miércoles, 17 de marzo de 2010

ETA asesina por primera vez a un policía francés cerca de París

El revólver hallado tras el tiroteo fue robado por ETA en Francia
Los agentes, entre ellos el agente fallecido, sorprendieron a cuatro terroristas cuando repostaban gasolina en coches robados de alta gama. Las autoridades galas elevan a seis los coches sustraídos y buscan a hasta diez etarras


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El tiroteo que acabó con la vida de un policía francés en una localidad al sureste de París se produjo después de que las Fuerzas de Seguridad galas sorprendiesen a cuatro terroristas repostando gasolina en la carretera en cuatro coches robados en las inmediaciones de un concesionario de coches de segunda mano.
Una vez esposado uno de ellos, el único detenido en la operación, Joseba Fernández Aspurz, otros dos coches llegaron al lugar y abrieron fuego contra los agentes, han informado fuentes de la lucha antiterrorista. Los cuatro terroristas se encontraban repostando sus vehículos robados -marca BMW de gran cilindrada, que al parecer querían los etarras para pasar inadvertidos en una nueva estrategia de ETA de operar con este tipo de vehículo en lugar de los tradicionales utilitarios o furgonetas- con garrafas de gasolina en el arcén de la carretera cuando la Policía, que había sido alertada de un robo en un taller de coches cercano, se acercó al lugar y procedió a identificar a los cuatro presuntos etarras, llegando a esposar a Fernández Aspurz, conocido por el alias «El Guindi».
En los otros dos vehículos, que llegaron minutos después, iban entre otros tres y cuatro terroristas que fueron quienes abrieron fuego contra los agentes al ver la situación.
Tras el tiroteo, todos los etarras huyeron en dos coches a excepción del detenido y otros dos miembros de la banda que escaparon a pie campo a través, según las mismas fuentes, que descartaron que portasen material explosivo por lo que no parece que fuesen a llevar a cabo una acción inminente. Estas mismas fuentes, precisaron que el arma que se le incautó al detenido era una Smith and Wesson del calibre 357 Magnum, procedente del robo cometido por ETA en la fábrica de armas de Vauvert en octubre de 2006, en pleno proceso de negociación.
Un «comando» de ETA, compuesto al menos por cinco personas, sustrajo por la noche un total de 300 revólveres, 50 pistolas, munición y piezas sueltas de estas armas cortas de una empresa de importación y venta de armas. En las últimas detenciones practicadas a la banda, han sido varios los etarras a los que se les han incautado este tipo de armas procedentes de aquel robo. Según las mismas fuentes, el atentado de este martes, prueba que ETA se nutre desde hace tiempo de jóvenes inexpertos procedentes de la «kale borroka» y que la situación de debilidad de la banda hace que apenas sean sometidos a cursillos de formación en el manejo de armas o explosivos. Actualmente, cien de los cerca de 650 presos de ETA están en la carel, cumplen condenas por kale borroka o por integración en Segi, según estas fuentes.
Las autoridades francesas elevan a seis el número de coches robados en el taller de vehículos de segunda mano y que podrían ser hasta diez los presuntos miembros de ETA implicados en el incidente que acabó ayer con la muerte de un gendarme francés en la localidad al sureste de París de Dammarie-les-Lys, según fuentes de la investigación.
«Pensamos en un "comando" de al menos seis personas, puede que hasta diez, entre ellas una mujer, porque había seis vehículos robados», han asegurado las mismas fuentes. El ministro del Interior francés, Brice Hortefeux, se desplazó al lugar del tiroteo registrado ayer e instó a los policías a «cumplir su misión en el servicio de la seguridad de sus conciudadanos pero pensando en su vida, en su propia seguridad y en la de su familia».
Lo ocurrido ayer, un salto cualitativo
Al menos tres miembros de la banda terrorista ETA asesinaron a primeras horas de la noche de ayer, en la periferia de París, a un jefe de Brigada francés e hirieron a otro agente cuando fueron sorprendidos. Fue detenido Joseba Fernández Aspurz, «El Guindi», un etarra de última generación con causas pendientes por actos de «kale borroka». Se trata del primer agente galo asesinado por pistoleros de ETA en lo que supone, sin duda, un «salto cualitativo» ya que, hasta la fecha, la banda no se ha atrevido a dar ese paso por temor a que provocara una reacción si cabe mayor de Francia contra la organización criminal.
El intercambio de disparos se produjo en la localidad de Dammarie-les-Lys, al sureste de París, cuando a una patrulla de la Policía local gala les infundió sospecha la velocidad con la que un vehículo salía del citado establecimiento, dedicado a la compra venta de coches. Cuando los agentes intentaron identificarlos, los etarras abrieron fuego y alcanzaron mortalmente al jefe de la patrulla, Jean-Serge Nérin, de 53 años, casado y con cuatro hijos. El jefe policial llevaba chaleco antibalas, pero la fatalidad hizo que uno de los dos disparos que le alcanzaron le perforara el torax. Gravemente herido, fue trasladado a un centro hospitalario donde falleció una hora después. Otro de los agentes resultó herido pero, al parecer, su estado no reviste gravedad.
Nada más producirse el tiroteo, las Fuerzas de Seguridad francesas, en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil desplegadas en la zona, activaron un amplio dispositivo dirigido a detener a los fugados. Los investigadores vinculan a los terroristas con el «aparato logístico» de la banda. El hecho de que los etarras intentaran robar vehículos de alta gama lleva a pensar a los investigadores, entre otras hipótesis, que perseguían convertirlo en coche bomba y pasar desapercibido para trasladarlo a alguna zona turística de España donde cometer un atentado coincidiendo con la próxima Semana Santa. Tampoco se descarta que el destino fuera una zona financiera de alguna capital española. Se cree que querían convertir al vehículo robado, de alta gama, en un coche bomba para atentar en EspañaPrimer agente francés fallecido en cinco tiroteos

