martes, 2 de noviembre de 2010

Acusan a José Montilla de comprar votos de los 'ni-ni'
La Generalitat ofrece 5.000 contratos para jóvenes sin empleo
El anuncio de que la Generalitat va a lanzar un plan para facilitar la búsqueda de empleo a 5.000 jóvenes catalanes ni-ni -que ni estudian ni trabajan- ha sublevado a la oposición. Tanto CiU como el PP y Ciutadans tildaron la medida, que va destinada a los menores de 25 años y que se anuncia a menos de un mes de las autonómicas del 28 de noviembre, de «electoralista». También acusaron al presidente catalán, José Montilla, de intentar comprar votos.


El Govern pondrá en marcha un plan pionero contra el desempleo juvenil que prevé formar a jóvenes atendiendo a las necesidades de las empresas que les contratarán si superan la fase de formación. La iniciativa arranca con un presupuesto de 20 millones de euros.


Para el portavoz de CiU en el Parlament, Oriol Pujol, el programa es «electoralista y partidista» y pone en evidencia que el Gobierno catalán no ha actuado con contundencia para combatir la situación actual: un 30% de los jóvenes catalanes de entre 16 y 24 años no estudia ni trabaja.


Pujol lamentó que Montilla «se despierte» a 27 días de las elecciones. El dirigente de CiU añadió que lo que hay que hacer es crear las condiciones para que sean las empresas las que contraten jóvenes, en lugar de llevar a cabo una «política de subvención».


El secretario general del PP y número dos en la candidatura por Barcelona, Jordi Cornet, tildó el plan de «poco creíble y demagógico» y aseguró que su partido «convertirá a la generación ni-ni en la generación con-con: con educación, con trabajo y con futuro».


Ciutadans acusó a Montilla de querer comprar votos de forma «irresponsable y desesperada» a través de estos contratos. El presidente de la formación, Albert Rivera, consideró que la medida es «populista», y criticó que «con los pocos recursos que quedan en la caja de la Generalitat» se premie a los que ni estudian ni trabajan.


Más tibias son las reacciones de las formaciones que integran el tripartito. ICV avaló la filosofía del proyecto, aunque esperará a conocer el detalle para hacer una valoración más profunda. Su portavoz, Laia Ortiz, aseguró que ven bien la propuesta, pero creen que el objetivo de esta ayuda debe ser que los jóvenes que trabajen en empresas puedan formarse en ellas.


Ortiz recordó que ICV no está de acuerdo con «dar subsidios a cambio de nada» a estos jóvenes, como en su opinión propone el PSC, ni permitir que este colectivo trabaje sin cobrar, como contempla CiU, porque «la esclavitud fue abolida hace muchos años». Quién si mostró su apoyo incondicional fue Celestino Corbacho, número tres en la lista del PSC y ex ministro de Trabajo. Corbacho destacó que es una iniciativa de «mucho interés» porque pone en práctica la reforma laboral. «Un gobierno debe gobernar hasta el último momento», añadió.


El proyecto de la Generalitat, que ayer adelantó El Periódico, podría interesar a hasta 154.000 jóvenes catalanes, los que ni estudian ni trabajan. La puesta en marcha de estos contratos formativos estaba a la espera de la aprobación de la reforma laboral, y la Generalitat prevé publicar esta semana en el Diario Oficial la convocatoria.


Este plan piloto permite vincular formación y necesidades de empleo de empresas, y fuentes de la Generalitat afirmaron que serán beneficiosos para las empresas, ya que recibirán a un alumno con formación de 388 horas pagada por la Generalitat y gozarán de bonificaciones a la Seguridad Social.


Este contrato formativo computará para tener derecho a la prestación por desempleo al joven que sea titular. Los ni-ni que se apunten al programa se formarán durante seis meses y después trabajarán en la empresa. También percibirán un sueldo según convenio, del que la Generalitat subvencionará el 70%.

SALVADOR SOSTRES

No es vuestro enemigo
La visita del Santo Padre a Barcelona viene envuelta de polémicas. La más nueva, por unas declaraciones del secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós (ERC), comparando a Ratzinger con el imán de Lérida por ser ambos retrógrados; y otras del comunista Ricard Gomà (ICV), acusándole de ser «la cara más rancia y más oscura de la Iglesia». La más vieja, las protestas por los curas pederastas.


Bajo su liderazgo, la Iglesia ha sido diligente al denunciar los casos de pederastia que ha conocido, advirtiendo el Papa muy explícitamente que estos criminales no sólo rendirán cuentas ante Dios sino ante la Justicia. Cualquier otra época de la Iglesia fue menos transparente y más oscurantista. A Ratzinger no le ha temblado la mano a la hora de romper la ley del silencio, pidiendo perdón públicamente y en privado a las víctimas. Ha intervenido sin vacilar a los Legionarios de Cristo y ha dejado clara su posición coherente, luminosa e inequívoca.


En contra de lo que pudiera parecer, tan penosas circunstancias no son consecuencia de la férrea observancia de los preceptos, ni siquiera del celibato. El corporativismo, la poca humildad, el pecado de no denunciar crímenes abyectos, el no seguir las enseñanzas de Cristo; todo empezó cuando la Iglesia quiso modernizarse, cuando renunció a la liturgia, cuando quiso acercarse a la gente en lugar de mantenerse fiel a ella misma y exigir el esfuerzo que todos y tenemos que hacer para ser dignos de Dios y de nosotros mismos. «El humo de Satanás se ha colado en la Iglesia», dijo Pablo VI, y a fuerza de ir rebajando el listón y la exigencia, se dejó huérfana a tanta gente que necesitaba ser pastoreada y se encontró con que se había ordenado sacerdote a cualquiera y la espiritualidad quedaba rebajada a producto de supermercado. Ninguna tensión, ni esperanza. Como los hijos que crecen sin rumbo porque sus padres quieren ser sus amigos.


Esto cambió en parte con Juan Pablo II y totalmente con Benedicto XVI, que ha mostrado el mismo rigor en la persecución de criminales que en la salvaguarda de la doctrina de la fe. Llamarle intransigente es pura ignorancia, pues es el Papa que más ha promovido el debate interreligioso, y no cabe acusarle de retrógrado porque ha sido el jefe de Estado más lúcido del mundo al denunciar la amenaza del islamismo, que no es una religión sino terrorismo. Compararle con el imán de Lérida, que cree que las mujeres no tienen ningún derecho, es darle carta de normalidad a un bárbaro.


La manifestación de víctimas de abusos pederastas del domingo, en el Vaticano, fue comprensible por la desorientación que siempre causa el dolor, pero poco inteligente y bastante injusta. Este Papa ha demostrado, no sólo con buenas palabras sino con actos de enorme valentía, que no es el enemigo de las víctimas sino su principal aliado.


Hay más grandeza y generosidad en él que en la mayoría de los que tan burdamente le critican.

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