martes, 26 de enero de 2010

EL BULLI CIERRA SUS PUERTAS EN 2012


Adrià: una pausa a los cincuenta



El cierre de 'El Bulli' se producirá en 2012, es decir, el año en el que Adrià cumplirá el medio siglo. Es inevitable, para quienes conocemos la historia reciente de la cocina mundial, recordar que, en edad parecida, el entonces considerado mejor cocinero del mundo, Joël Robuchon, en plena gloria, decidió dejar también la actividad diaria de su restaurante de París. Hoy, Robuchon da nombre a una serie de restaurantes en muy distintas partes del mundo, de París a Tokio, de Hong Kong a Las Vegas...

¿Qué va a hacer Adrià? Seguir investigando, ha afirmado. De hecho, toda la trayectoria del chef catalán se ha basado en la investigación, en la creación, en la experimentación. Desde que el francés Jacques Maximin le dijo que "crear es no copiar", Adrià se lanzó por la vía de la creatividad, tocó todas las teclas y evolucionó hacia una cocina que no todo el mundo es capaz de asimilar.

Dotado de un paladar envidiable y de una capacidad de trabajo inmensa, no ha dejado de buscar nuevas formas de expresión culinaria. Así ganó para su casa de Cala Montjoi el título de "mejor restaurante del mundo" varios años consecutivos, incluido el 2009.

No parece que sea la presión lo que impulsa a Adrià a tomarse un descanso, porque si así fuera lo haría ya, no dentro de dos años.

Tampoco se puede pensar que se ha agotado la fórmula; en cualquier otro cabría creerlo, en él no.

Ciertamente, 'El Bulli' no es un restaurante rentable -calculemos de 8.000 a 9.000 servicios cada año- en términos económicos, pero el asunto económico tampoco es que preocupe a Ferran Adrià, que ingresa por otras muchas actividades. Digamos que ahora cierra el escaparate más conocido, pero seguirá ahí.

La incógnita es saber... qué hará a la vuelta. ¿Será como Robuchon, que ahora es menos nombrado, pero cuyos restaurantes, entre ellos los parisinos 'L'Atelier' y 'La Table', triunfan en toda regla? ¿O seguirá por los caminos de la cocina basada en la investigación y el desarrollo tecnológico? Aunque, la verdad, la primera pregunta que uno debería hacerse es... si en 2012 -queda un rato- abrirá de verdad ese paréntesis.

Si es por descansar, se lo ha ganado a pulso. Adrià ha cambiado para siempre la imagen de la cocina española en el extranjero: ya no es sólo gazpacho, paella, sangría y tortilla de patatas, sino vanguardia, arte, provocación...

Pocos españoles han sido portada del New Tork Times: él sí. Hasta Francia se ha rendido a su ciencia. En sus mesas han aspirado a sentarse 'gourmets' de los cinco continentes. Formó un tándem perfecto con Juli Soler, que ha sido todos estos años el alma de 'El Bulli'.

Discutido, adorado, siempre con una personalidad propia y fiel a sí mismo, ha marcado una época de oro en la cocina universal. Ahora le llega la llamémosle pausa de los 50. Tiene derecho. Pero seguro que ya le está dando vueltas a la cabeza pensando en con qué va a dejar atónito al mundo gastronómico allá por 2014... si es capaz de estarse 'quieto' tanto tiempo. Conociéndole, uno cree que no.

Mientras, no queda más que desearle que la pausa le sea confortable. Todos tenemos algo que agradecerle, mucho que agradecerle. Una cosa está clara: con 'El Bulli' cerrado, aunque sea temporalmente, va a costar trabajo que haya unanimidad respecto a cuál será el mejor restaurante del mundo. O, más cercano, de España: Adrià, para bien y para mal, no hay, no ha habido, más que uno.- EFE

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