domingo, 8 de mayo de 2011

RECORDANDO A MARIO CABRÉ






SOLO SE VIVE POR LO QUE NO NOS IMPORTARIA MORIR

Vida y versos de un torero enamorado: Mario Cabré

Maite Mainé

Si de un amigo conservo un grato recuerdo, éste es, sin duda alguna, del que fue famoso torero, actor y poeta, Mario CABRE.

Y, si bien en todas y cada una de dichas vertientes destacó, ésta fue, sin duda, la de caballero ejemplar: Delicado con las mujeres, sin ser empalagoso. Galante, sin ser falso adulador ni petulante. La sonrisa, siempre pronta en su semblante. Y la palabra amable, amiga.

Mario CABRE nació en Barcelona en 1916, ciudad en la que mayormente se desarrolló su trabajo y en donde vivió casi de forma permanente, rodeado de recuerdos, de trofeos,de premios, de fotografías y obras de arte.















Ordoñez, Cabré y Lara
Fue un destacado actor de la escena interpretando obras, mayormente en catalán de los más renombrados autores, siempre como protagonista. Esta tarea la alternó con su profesión: La de torero. Sus faenas fueron de antologia junto a Luis DOMINGUIN y muchos famosos de la época.

Fue un hombre que se enamoraba y enamoraba con relativa facilidad, si bien su gran pasión -conocida- fue Ava Gardner, a la que conoció en el año 1950, ya que ambos eran protagonistas de la película "Pandora y el holandés errante", que se rodó en la Costa Brava, concretamente en Tossa de Mar (Gerona), paisajes de la Costa Brava que sirvieron de fondo al idilio, breve, pero intenso, de Mario CABRE y Ava Gardner.

De Ava Gardner se había dicho:" !No sabe hablar, no sabe actuar, pero es impresionante !" Esa fue,al parecer,la frase que pronunció Louis B. Mayer, magnate, por aquel entonces de la Metro Goldwyn Mayer y el hombre más poderoso del Hollywood de entonces. No tuvo la menor duda acerca de lo que iba a hacer con Ava Gardner, aunque su acento sureño fuese tan fuerte que no se le entendiera casi lo que hablaba. Pero su cuerpo y su rostro eran perfectos.

Así, Ava Gardner fue conocida pronto por "El animal más bello del mundo", ese "animal" que, años más tarde, torearía el torero-actor-poeta Mario CABRE, causándole ella más heridas que una cornada de "Miura".

Ava Lavinia Gardner, que así constaba en su partida de nacimiento, habría cumplido este pasado 24 de diciembre, 78 años (nació el 24 de diciembre de 1922), creció, como la menor de seis hermanos, en una granja, colaborando en las tareas de la misma, criándose como un chicuelo y ordeñando vacas. Tenía sólo cinco años cuando fumó su primer cigarrillo y fumó durante toda su vida.

Ava Lavinia Gardner se enamoraba en las oscuras salas de cine de Clark Gable, lejos de pensar que ella misma se convertiría en un ídolo de las pantallas, y que, transcurriendo el tiempo, trabajaría con él.

Se dice que Ava Lavinia Gardner, que fue uno de los mayores símbolos sexuales del cine, no tuvo novio alguno hasta llegar, siendo virgen, a su primer matrimonio con Mickey Rooney. La unión de ambos fue un desastre total. Ella buscaba en su compañero la ternura, la amistad, la comprensión, en tanto que su esposo, Mickey Rooney la dejaba durmiendo, se iba a jugar al golf y a que sus amigos le rieran sus gracias. Antes de llegar al primer aniversario de boda, se produjo el divorcio.

Más tarde, los amores y amoríos de la actriz, fueron extensos.









Pero cuando Ava GARDNER viajó por vez primera al extranjero, se enamoró del Reino Unido y de España, los dos países en los que pasó una buena parte de su vida. De España, según ella misma decía, le entusiasmaba, la seducía, el ansia de vivir de sus gentes, los toros y el cante. Lo que para Ava GARDNER seguramente no fue más que una aventurilla sin importancia, para Mario CABRE fue un sueño hecho realidad.

