martes, 4 de diciembre de 2012

TRINCONES A GOGO


SOMOS UN PAIS DE TRINCONES NATOS (O , NEONATOS. NO NACIDOS DE MADRE)

Trinca el padre. Trinca la madre. Trinca el hermano. Trinca la hermana. Trinca el hijo. Trinca la hija. Trinca el cuñado. Trinca la cuñada. Trinca el tío. Trinca la tía. Trinca todo dios. Trinca el diablo. Trinca el ángel. Trinca el no nacido. Trinca el nacido. Trincan los trincones de siempre. Trincan los trincones de nunca jamás. Todos trincan y nos trincan cada vez más.

Este es el país de las mil y una noches. De las mil y un día. De los millones y millones de trincones natos.

Quien esté libre de trincar que se suba a los cielos.

Quien esté libre de trincar que nos digo como lo ha hecho para vivir en este mundo de trincones.

Es nuestro sino.

No podemos evadirnos de los trincones. Son millones y millones y nos ahogan a todos.

Pero que hemos hecho dios mío para merecer este castigo ¿?

Solo hemos hecho que nacer de nuestros padres en un país de trincones.

Deberíamos haber preguntado en el Olimpo antes de nacer : Donde nos solicitan nuestro nacimiento ¿? Si es unos padres que nos quieren y pertenecen como habitantes a un país trincón, deberíamos poder negarnos a nacer en este país.

Cada día sabemos que gente ha trincado hoy, ayer o trincará mañana.

No se escapa nadie.

Unas veces son personas de poca fortuna, como cualquier hijo de vecino.

Otras veces son personas que nos adormecen con sus proclamas de buenas personas. Como los sindicatos, los partidos políticos, las organizaciones buenas y que piensan por nosotros para mejorarnos nuestra vida.

Otras veces son las organizaciones de empresarios que nos quieren mucho y nos prometen darnos empleo sin fin.

Otras veces son las organizaciones de las religiones. Que siempre lo harán todo para nuestro bien, terráqueo o celestial.

Otras veces son los que nos quieren llevar al huerto.

Nunca  sabemos que debemos de hacer para protegernos de estos trincones que nos invaden.

Hay miles y miles de leyes prohibiendo a los trincones que nos sigan trincando. Pero nadie hace caso : Ni los políticos. Ni los sindicalistas. Ni los que llevan las organizaciones no gubernamentales llamadas ONGs.

Todo quisqui intenta sobrevivir en esta jungla que es nuestro mundo.

Pero la diferencia es que unos sufrimos la mala leche de los otros y estos otros se enseñorean sobre los unos.

Somos carne de cañón de los trincones de siempre. Pero lo peor es que los trincones de siempre se han multiplicado hasta el infinito.

Nos han metido en la cabeza que es normal que en un país manden los trincones.

Pero no es eso. No es eso.

Los ciudadanos no somos borregos ( Aunque los políticos y sindicalistas se piensen que si).

Los empresarios los hay buenos, malos y peores. Pero siempre que creen puestos de trabajo que se mantengan los podemos considerar buenos. Los que tienen fortunas en paraísos fiscales y despiden a sus trabajadores se merecen el infierno.

Pero la vida es un conglomerado de todo y de todos.

Por ello no podemos estigmatizar a unos y ensalzar a otros.

Todos los seres humanos que no sean consecuentes con nuestra naturaleza humana, deben de ser arrojados al averno.

Todas las buenas personas que intenten sobrevivir, sin hacer mal alguno a los demás : Se merecen el paraíso de los dioses.

Ya lo dijo alguien hace más de 2.000 años : Antes entrará por el ojo de la aguja un camello que un rico. O algo así.

Hoy los ricos podemos ampliarlos a los ricos de siempre. A los ricos que se han hecho ricos por el trinque. A los ricos que han medrado de la cosa pública y mientras todos sufrimos la miseria, ellos se enriquecen y cobran indemnizaciones millonarias, y pensiones millonarias, etc., etc.

Todos ellos deberían de estar condenados y en prisión por toda la vida que les quede. Nos han robado y estafado sin misericordia. Entonces : Por qué debemos de tener todos nosotros misericordia de ellos ¿?

El problema es patente : No hay prisiones suficientes para albergar a tantos trincones. Ni siquiera si vaciáramos las prisiones de los delincuentes que actualmente viven (Y muy bien por cierto) en las mismas.

Cuantos delincuentes no están mejor viviendo a nuestra costa en las cárceles que vivir en la miseria que nos inunda a los que no tenemos delitos que pagar. Pero que nos están masacrando constantemente y nos quitan todo : Trabajo, casa, educación, sanidad, nuestra propia estima, etc., etc.

