haber previsto la creación de un nuevo sistema productivo para sustituirlo y mantener la necesaria costumbre de comer que tenemos los humanos.
Si los ciudadanos de España pudieran comer cada día de su trabajo, alguien cree que estarían estas colas en los comedores sociales de organizaciones humanitarias como Cáritas ¿?.
Como es posible que un gobierno esté tan ciego que no vea las colas que se forman en dichos comedores, en las oficinas del INEM, con la masa cada vez más numerosa de parados, o con los grupos de necesitados que se ponen en las esquinas esperando a las furgonetas de las organizaciones humanitarias que les distribuyen un poco de comida en forma de bocadillos para que mitiguen su hambre de justicia social.
Ahora todos los políticos que mandaban hasta hace poco más que dos meses se ponen con el grito en el cielo contra los que acaban de entrar a dirigir los destinos de nuestro país, con imprecaciones, con malas palabras, con descalificaciones malsonantes. No será que todo ello lo están haciendo para autoflagelarse a sí mismos ¿?. Que han comprendido que todo es culpa de ellos mismos por su falta de rubor político y por sus cerebros licuados que les han jugado una mala pasada.
De no ser así no estarían armando tantos problemas al nuevo gobierno.
Porqué los sindicatos no abrieron la boca en los ocho años antes de hoy ¿?. Solo intentaron un amago de huelga general que les salió cutre, sin nadie que les secundara.
Pero ahora es distinto. Ya no gobiernan en España por el voto popular de los ciudadanos que estaban ya artos de los gobiernos anteriores y votaron un cambio de personas para que reorganizaran el maleficio que nos atenaza y se consiguiera con el tiempo enderezar de nuevo la economía por la senda del crecimiento económico y a continuación por el crecimiento social una vez enderezado el endamiaje en que se sustenta dicho crecimiento social.
Pero está claro de que las fuerzas con que contaban los anteriores gobiernos no dejarán nunca de socaban los posibles aciertos del nuevo gobierno. Emplearan todas sus buenas o quizás malas artes en conseguir que la ciudadanía no permita al nuevo gobierno poner coto a los desmanes del anterior.
Sin una lucha constante por hacer las cosas bien no es posible conseguir que los ciudadanos vean a quien deben de seguir para conseguir de nuevo un bienestar en su vida.
Cuando actualmente, día sí y otro también nos hunden en un proceso de deterioro de nuestra convivencia cívica, es muy difícil conseguir salir del hoyo, de la caverna troglodita a que nos hemos visto sumergidos por todos los temas antes citados.
Por todo ello, solo nos queda que decir lo de nuestros abuelos : Que Dios nos coja confesados.
El Abuelo cabreado
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