lunes, 13 de septiembre de 2010

VIDAS TRUCULENTAS
CASI TODO LO QUE SABEMOS DEL PRÓJIMO ES SIEMPRE DE SEGUNDA MANO

domingo 12 de septiembre de 2010
UNA HISTORIA DE JUSTICIA PREVENTIVA


Miguel Montes Neiro, el preso más antiguo de España, es un anciano de 60 años con un tumor testicular y problemas en el riñón derivados de una paliza reciente. Gajes del oficio para quien no ha conocido más profesión que la de reo desde que pisara por primera vez el suelo de una prisión, el 7 de octubre de 1976.

Desde entonces, su desgastado mono a rayas se ha paseado por prisiones de Granada, Córdoba, Jaén... Sí, Miguel ha visto mundo, pero siempre a la sombra. Una veintena de causas -ninguna de sangre-, 16.822 días en prisión provisional, 1.400 días fugado -repartidos en cinco etapas distintas- y 34 años en prisión, resumen en cifras su historia.

El "preso por excelencia", como lo define su abogado, es un hombre cansado de no vivir que intentó colgarse en su celda hará ahora casi un año. "¿Qué salida le queda?", se pregunta Felix Ángel Martín García, comprometido con su causa a pesar de que asumió la defensa de este Guinness de los presos hace sólo tres meses.

Al otro lado de la línea, sus palabras suenan descorazonadas pero su voz transmite determinación: "Ese se me muere ahí o, al menos, están por la labor".

Hace mucho que los dedos de la mano no sirven para llevar las cuentas. Así, el principio es lo único claro en este asunto: "Le declararon prófugo en el servicio militar y lo metieron en la cárcel". A partir de ahí, todo se emborrona.

Ironías de la vida, la cosa es que aquel joven de 26 años al que la mili se le antojaba el peor de los encierros se ha hecho mayor entre rejas.

Cuando lo cuenta, cuesta creer que en 34 años Miguel apenas haya disfrutado de ningún privilegio penitenciario. "Mientras ha cumplido condena tenía preventivas y los presos en esa situación no pueden ser clasificados. Por ello, salvo excepciones como el entierro de su madre, nunca ha disfrutado de un permiso", aclara el letrado.

Lejano o próximo, el problema de Miguel es que no vislumbra un horizonte. "Tiene asumido que o se escapa o se quedará ahí para siempre". Ante esa situación de abandono, ante "el fallo brutal del sistema", su abogado lo tiene claro: "La obligación del preso es intentar fugarse".

La vida de Montes Neiro se convirtió, desde hace tiempo, en una especie de 'Minority Report', una película en la que Tom Cruise atrapaba a los criminales antes de que cometieran el delito. El historial penitenciario de Miguel se parece mucho a esa historia de ciencia ficción. "Las prisiones preventivas no tienen como finalidad el cumplimiento de una condena futura", es un "quebranto absoluto de su presunción de inocencia", dice su abogado al aclarar que gran parte de los 46 años y ocho meses que acumula en prisión provisional no le han sido liquidados.

Este error penitenciario explica que Miguel haya pasado en prisión provisional más tiempo del que luego fue condenado por algunas de sus causas. Por esta vía, o por la del límite máximo de 20 años contemplado en el artículo 76 del Código Penal, la defensa de Miguel cree que "ha pagado de sobra".

Al otro lado del teléfono, resulta fácil imaginar el gesto torcido de Félix Ángel cuando se le pregunta por algún caso similar al de su cliente. "No, nada parecido. Por su puesto que hay casos complejos, pero se suelen resolver aplicándoles el triple de la [pena] mayor". En el caso de Miguel, su condena más larga era de seis años, por lo que sólo podría haber permanecido 18 años encerrado.

La aplicación de esa fórmula jurídica, según la cual, Montes Neiro estaría libre desde el 12 de noviembre de 1998, pondría remedio a una "cadena perpetua encubierta" criticada en esos términos por asociaciones pro derechos humanos.

El "planteamiento objetivo" del nuevo abogado de Montes Neiro pide, por primera vez, que liquiden las penas del histórico preso quien, según el letrado, "se muestra ilusionado" a pesar de su "desconfianza hacia el sistema".

Puede que esta vez, la libertad de Montes Neiro vaya por buen camino. Al menos eso hace pensar el traslado "injustificado", según la hermana del preso y su abogado, al que querían forzar a Miguel. "Cuando empezamos a salir en los medios quisieron trasladarlo a Huelva para que no pudiéramos hablar con él", explica su hermana Encarna.

El tratamiento médico que recibe en Jaén por los múltiples achaques y enfermedades que padece, le salvó del cambio de penitenciaría.

Su abogado asume que Miguel "está institucionalizado", en otras palabras, "no tiene ninguna capacidad de reinserción cuando la finalidad de la cárcel debería de ser esa". "Es un fallo brutal del sistema", repite.

"Ningún tribunal quiere analizar el caso en su conjunto". Pero toda madeja de hilo, por enmarañada que esté, tiene dos extremos. 34 años y muchos abogados después, el final de este ovillo puede estar más cerca. Félix Ángel sabe que ha durado demasiado: "Pido su libertad".

LEE EL ARTÍCULO COMPLETO DE JUAN DIEGO MIÑARRO EN:

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/13/espana/1281716175.html

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