Aquella mujer, Ava, le inspiró versos incontenibles, poemas, libros que encerraban sonetos de amor inconfundible...

Algunos de estos libros, de edición limitada, y que me fueron dedicados en su día por mi amigo Mario CABRE, figuran en un lugar preferente en mi biblioteca.

En noviembre de 1950, en teoría, se dijo que Frank Sinatra, con quien Ava GARDNER estaba comprometida, pese a que por aquella época él estaba aún casado, venía a España a "descansar" pero realmente fue que se enteró de que los poemas que Mario CABRE dedicaba a su "partenaire" en "PANDORA" habían prendido en Ava GARDNER, cosa que había sido aireada ya por la prensa de EE.UU. Le armó un cisco a Ava Gardner en Tossa de Mar, durante el rodaje de "Pandora".

Realmente, Ava GARDNER y Frank Sinatra eran la pareja adecuada para el tipo de vida que pretendían vivir: apasionados, violentos, amantes de la bebida...Frank Sinatra arrancó materialmente a Ava GARDNER de los brazos de "su" torero, Mario CABRE, con un montón de promesas y un anillo de bodas..Parece ser que Frank la abofeteó y ella le besó, llorando...

Se convirtió en su segunda esposa en 1951, divorciándose en 1956, tras una vida matrimonial azarosa....

Posiblemente para que Frank SINATRA se convenciera de que su relación con Mario CABRE no pasó, para ella, de simple aventura, no dudó en manifestar en sus memorias: "Cometí un error.....tras una de aquellas románticas noches españolas en Tossa de Mar, noches llenas de estrellas, bailes y copas.......me desperté y me encontré en la cama en brazos de Mario CABRE. Fue la única vez y no hubo más..."

Para Mario CABRE sí hubo más. Algunos dirán:"Ufff.versos de un torero.....", con un cierto escepticismo. Pero lo cierto es que Mario CABRE recordó para siempre aquella Ava GARDNER magnífica, pletórica, cuya belleza le habia calado en lo más hondo.
Fue entonces cuando Mario CABRE, en 1950, y tras la marcha de la actriz, escribió ese libro de poemas "DANZA MORTAL".Ya el título abarca la poesía y el toreo.¿Es otra cosa el toreo y otra cosa la poesía? ¿Y es otra cosa todo arte, cuando en él se pone lo mejor de la vida, es decir, toda el alma?



Mario CABRE, por su profesión, supo de esta danza del amor y de la muerte,no siendo de extrañar que encontrara en la poesía su expresión más adecuada.

Hay en sus poesías una emoción honda, la de quien tantas veces vió de cerca la muerte, la de quien tantas veces volvió de la muerte; la del que sabe, como él mismo dijo un día, en una de sus poesías, "que la muerte no se improvisa".

Reproduciré aquí, en memoria de ese amigo querido que fue Mario CABRE, una de las poesías de dicho libro:

BAILANDO BAJO EL SIGNO DE LA MUERTE


Resbalando majestuosa y levísima
por una superficie de arpas sin triángulos
que sus plantas tendían absorbiendo el sonido.
Sus plantas -domadoras de vértigos-
sobre el dulce abismo de la fantasía.
Despreocupándose de guardar equilibrios
-desmenuzados en porciones simétricas-
que no estuvieran dentro
de su área sentimental.

Nunca tuvo sus pasos amarrados
al tronco de la escarcha.
Un ardiente derroche de embriaguez medida
renovaba la incesante desaparición
de vibrátiles arquitecturas.
La igualdad justa y emotiva de su ser
-lanzado y recogido
recogido y lanzado-
moraba en la rica ordenación imaginaria.

¡ Qué ramo de poses distintas!
¡Cuánta riqueza en rápida transformación!
¡Qué sortilegio
al quedar convertida su anímica estructura
en palacios nubosos
-tan llenos de figuras corpóreas-
que ya no se movían!

El lago ensimismado de las tablas
realzaba su cuerpo
-de alabastro hecho carne-
en el frágil flotar de sus evoluciones.

