sábado, 9 de enero de 2010

Es la mejor explicación sobre Los Reyes que he leido nunca


De: regina c. p.
Fecha: 08/01/2010 18:37:06





Reyes Magos son verdad
>
> Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a
> escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus
> actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo,
> le dijo:
> - ¿Papa?
> - Sí, hija, cuéntame
> - Oye, quiero... que me digas la verdad
> - Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
> - Es que... -titubeó Blanca
> - Dime, hija, dime.
> - Papá, ¿existen los Reyes Magos?
> El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando
> descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro
> tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
> - Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
> La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y
> tragando saliva le dijo:
> - ¿Y tú qué crees, hija?
> - Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que
> existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
> - Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
> - ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me
> habéis engañado!
> - No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que
> existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca
> .
> - Entonces no lo entiendo. papá.
>
> -Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar
> porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el
> padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
>
> Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que
> le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió
> de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
>
> - Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados
> por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le
> llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan
> contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor,
> dijo:
> - ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a
> todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
> - ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de
> hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de
> niños como hay en el mundo.
> Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos
> compañeros con cara de alegría, comentó:
> - Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque
> somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder
> recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero
> sería tan bonito.
> Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían
> realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía
> escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el
> Portal:
> - Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros
> regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué
> necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
> - ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.
> Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que
> pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no
> podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
> - No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos
> pajes para cada niño que hay en el mundo.
> - ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres
> Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
> - Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben
> querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
> - Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
> - Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los
> niños?
> - Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más
> entusiasmados los tres.
> - Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños
> y los conozca mejor que sus propios padres?
> Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que
> Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
> - Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres
> Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos
> regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos
> los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y
> de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También
> ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se
> haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños
> sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán
> esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños
> harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del
> Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más
> felices.
>
> Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la
> niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
> - Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy contenta de saber que
> me queréis y que no me habéis engañado.
>
> Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano
> mientras decía:
> - No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año
> que viene ya guardaré más dinero.
>
> Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes
> Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
>
> Feliz Navidad desde todas las partes del mundo, y ya sabes que si
> reenvías este correo a todos tus amigos con hijos o sobrinos se
> cumplirán todos tus deseos.
>
> Por cierto, echa de tu casa a ese barbudo y gordo impostor de rojo, es
> un invento de la Cocacola!!!

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