abcdesevilla.es› España› Andalucía› Actualidad de AndalucíaNoticia vista 201 «No quisimos ofender»
R.A. CÓRDOBAPublicado Sábado , 03-04-10 a las 07 : 52El juez dejó ayer en libertad con cargos a los dos detenidos el pasado miércoles por tratar de rezar en el interior de la Catedral y agredir, presuntamente, a dos vigilantes jurados del templo y a un policía nacional. El titular del juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba dictó un auto en el que imputa a estas dos personas, una de nacionalidad austriaca y otra de Sri Lanka pero ambas provenientes del país centroeuropeo, delitos contra el sentimiento religioso, amenazas y atentado contra la autoridad.
Estos cargos también obran en contra de seis implicados más en los sucesos acontecidos hace tres días en la antigua Mezquita y que no fueron detenidos. Sobre uno de los dos que sí fue apresado tras los disturbios, y que responde a las iniciales de M.S., pesan además imputaciones por desórdenes públicos y diversas lesiones pendientes de calificación. El juez, según informa Efe, ha decidido no acusar de M.S. de un delito de homicidio en grado de tentativa a pesar de que esgrimió ante la seguridad privada del templo diocesano una navaja de diez centímetros de hoja y cuatro de ancho.
El auto judicial deja muy claro que los 118 turistas musulmanes que penetraron el miércoles por la tarde en la Catedral tenían ideada «una clara estrategia» para forzar una situación violenta pues, afirma el juez, eran sabedores de que rezar por el rito musulmán estaba «expresamente prohibido».
Exposición del Santísimo
Estas conclusiones judiciales se basan en parte en el visionado de la grabación de las cámaras de seguridad del edificio religioso, en la que queda constancia de que los turistas entraron en la Catedral en pequeños grupos de dos y tres personas «con claro disimulo e interconectados visualmente y con walkie-talkies». Los musulmanes, que precisa el juez que penetraron en la Catedral «aprovechando el horario de visitas de turistas» cuando se estaba desarrollando un acto litúrgico de «exposición del Santísimo con motivo de la Semana Santa», se reunieron en un lateral del templo, donde comenzaron a rezar arrodillados. Los guardias de seguridad les pidieron que depusieran su actitud y éstos se negaron, de tal modo que se produjo un forcejeo en el que dos guardias jurados resultaron lesionados. Los alborotadores usaron una muleta para atacarles, al tiempo que blandieron una navaja y trataron de arrebatarle la pistola a un vigilante. La situación obligó a que interviniese la Policía Nacional. Hasta el templo se desplazaron hasta quince agentes.
El juez le ha retirado el pasaporte al turista austriaco con nacionalidad de Sri Lanka, que es el acumula más cargos en su contra, si bien ha desechado la imposición, como pedía el Ministerio Fiscal, de una fianza de 3.000 euros al dejarlo en libertad provisional.
Fuentes de la investigación han señalado a ABC que la mayoría de los componentes del grupo que protagonizó el alboroto eran mujeres y que cuando accedieron a la antigua Mezquita iban tocadas con velo. El grupo iba provisto de cámaras de vídeo con la clara intención de registrar la oración prohibida y poder luego difundirla a través de internet. Tras el forcejeo con los guardias de seguridad y con la policía nacional, algunos musulmanes amenazaron a gritos con volver a intentar orar en el edificio católico.
De otro lado, fuentes del Obispado indicaron a ABC que no se ha planteado por el momento el refuerzo de las medidas de control en la Catedral a raíz de los incidentes de esta Semana Santa. Tampoco se ha visto alterado el paso de las cofradías por el templo ni el calendario de actos litúrgicos previstos hasta mañana Domingo de Resurrección.
Por su parte, el secretario provincial de la Confederación Española de Policía (CEP) en Córdoba, Fernando Ramón Calderón, alertó de que estos sucesos son «un aviso a navegantes» puesto que, «aunque no ha ocurrido nada grave, este suceso pone de relieve la debilidad de Córdoba», por lo que pidió tanto el refuerzo de las dotaciones policiales, como que se intensifique «el contacto vinculante directo entre los responsables de la Mezquita, para mejorar la zona y que no vuelva a tener lugar una situación similar».
La Junta Islámica, con sede en Almodóvar del Río y presidida por Mansur Escudero, ha lamentado los hechos que ocurrieron miércoles, pero no ha perdido la ocasión para insistir en su petición de que se permita el rezo conjunto. La entidad islámica ha señalado que «tanto los musulmanes como los encargados de la seguridad del templo deberían evitar llegar a este tipo de situaciones en cualquier sitio y, más aún, en un lugar sagrado».
Asimismo, ha explicado que «las diferencias en la denominación o en las formas de culto no deberían ser un impedimento para que en un lugar tan singular como la Mezquita-Catedral, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y en la que en ciertos periodos históricos se llevó a cabo un culto compartido, pudiera de nuevo permitirse éste». «De haberse atendido nuestras peticiones respetuosas para el uso compartido ecuménico del templo, se hubieran evitado incidentes como los que se produjeron el miércoles», afirma.
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