Discípula del aire.
Maestra de las hojas, las aves y las aguas
en la academia -sin barra- de las estaciones.
Torrente de cumbres
en busca de llanos,
para ir y venir a su antojo
con la tímida ofrenda -variación en jazmín- |
de aquellas concepciones que anidan en la ráfaga.

Por primera vez
el conjunto desvanecente de la danza
adquiría eternidades escultóricas.
No podía perderse
aquella afinidad de los sentidos.
Eran los efluvios que dejaba su aura
con la finura triste
de un violín nostálgico y desierto.

Envuelta en un sueño de pálidos tules.
Danzando sobre alfombras de ríos y sauces
bailes etéreos, perfumados de estrellas,
atraía compases, de fuerza irresistible
para hipnotizar
la curva latente de su cuerpo.

De sus brazos surgían plenitudes de auroras;
primaveras y rosas; pajarillos y espumas,
y soberbios racimos de pasiones en mímica.
Y ella lo deshojaba todoo,
con la exquisita gracia
de un movimiento.

!Qué cansancio de antiguas campanas,
llenó la redondez
lirio, onda o beso
de su garganta en tímidas esperas!
El matiz agónico de la lejanía
hizo un nido de acordes profundos
para mecer la caracola de sus oídos,
¡Presagio del acercamiento emboscado..!

Pero su voz- sonido entre sombras acariciantes-
anhelaba conocer la transparencia
de la vibración más sensible.
La fortaleza de las rocas y los aluviones,
la vigilia constante de los ecos.

Mario CABRE
1950.

Muchos más años después, Mario CABRE enfermó. Pasó largas estancias en un centro de recuperación en Benicasim, pero regresó a Barcelona, su ciudad natal, en donde estaban sus amigos y sus recuerdos.

Posteriormente una hemiplejia le dejó la parte derecha paralizada. Su mano derecha ya no podría escribir. Pero Mario CABRE, hombre fuerte y tenaz donde los hubiese, empezó a aprender a escribir de nuevo con su mano izquierda y así, lanzó otro libro que tituló "NANAS". Las "nanas" como la mayoría saben, son las canciones de cuna que las madres cantan, amorosamente a sus hijos para que éstos se duerman. Su raíz es eminentemente popular y ya Federico GARCIA LORCA estudió y escribió sobre dichos orígenes. Existen dramáticas "nanas" en Andalucía, patéticas "nanas" del Norte y Oeste de España. Particularmente tristes son las "nanas" con las que las gitanas de Sevilla duermen a sus hijos.

Desde esa orilla de su mar azul, decaído su físico pero no así su espíritu, Mario CABRE nos dejó sus preciadas "NANAS" de las que transcribo una:

EL NIÑO

El mar- en su lengua-
le habla a los barcos.
!Qué vuelo de aves
alegra el espacio!

El niño, a sus anchas
mira el azul claro.

Los peces de piedra
siguen respirando
que el agua del aire
los mantiene a salvo.

El niño, cual ángel,
sonrie a los pájaros.

Se comban las ramas,
!Qué bellos sus arcos!
De sembrar calores
el sol va cansado.

El niño, anhelante,
extiende los brazos.

Mario CABRE
Vallirana (Barcelona) 29 Diciembre 1978

Después de su muerte, acaecida en el año 1990, tras larga enfermedad, Moratalaz le dedicó una calle, que comienza en Pico de los Artilleros hasta encontrarse con Fuente Carratona. Barcelona y sus amigos, siguen recordándole a través del recuerdo y a través de sus obras.

Nunca te olvidaremos, Mario.

2 comentarios:

Julio Dìaz-Escamilla dijo...

¡Qué vida la de este artista! Y qué suerte la tuya de haberle tenido como amigo. Apasionante.
Un abrazo.

mamapi dijo...

Querido Julio, gracias por tu comentario, pero desgraciadamente, no pudo ser mi amigo, mas bien por la edad de el,ya que el siendo muy mayor yo todavia era muy joven, pero he sido desde muy joven una ferviente admiradora y seguidora de sus poemas cuando los recitaba en radio barcelona.
Un abrazo