OPINIÓN
Cataluña: Una historia para no creer…
José Oneto
Es una historia más de las millones que forman parte de la tragedia que están viviendo cientos de miles de familias al borde de la exclusión social y, también, el ejemplo del comportamiento de muchos políticos, alejados de los problemas de la ciudadanía e incapaces de valorar el sufrimiento ajeno, al tiempo que derrochan el dinero en subvenciones sin sentido, en informes que no sirven para nada o en campañas puramente partidarias.
La historia la ha contado la Cadena Ser. Afecta a una anciana ingresada en un centro hospitalario catalán ya la que se le ha comunicado la retirada de la pensión no contributiva de 104 euros mensuales que recibe, por tener alojamiento y comida en el centro sanitario en el que está siendo tratada de un ictus cerebral desde el pasado mes de diciembre.
Además, la Generalitat le exige que devuelva el importe de los dos últimos meses que ha cobrado la pensión, ya que, según una ley aprobada por el tripartido catalán, toda persona que vive en un centro público, sea sanitario, residencia o carcelario, no tiene derecho a recibir ninguna pensión no contributiva, porque se considera que ya está viviendo a costa del Estado. El marido, operado dos veces de cáncer, y con una pensión mínima que le obliga a realizar una sola comida al día, ha solicitado pagar la deuda a razón de diez euros mensuales.
La explicación de la sorprendente historia que ha dado el consejero de bienestar social de la Generalitat, Josep Lluís Cleries, es para no creer: hay que aplicar la ley para dar ejemplo ya que una Administracccion debe dar cuenta de que “el dinero que recibimos lo gastamos bien”.
Y eso lo dice el miembro de un Gobierno que, este año, ha aumentado el gasto en altos cargos, que se ha negado a eliminar ningún tipo de consorcio, que no ha empleado la tijera para las políticas de fomento del catalán, ni ha cerrado una sola representación de la Generalitat en el exterior, al tiempo que sigue manteniendo una Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3 y Catalunya Radio) que le cuesta 260 millones de euros, mientras aumenta las subvenciones para el doblaje de las películas en catalán.
La Ley que se aplica a la historia de esta anciana, que por lo visto es un ejemplo para la Generalitat de algo que “no se gasta bien”, según el razonamiento del consejero Cleries, fue aprobada y puesta en marcha por el gobierno “progresista” del tripartito catalán de José Montilla.
El mismo que se gasto cientos de miles de euros en informes sobre “La evaluación de la población del pescado azul”, sobre el “Estudio, factores, y manejos del cultivo de la chufa”, el “Estudio sobre plantas aromáticas, trufa negra y pastos de los Pirineos” o sobre el “Seguimiento de la concha brillante”… El mismo que utilizó seis millones de euros para repartir entre casas regionales de todo el mundo para el fomento del catalán, así como para entidades deportivas como la federación de bolos o la de fistball. El departamento que más dinero movió fue el del vicepresidente Josep Lluis Carod Rovira, entre otras razones porque era el encargado de abrir embajadas y delegaciones en el exterior que en la época del tripartito vivió su mayor etapa de esplendor.
leer mas.... Repubica.com
La historia la ha contado la Cadena Ser. Afecta a una anciana ingresada en un centro hospitalario catalán ya la que se le ha comunicado la retirada de la pensión no contributiva de 104 euros mensuales que recibe, por tener alojamiento y comida en el centro sanitario en el que está siendo tratada de un ictus cerebral desde el pasado mes de diciembre.
Además, la Generalitat le exige que devuelva el importe de los dos últimos meses que ha cobrado la pensión, ya que, según una ley aprobada por el tripartido catalán, toda persona que vive en un centro público, sea sanitario, residencia o carcelario, no tiene derecho a recibir ninguna pensión no contributiva, porque se considera que ya está viviendo a costa del Estado. El marido, operado dos veces de cáncer, y con una pensión mínima que le obliga a realizar una sola comida al día, ha solicitado pagar la deuda a razón de diez euros mensuales.
La explicación de la sorprendente historia que ha dado el consejero de bienestar social de la Generalitat, Josep Lluís Cleries, es para no creer: hay que aplicar la ley para dar ejemplo ya que una Administracccion debe dar cuenta de que “el dinero que recibimos lo gastamos bien”.
Y eso lo dice el miembro de un Gobierno que, este año, ha aumentado el gasto en altos cargos, que se ha negado a eliminar ningún tipo de consorcio, que no ha empleado la tijera para las políticas de fomento del catalán, ni ha cerrado una sola representación de la Generalitat en el exterior, al tiempo que sigue manteniendo una Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3 y Catalunya Radio) que le cuesta 260 millones de euros, mientras aumenta las subvenciones para el doblaje de las películas en catalán.
La Ley que se aplica a la historia de esta anciana, que por lo visto es un ejemplo para la Generalitat de algo que “no se gasta bien”, según el razonamiento del consejero Cleries, fue aprobada y puesta en marcha por el gobierno “progresista” del tripartito catalán de José Montilla.
El mismo que se gasto cientos de miles de euros en informes sobre “La evaluación de la población del pescado azul”, sobre el “Estudio, factores, y manejos del cultivo de la chufa”, el “Estudio sobre plantas aromáticas, trufa negra y pastos de los Pirineos” o sobre el “Seguimiento de la concha brillante”… El mismo que utilizó seis millones de euros para repartir entre casas regionales de todo el mundo para el fomento del catalán, así como para entidades deportivas como la federación de bolos o la de fistball. El departamento que más dinero movió fue el del vicepresidente Josep Lluis Carod Rovira, entre otras razones porque era el encargado de abrir embajadas y delegaciones en el exterior que en la época del tripartito vivió su mayor etapa de esplendor.
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