El de ayer fue el quinto tiroteo entre etarras y las Fuerzas de Seguridad francesas. Hasta la fecha, los terroristas habían provocado cinco heridos, pero ningún muerto. El 27 de noviembre de 1996 un policía del Servicio de Aduanas francés resultó herido grave mientras perseguía en moto a un vehículo que huía de un control policial en Astaffort. El 17 de noviembre de 2001 un gendarme resultó herido de bala cuando seguía a una furgoneta que se había saltado un control de alcoholemia en las proximidades de Pau.
Fuerzas de la investigación indagan en el concesionario donde tuvieron lugar los hechos / AFP El 28 de noviembre de 2001 un gendarme recibió siete disparos cuando trataba de identificar a los ocupantes de un vehículo en un control de carretera en Monein. El 8 de junio de 2009 un gendarme resulta herido en un tiroteo con dos presuntos etarras, que previamente habían robado dos coches, en la localidad de Saint-Énimie.
Además de estos tiroteos, ETA ha cometido al menos dos atentados en Francia contra ciudadanos españoles, el último de ellos el 1 de diciembre de 2007 en la localidad gala de Capbreton (suroeste), en la que fueron asesinados los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, que participaban en labores de seguimiento a la banda terrorista.
Pero los primeros asesinatos de la banda en territorio francés habían tenido lugar el 24 de marzo de 1973, cuando los jóvenes José Humberto Fouz Escudero, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga, que habían cruzado la frontera para ver una película entonces prohibida en España fueron supuestamente confundidos con policías. Sus cadáveres nunca han aparecido.

Con el asesinato de ayer, se rompe un período de ocho meses sin víctimas mortales por parte de la banda criminal ETA. Si el asesinato de los dos guardias civiles en Capbreton constituyó un «hito», ya que los policías franceses asumieron como propia estas dos muertes, el asesinato deun agente galo supone una «vuelta de tuerca». Los medios consultados por ABC recuerdan que la muerte de un gendarme a manos de la banda terrorista «Iparretarrak», en 1982, constituyó «el principio del fin» de este grupo, considerado como «la ETA del norte». De la misma manera, la implicación de terroristas bretones en el asalto de ETA al polvorín de Plévin, en septiembre de 1998, aceleró el desmantelamiento de ese grupo independentsita francés.

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