domingo, 28 de octubre de 2012

Muchos se hacen ricos a costa de la pobreza de otros!!!!


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 “Perdimos la casa por 6.000 euros”

Milagros, José Luis y sus hijos se fueron a la calle por avalar con su vivienda una pequeña deuda

El juez: "El trabajo no es grato, todo lo contrario; pero la ley es estricta, no hay margen"

El funcionario que ejecuta el desalojo: "Pienso que puede tocarme a mí, pero hoy estoy al otro lado"



Milagros Carbajo, desahuciada de su vivienda, en su casa de alquiler en Madrid. / LUIS SEVILLANO

“Me preocupa que no tengo mantas y en Madrid ya está haciendo frío, y el que viene. Me han dado unas sábanas de franela, pero no tengo mantas. ¿Tú tienes hijos? Es que se siente una preocupación distinta... Ayer le dije al niño que se acostara con la cazadora puesta”. El pasado 27 de junio, Milagros Carbajo, José Luis Estévez y sus tres hijos fueron desahuciados. Su historia es un tanto especial porque tenían completamente pagada su vivienda. Cometieron el error de avalar con su piso una pequeña deuda de unos 6.000 euros que pidieron a unos prestamistas, que además presuntamente les estafaron. El asunto está en los tribunales, pero el error ya les ha costado la casa. José Luis, oficial de construcción de 52 años, está en paro y no cobra prestación. Milagros, de 49, limpia en casas por unos 500 euros al mes. Algo tienen ahorrado del finiquito de ella, pero en la familia no entran más ingresos. El alquiler son 600. Y son cinco para comer. Milagros calcula que podrán pagarlo dos meses más. Después, otra vez la calle.

Tres de los prestamistas han declarado como imputados por estafa el pasado 10 de octubre. No han tenido ni un gesto de humanidad

Juan Moreno, abogado de la PAH

“Cuando el inmueble cuya posesión se deba entregar fuera de la vivienda habitual del ejecutado o de quienes de él dependieran, el secretario judicial les dará un plazo de un mes para desalojarlo”, dice el artículo 704.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, por el que se ejecutan todos los desahucios. La letra de la ley es fría. Gélida como el proceso que termina con el desalojo y como la casa en la que viven ahora de alquiler Milagros, José Luis y sus hijos de 11, 19 y 23 años en el madrileño distrito de Usera, porque no pueden permitirse tener calefacción.

 

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