Dentro de unos pocos días de
nuevo celebraremos la Navidad.
Desde muy pequeños hemos visto lo
contentos que estaban nuestros padres, nuestros abuelos y todos nuestros
familiares más directos en las celebraciones de estos días mágicos.
Todos nos reunimos alrededor de
la mesa y entonamos los típicos villancicos o nadalas.
Comemos mucho más que en otro día
normal y bebemos un poco.
Comemos turrones, barquillos y
brindamos con cava.
Celebraremos el caga tió con
regalos para los más pequeños.
Nos extasiamos en la
contemplación de una pesebre.
Nos alucinamos con los adornos
navideños.
Luego cada uno se va a su casa
llevándose a sus hijos con ellos y nos quedamos en casa los abuelos sin nadie
que nos consuele de los años que van pasando y nos dejan cada vez más solos.
La gran suerte de nuestras vidas
en tener alguien al lado que durante todo nuestra vida de adultos nos ha
acompañado y nos sigue fiel a todas partes. Nuestros días por ello son quizás
más felices, si cabe, que los días de
nuestra juventud.
Por esto debemos de rogar que nos
dure todo lo que sea posible y tengamos muchas alegrías como esta en cada año
que pase.
Cuando éramos jóvenes, pero adultos
con un futuro por delante, nos casamos, tuvimos hijos, luego los hijos se
casaron y tienen hijos : Nuestros nietos.
No sabemos bien lo que nos da la
vida. Solo lo podemos intuir. Creo que solo lo llegamos a saber si perdemos
todo lo que supone nuestra vida. Pero mejor es no saberlo nunca. O al menos,
cuando más tarde mejor. Es preferible seguir pensando en el día de la Navidad y
en lo felices que podemos llegar a ser.
Son días de pasear por las
tiendas de juguetes, de regalos y de ilusión.
Si tienes algo de posibilidades
económicas puedes además de pasear comprar algunos chuches y regalos. Si no
tienes ninguna posibilidad debes de contentarte con solo mirar.
Luego vienen el Papa Noel y final
de año.
Los finales de años nos
retrotraen a nuestros años de juventud en que nos divertíamos con otros de
nuestra edad y celebrábamos el cambio de año deseándonos toda la felicidad del
mundo para el año que se iniciaba.
Cuando ya eres abuelo, deseas
felicidad a todo el mundo pero no esperas nada más : Has llegado a colmar todos
tus deseos y esperas que todos los que te rodean sean tan felices en su vida como
ha sido uno mismo.
En mis años juveniles nos gustaba
mandarnos felicitaciones los unos a los otros, tanto entre familiares como
entre amigos. Hoy pocos siguen la tradición. Casi se ha quedado absoleta. Todos
los jóvenes se felicitan por el mismo sistema : Se mandan SMS, entre ellos.
A los abuelos solo nos queda que
esperar sus felicitaciones y si no nos llegan no debemos de tomarlo en
consideración, pues lo más seguro es que se perdió el mensajito en el deambular
por el espacio.
Pero siempre nos quedará el
tradicional teléfono familiar.
Durante estas fiestas navideñas
ocurre una y otra vez que todos nos ilusionamos con la suerte que nos vendrá a
ver. Al menos una vez al año creemos que seremos tocados por la suerte.
Pero como cada año la suerte es
muy esquiva y solo se da en contados casos. Prácticamente nadie tiene la suerte
a su favor. Solo algunos privilegiados son tocados por la diosa suerte.
Finalmente se produce el gran
milagro de que unos señores que viajan por el mundo en camellos y que llegan el
día 6 de Enero a todos los hogares del mundo cristiano, van dejando sus regalos
a todos los niños y niñas del mundo. Si se portaron bien durante el año hay
mejores regalos. Si no se portaron bien reciben muy pocos regalos o ninguno (
Depende de lo bien o menos bien que se portaron).
También hay un señor que viaja
por los cielos en un trineo llevado por unos renos muy característicos y con
muchísimos regalos. Pero no es tan famoso como los tres señores de los
camellos.
Todos ellos tienen un ejército de
pajes que distribuyen todos los regalos para que todos los niños y niñas los
reciban el mismo día.
Lo malo de estas fiestas es que
en algunos lugares del mundo aun hay personajes que no paran de crear un
infierno en la tierra.
Todo lo demás de relentiza. Todo
se rodea de un álo de beatificación sin fronteras.
