Mr Lucky, el hombre que regala
sobres de 1.200 euros para que se usen para una buena acción
Por Thomas
Castroviejo | Gaceta trotamundos – mié, 22 ago 2012
Esta cruzada
por financiar el bien en el mundo no es una farsa publicitaria ni un arrebato
de extravagancia de un millonario recluso, sino la decisión razonada de un
hombre que tenía demasiado dinero. Hace poco, Mr Lucky accedió a dar su
única entrevista, al británico Daily Telegraph y allí contó su historia. Cómo
había trabajado durante años en una empresa de seguros. Cómo había ganado más
dinero del que podía necesitar. Cómo cada paga extra le dejaba más y más
indiferente. Dimitió. "Pensé en reservar un vuelo al espacio,
por aquello de satisfacer un sueño de la infancia", recuerda. "Pero
cuando se lo dije a mis amigos, la conversación cambió a qué harían ellos si
tuvieran tantísimo dinero. Entonces sentí vergüenza: sus ideas era más
interesantes que las mías".
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Así que Mr
Lucky canceló lo de irse al espacio y decidió empezar un nuevo proyecto,
titulado We Are Lucky. La premisa es básica: ir dando 1.000 libras esterlinas
(Londres es la ciudad en la que más veces se le ha visto aunque ha estado en
más países) a la gente para que hagan algo bueno con ellas. Sale por la calle y
va buscando candidatos. Esa chica que le devuelve al empresario el iPhone que
se le ha caído por la calle, por ejemplo. O esa camarera cuyo marido está
enfermo de cáncer y quiere comprarle cosas para aliviarle el dolor. Les da
un toquecito en el hombro, o entra en sus bares, o da pistas en su cuenta de
Twitter de que dónde va a estar, y les da el sobre. "Les fotografío, les
hago un pequeño cuestionario sobre sus esperanzas y qué harán con el dinero. Y
les dejo ir".
"La
gente me pregunta por qué no entrego todo el dinero a una organización
caritativa. Y suena a tontería, pero recibo placer al contarle mi proyecto a
los desconocidos", explica. "Me inunda un sentimiento de
felicidad cuando les doy el dinero y ellos se lo dan a la caridad". Eso,
parece ser, es lo que está buscando. No hay más. No hay una ideología que
quiera transmitir, ni un plan para hacerse famoso (de hecho, se niega a que se
sepa su propio nombre). Solo está comprando ese sentimiento a base de contratar
a desconocidos para que sean ellos los que hacen el bien. "Quiero
compartir mi responsabilidad, no mi suerte", remacha.
Claro que
transmitir una responsabilidad no es exactamente responsable. No hay pruebas
de que el dinero se esté usando para el bien. "Ni las necesito",
contesta Mr Lucky. "Se lo dejo a ellos. No voy a juzgarles ni hacerles
seguimiento. A veces basta con creer en la gente".
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