un joven de 21 años muere mientras jugaba un partido benéfico en Alicante
El chico, que sufrió una parada cardiorrespiratoria, iba a ser operado en breve para recibir un marcapasos
 31.03.2013



borja campoy alicante Estaba en el vestuario del Rico Pérez esperando a que terminaran de llegar los jugadores del Hércules cuando dos futbolistas del cuadro blanquiazul, Paco Peña y Diego Rivas, alertaron a Jeroni Llorca. El médico llegó corriendo al Pitiu Rochel, donde se encontró sin pulso a Alejandro Benito. Comenzó a masajear su corazón en un intento desesperado por salvarle la vida. Ahí comenzaron 50 minutos "interminables" para Llorca, un tiempo que le dejó "agotado físicamente y destrozado mentalmente"."He hecho todo lo que he podido por recuperar al chico, es mi deber como médico. Lo he rescatado en un par de ocasiones, su corazón ha llegado a latir", comentaba ayer Llorca con un tono de voz que delataba su tristeza por los hechos que le tocó vivir durante la mañana. "Acabé tan mal que le pedí permiso al Hércules para ausentarme del entrenamiento. No tenía fuerzas para nada", añadió el galeno blanquiazul. "Cuando he llegado al pabellón ya había colocado al chico en la posición lateral de seguridad. El SAMU ha venido pronto pero a mí me ha parecido una eternidad. Cuando hacer algo así y salvas la vida es para estar contento. En estas circunstancias tan difíciles sólo puedo decir que he hecho lo que debía", añadió. b. c.alicante

Una irresponsabilidad que derivó en una tragedia para teñir de luto un torneo benéfico que iba a disputarse ayer en el pabellón alicantino Pitiu Rochel. Alejandro Benito Marhuenda sufría problemas de corazón. De hecho iba a ser operado de una cardiopatía la próxima semana, según le confirmó un pariente suyo a Efe. En la operación quirúrgica le iban a implantar un marcapasos.
El joven, de 21 años, no debería haber jugado. Habría evitado su prematura muerte. Alejandro Benito se desplomó sobre el parqué del Pitiu mientras jugaba a fútbol sala. Acababa de sufrir una parada cardiorrespiratoria. El médico del Hércules, Jeroni Llorca, y los servicios médicos del SAMU estuvieron 50 minutos luchando por salvar su vida, en un periodo de tiempo que describieron como "interminable". Su esfuerzo resultó estéril.
La víctima tomó partido de un torneo benéfico organizado por Zona Hércules, web que sigue la actualidad del conjunto blanquiazul. Su equipo tenía que disputar el encuentro inaugural de la competición deportiva que ayer iba a acoger el Pitiu. El choque comenzó a las 10.30 horas. Cuatro minutos después se desplomó Alejandro Benito, dando paso a unos momentos repletos de tensión en el interior del recinto.
Los médicos que seguían su caso habían avisado al joven de que podía hacer una vida normal hasta que se sometiera a la operación quirúrgica. "Incluso estaba autorizado para hacer deporte sin realizar grandes esfuerzos", apuntaron fuentes de la organización del torneo. Algunos familiares apuntaron que le habían recomendado no disputar el campeonato pero Alejandro Benito desoyó estas recomendaciones y decidió participar por su cuenta.
"Parecía una simple caída"
Apenas se habían cumplido cuatro minutos de partido cuando cayó al suelo. Uno de los participantes relató cómo fueron los primeros instantes: "Al principio pensábamos que se trataba de una simple caída. Vimos que sus compañeros lo pusieron de lado y creíamos que era para ayudarle a levantarse. En ese momento nos dimos cuenta de que también estaba sangrando". A las 10.35 se llamó desde el interior del pabellón al servicio de emergencias. Un cuarto de hora después llegó una ambulancia del Samu.
Tras el luctuoso hecho se sucedieron las escenas dramáticas en el Pitiu. Familiares y allegados a la víctima fueron acercándose al pabellón, que previamente había sido desalojado por la policía. Se fueron repitiendo los abrazos y las lágrimas mientras una pregunta flotaba en el ambiente: ¿Por qué había decido Alejandro Benito tomar el riesgo de jugar si era consciente de los problemas cardiacos que padecía Después de que el forense procediera al levantamiento del cadáver los alrededores de la instalación deportiva fueron despejándose de curiosos.

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