Nuestros peores enemigos nos dan
un pequeño respiro para que podamos ser
felices al menos un poco de tiempo. Pero para que no nos acostumbremos nos
vuelven enseguida a incordiar.
Antes teníamos un premio especial
cuando se acercaban las Navidades : Una paga extra en nuestro salario mensual.
Esta práctica ha quedado
absoleta. Casi nadie percibe la paga extra de navidad. Casi todos los
trabajadores reciben cada mes la doceava parte de las dos pagas tradicionales
de cada año. Pero como contrapartida se han ido rebajando los salarios. Debían
de ser muy costosos con su doceava parte de pagas extras. Así se ha pulido la
elevada cuantía mensual, hasta dejarla por los suelos.
A los únicos que aun nos siguen pagando
dos pagas extras somos los jubilados. Puede que sea ya por poco tiempo pues no
tienen dinero para nada ya. Como no se crean empresas y puestos de trabajo
productivos ( No puestos de trabajo improductivos como son los servidores
públicos, funcionarios, políticos, sindicalistas, etc., etc.), no tenemos
posibilidad de nos sigan pagándonoslos.
En cada ciudad, en cada pueblo y
en cada centro de concentración ciudadana, se montan las consabidas ferias de
Navidad.
Es una buena costumbre visitar
algunas de ellas. Cuantas más mejor. Para ver los trabajos artesanales que nos
ofrecen en cada tienda, parada o puesto callejero. Sean artículos de regalo,
sean artículos de comer, como dulces, panes, embutidos, quesos, etc., etc.
Cuando están en una gran ciudad
puedes visitar infinidad de ferias. Cuando vives en una pequeña ciudad podrás
visitar menos ferias. Pero si viven en los pueblos puedes visitar a tods los
pueblos de alrededor ya que cada uno rivaliza en montar su feria lo mejor
posible.
Como es una tradición muy
extendida, se forman verdaderos paseos por los pueblos que disponen de abetos.
Todo el mundo que puede desplazarse a estos pueblos va con sus hijos y compra
el abeto para adornarlo y colgar los regalos de Navidad.
Pero son caros.
Por esto han proliferado los
arboles de plástico que nos venden generalmente en los bazares chinos a muy
buen precio. No es lo mismo. Pero te sirve para salir del paso con buen
talante.
Dicen que todos los comercios,
pequeños o grandes, no venden ni mucho menos lo que estaban acostumbrados a
vender en los años del bloom económico.
Es lógico que si no tenemos
dinero casi lo que nos queda lo gastemos con cuidado y sin tirarlo.
Deberíamos de esperar el milagro
que pedimos cada año por la Navidad : Un
mejor trabajo y/o un mejor sueldo. Para rehacer nuestra vida y poder tener un
desarrollo personal más edificante y con menos pesadumbres que ahora.
Que todos los que han sido
sacados de sus viviendas por no poder pagar la hipoteca o el alquiler, fueran
de nuevo propiciados para que siguieran con su hogar familiar.
Que todos los que no pueden ya
seguir viviendo si no es con la comida que dan en los comedores sociales, en
los comedores de ceritas, en todos los bancos de alimentos, etc., etc., puedan
encontrar un nuevo trabajo, una nueva forma de vida, con las miles y miles de
nuevas empresas que se crearán en el nuevo año. Si Dios quiere. Si los
responsables de nuestro país quieren. Se lo pedimos con gran devoción a todos.
Esperemos que los Reyes Magos, el
Papa Noel y todos los buenos repartidores de regalos, nos den una vida mejor de
la que tenemos desde hace una década.
No queremos que se lo quiten a
los que ya tienen algo. Queremos ser unos seres humanos como los demás. Sin
quitar nada a nadie que podamos vivir decentemente todos.
Las fiestas y celebraciones de
las navidades son tan entrañables que no podemos seguir teniendo tanta miseria
entre nosotros.
Los poderes públicos deben de
hacer mucho más de lo que hacen para que todo el mundo pueda sobrevivir sin la
losa del paro encima.
Cuando hayan pasado estas
fiestas, ojalá pudiéramos decir que se terminó nuestra mísera vida y que nos
rehacemos para vivir de nuevo plenamente tods y cada uno de los ciudadanos de
este país.
Todo está preparado para darnos
ilusión : Los canales de televisión, las salas de cine, las noticias y
programas nos inundan de buenos augurios. Solo falta que todo se cumpla.
Finalmente, deseo a todo el mundo
que estas Navidades nos traiga a todos más felicidad y mejor vida.
El Abuelo Navideño
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