Ya hace muchos años que las
vacaciones no han sido para nadie tan prioritarias como lo fueron en el pasado.
En mi caso es así de claro. Ya hace años que inicié mi periodo de jubilación,
por lo que ya no son tan necesarias.
Sin embargo, siempre nos gusta a
mi esposa y a mi tener unas horas de visita a las zonas más cercanas a nuestro
hogar y que son consideradas como estivales por estar en contacto con nuestro
mar Mediterráneo.
Este año hemos paseado por algunas
de las poblaciones de nuestra costa y hemos podido constatar que no estamos ni
mucho menos en nuestros mejores tiempos de asistencia de veraneantes.
No sé como estarán las
poblaciones costeras del resto de playas, tanto del mar nuestro como del Cantábrico, pero por lo que se publica en
periódicos no creo que estén mejor de ocupación que la que tenemos aquí.
Todos los profesionales con que
he podido contactar no han lanzado las campanas al vuelo. Más bien se han
quejado del poco consumo que se está produciendo. Son visitas esporádicas que
no aportan casi nada a la industria de la hostelería en general.
Veremos que nos dirán las
calificaciones oficiales, pero se nota la poca posibilidad de nuestros
compatriotas para el consumo, al revés que en años precedentes.
Se nota que todo el mundo está
preocupado por nuestro más próximo futuro : Tendré trabajo en la empresa cuando
vuelva de vacaciones ¿? O, nos habrán preparado uno de los muchísimos eres ¿?
Me quedaré sin empleo y sin prestación de parado ¿?
Todo nuestro entorno está muy
preocupado. Como no lo vamos a estar todos nosotros ¿? Nos quitarán el trabajo
¿? Nos quitarán o bajaran las pensiones ¿? No tendremos de que comer más pronto
que tarde ¿?
Es una preocupación que no se da
en todos los ciudadanos por igual.
Existen privilegiados que no les
afecta lo más mínimo.
Hay muchos miles o millones de
ciudadanos que tienen su trabajo blindado. No les puede despedir ni dios.
Otros están ligados a chollos de
los partidos políticos, de los sindicatos y de contactos siempre o casi siempre
fraudolentos.
Nuestro país se ha caracterizado
siempre en que quien dispone de buenos padrinos no tiene nada que temer.
Siempre tendrá un buen sistema de ganarse la vida, aunque sea con fraude de ley
o con fraude sin paliativos.
Cuando van maldadas, como es el
caso actual, no tenemos demasiada posibilidad de seguir teniendo unas
vacaciones exitosas.
Miremos sino a las personas más
representativas de nuestro país. Ninguno de los que siempre se pasaban unas
vacaciones de gran gasto, de gran disfrute, de gran repercusión mediática ya no
salen. Están desaparecidas este año.
Nadie sabe donde están. Donde
pasan sus vacaciones. Donde disfrutan de las inmerecidas vacaciones, puesto que
son inmerecidas si no dan golpe en todo el año. Digo yo.
Unos por no poder permitirse el
gasto que supone pasar las vacaciones en un sitio fuera de nuestro hogar. Otros
por no saber lo que les aguarda al regreso de las vacaciones. Otros por estar
ya en el paro y pensar que no seguirán cobrando las exiguas prestaciones. Otros
porque han tenido que cerrar sus empresas de autónomos, o de pequeña o mediana
empresa, porque nadie les da trabajo y si se lo dan no logra cobrar, como es el
caso de miles de empresas que han realizado un suministro o unas instalaciones
en casas, edificios y centros de la administración central, de las autonomías,
de los centros de poder político como ayuntamientos, diputaciones, áreas
metropolitanas, consejos de organismos territoriales, en carreteras, centros
educativos, centros sanitarios, o de sindicatos y todos sus edificios y grandes
obras sociales .
Por todo esto y mucho más estas
vacaciones han sido muy penosas. Suerte que se ha terminado el periodo de
vacaciones en nuestro país. Ya no podremos pensar en lo que nos encontraremos.
Ya nos lo habremos encontrado.
Pronto empezará el rosario de
desgracias que nos darán a través de los medios de comunicación, por indicación
de los centros oficiales, de los distintos gobiernos autonómicos o del propio
gobierno central.
Solo pido que nos den todas las
noticias desagradables de golpe y no nos estén dando cada día una de ellas,
para que no nos coja un paro cardiaco. Pero quizás es mejor todas de golpe y el
que no la palme de entrada se salvará de los males futuros que entraña el que
te den cada día un susto enorme.
Dentro de pocos días se producirá
el inicio de la vida escolar.
Nos debemos de prepara el
bolsillo para pagar los libros, el material y los clásicos mínimos de ropa,
bambas, etc.
Si a ello sumamos las subidas de
todos y cada uno de los servicios municipales, de necesidad, además de los
nuevos costes de los suministros de agua, electricidad, gas ciudad, butano,
gasolina para el coche, moto, etc., etc. nos espera un trauma de gran
dimensión.
Si alguien está libre de estos
problemas es que no es un trabajador normal y corriente : Es uno de los
privilegiados que siempre sobreviven a todas las desgracias posibles o que
trasladan sus problemas a los demás, vía impuestos o vía cotizaciones
obligatorias.
Cuando hayan pasado los primeros
días y podamos tratar este tema con más propiedad, ya será tarde. Si te has
gastado el poco dinero posible en tus vacaciones te darás cuenta que mejor
hubiera sido guardarlo, pues no esperes que te den un crédito para organizar de
nuevo tu vida durante este año.
Nunca deberemos confiar en que se
apiadarán de nosotros ni los bancos ni los gobiernos. Necesitan muchísimo
dinero y solo lo pueden obtener de nosotros con impuestos confiscatorios que
permitan darles a los bancos dinero estatal para que no deban cerrar su negocio
y el estado deba de pagarnos a los ciudadanos lo que pudiéramos tener en una
cuenta bancaria, que tal como están las leyes nos garantizan hasta un máximo de
100.000 euros a cada depositante en un banco.
Tal como están los bancos que se
les están retirando grandes cantidades de dinero, no creo que se les pueda
pedir nada de dinero a crédito. Bastante problema tienen para seguir en el
negocio.
Bueno. Espero que podamos seguir
con nuestra pequeña vida como ciudadano de este país, sin tener que renunciar a
todo lo que ya hemos renunciado, como es el tener seguridad de poder seguir
viviendo en la miseria que nos han dado.
El abuelo cabreado
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