M. RAMÍREZ / J. G. GALLEGO
Bruselas / Madrid
Grecia pagará una factura social sin
precedentes para sanear la deuda
que la ha situado al borde de la bancarrota.
El primer ministro, Yorgos
Papandreu, apeló ayer a un «nuevo
patriotismo» basado «en la dedicación
al esfuerzo y el sentido del deber
» que acabe con una política
económica cimentada sobre las
trampas estadísticas y el gasto desmedido.
Esto significará, traducido
a la semántica presupuestaria, una
rebaja del 16% en los sueldos públicos,
un recorte de las pensiones superiores
a los 600 euros mensuales,
el incremento del IVA del 19 al 23%
y el aumento del 10% de los gravámenes
sobre el alcohol, el tabaco y
los hidrocarburos.
A cambio, los ministros de Finanzas
de la UE acordaron ayer aportar
80.000 de los 110.000 millones
que costará el rescate durante tres
años. A España le corresponderán
casi 9.800.
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