Corea del Sur se estremece con una pareja que dejó morir de hambre a su bebé por su adicción a un juego ‘on line’
• Paradojicamente, el premio era una hija ficticia
Entregados. Estudiantes surcoreanos en un cibercafé de Seúl. Foto: AP / LEE JIN MANADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN
Su hija virtual crecía guapa y lozana, coleccionaba amigos y era una estudiante ejemplar. No era casual: dedicaban no menos de 12 horas diarias a su cuidado. A su hija real de tres meses la encontraron muerta por malnutrición tras regresar de otra noche en el cibercafé. El caso ha estremecido a Corea del Sur, que se plantea limitar el acceso a los videojuegos on line.
Kim Yoo-chul, de 41 años, y su mujer, Choi Mi-sun, de 25, apuntalan las teorías que relacionan adicción a internet y drogodependencia. El matrimonio huía de sus problemas con los juegos. Estaban en paro y semiarruinados. Su hija nació prematura y pasó un mes en la incubadora. Siempre les gustaron los juegos on line: se habían conocido en un cibercafé dos años atrás y ella pasó ahí buena parte de su embarazo. Pero el presente y, sobre todo el incierto futuro, les hizo perder pie con el mundo tangible. «Ya no tenían ganas de vivir una vida normal porque les habían echado del trabajo. Solo encontraban placer en un juego virtual que les permitía escapar de la realidad», resumió un oficial de policía.
El matrimonio se había obsesionado con el juego Prius, que permite levantar una vida: elegir carrera universitaria y trabajo, conseguir amigos y, lograda una determinada puntuación, tener una hija como premio. Pasaban los días encerrados en los PC Bangs, los cibercafés en Corea del Sur. Una mañana de septiembre encontraron muerta a su hija. La policía vio indicios de malnutrición que la autopsia confirmó. La pareja desapareció tras el funeral y fue encontrada la semana pasada, cinco meses después, en la casa de un familiar. Confesaron que la alimentaban con un biberón al día, a menudo con leche caducada, y la zurraban con frecuencia. «Como padre, lo siento mucho. Espero que ahora que está en el cielo no sufra más», ha dicho él. También que el sentimiento de culpa les ha impedido pisar un cibercafé desde que murió.
El suceso ha destapado la adicción a internet de los adultos. La vida en Suwon, el suburbio al sur de Seúl donde la pareja vivía, es más áspera que en el juego on line. En aquél, pasaban los días encerrados en oscuros cibercafés y en este tenían buenos sueldos y una vida social sana y glamourosa, así que la elección no era difícil. No son los únicos.
Un hombre de 28 años murió tras 50 horas ininterrumpidas con un juego on line, sin comer ni beber. Un funcionario del Centro de Estudios sobre la Adicción a Internet aseguró que el problema «no solo afecta a los jóvenes estudiantes sino a toda la sociedad, incluyendo a adultos que acaban por olvidar su propia vida». La crisis ha golpeado con fuerza el país y ha coincidido con el desplome del wong. «La surcoreana sigue siendo una sociedad muy conservadora, así que la gente que cae fuera de la norma puede sufrir un gran estrés . Internet les proporciona una vía de escape», opina Michael Breen, periodista y autor del libro Coreanos.
Multinacionales
Corea del Sur rivaliza con Japón en el uso de internet. Los equipos de juegos on line están patrocinados por grandes multinacionales y los cibercafés abiertos las 24 horas salpican sus ciudades. La otra cara es la adicción, sobre todo juvenil. El 40% de los dos millones de adictos del país tiene edad escolar.
Los beneficios anuales de los cibercafés alcanzaron los 300 millones de euros el pasado año. Una iniciativa política reciente para que los juegos on line limitaran las horas de sus usuarios fracasó por la oposición de la influyente industria, tradicionalmente mimada por Seúl. El Gobierno ha anunciado ahora que multiplicará el presupuesto para la lucha de la adicción a internet.
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