Yo no sé como estarán de trincones en otros países.

Posiblemente tendrán un número infinito de trincones.

Todos padecemos esta plaga y no podemos vivir de otra forma. Nos invaden como alienígenas llegados de mundos lejanos, pero que nace, viven chupándonos la sangre, la savia, la mente, nuestro hacer y pensar en este mundo.

Cuando algo parece que se va a mejorar en este mundo trincón, nos joden una vez más, o los unos o los otros. Confiamos en lo que nos promete alguien. Le votamos. Pero luego siempre se pone del lado de los trincones y nos deja como se dice vulgarmente en bragas. O sin ni siguiere bragas.

Cuando nos llegará el mesías que les prometieron hace miles de años a nuestros antepasados, fueran de la tribu que fueran y del continente que fueran. Solo si nos llega nos podremos desembarazar de tanto trincón como ha ido proliferando. Hoy deberá de echar además de los mercaderes a todos los que mandan. Y aun ni con esas podrá sacarnos de nuestro esclavizado mundo trincón. Suerte le deseo si le es posible hacer algo.

Nuestro país ya tenía trincones desde hace cientos de años. Pero ahora han florecido en demasía : Se han multiplicado por miles o por millones. Nadie queda libre de ser un trincón recalcitante.

Será que la democracia ha propiciado todo el entorno necesario para que el trincón crezca, aumente y se reproduzca por sí solo, como si fuera un hermafrodita humano.

Nadie le presta demasiada atención a este fenómeno. Todos creemos que tenemos un trincón en el entorno familiar, en la empresa, en el partido político, en el sindicado, en la ONG, en la asociación sin ánimo de lucro, etc., etc.

Pero miramos hacia otro lado. No nos queremos enterar. No sabemos cómo atajarlo.

Y sin saber cómo van proliferando y nos invaden.

Se impone una regeneración ética en todos los niveles de nuestra sociedad.

Pero esto no lo harán nunca los que han llegado a esta situación por quererlo o bien por omisión.

Sin regeneración generacional no existe salida a este grave problema. Los mismos que han creado el problema no serán capaces, o no tendrán voluntad, de cambiarlo : Les ha ido muy bien que todos fueran trincones. Han creado grandes fortunas que hoy están en paraísos fiscales y no les podemos hacer lo mismo que ellos nos han hecho. O sea : Trincarles a ellos, como ellos nos han trincado a nosotros.

Para eso deberían de ser cambiadas las leyes que les protegen contra todo. Misión imposible, pues quienes deberían de dictar estas leyes son los mismos trincones y nunca harán nada que les perjudique.

No tenemos otra solución que intentar vivir en medio de un mundo de trincones sin alma.

O podemos optar en intentar ser uno de los millones de trincones. Aunque nos duela.

Mal de muchos : Remedio de todos.

Podremos sobrevivir ¿?

Dicen que no hay mal que cien años dure.

Pero nuestro país lleva ya muchos cientos de años con muchísimos trincones que viven muy bien a costa de los tontos e imbéciles que les mantienen vivos.

No nos engañemos : Los trincones tienen un algo especial en el trinque que les hace que sean adorados por los que sufren su trinque.

No todos somos capaces de vivir a costa de todos y que nos acepten como vivimos.

Muchos han nacido en cunas miserables y hoy son casi dioses por la mayoría de sus conciudadanos.

Muchos no tenían donde caerse muertos y hoy viven en palacios. Viajan en limusínes.  En jets particulares. En yates de metros y metros de eslora. Viajan gratis total a los confines del mundo terráqueo y pronto lo harán a los confines del  Cosmos.

Solo les falta tener la eternidad a mano. Como los faraones egipcios de la antigüedad.

Pero por poco que se lo propongan, cuando ya no existamos los demás seres humanos por haber muerto de hambre y miseria, lo conseguirán.

No creo que lo consigan. Las fuerzas de la naturaleza se lo impedirán.

Nunca llegarán a lo que se piensan ser : Los dioses gobernadores de los hombres.

Por si queda alguna duda el término de trincón equivale a corrupto, estafador, ladrón, mala persona, engañador, malversador, hijo de mala madre, desgraciado mal hacedor de vidas y haciendas, mala bestia, y todas las cosas malas del ser humano que actua en contra de sus congéneres y los hace malvivir y ser desgraciados.

Destruyamos a los trincones y vivamos todos en paz.

 

El abuelo cabreado

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