3/06/2012 |
lainformacion.com
Lisboa, 3
jun (EFE).- El Rock in Río Lisboa vivió hoy su jornada más romántica con la
actuación de Stevie Wonder y Bryan Adams, en
lo que fue una continua lluvia de éxitos durante la que ambos demostraron que
todavía están en buena forma en el escenario.
El cantante
canadiense Bryan Adams se presenta en Rock in Rio, en Lisboa (Portugal). EFE
Lisboa, 3
jun (EFE).- El Rock in Río Lisboa vivió hoy su jornada más romántica con la
actuación de Stevie Wonder y Bryan Adams, en lo que fue una continua lluvia de
éxitos durante la que ambos demostraron que todavía están en buena forma en el
escenario.
El cuarto
día del festival colocó en las tablas a dos veteranos (62 años de Stevie Wonder
por los 52 años de Adams) con una larga carrera a sus espaldas, autores de
algunas de las baladas más populares que se recuerdan, lo que les permite hacer
conciertos como los de hoy, sin temas nuevos pero igualmente apreciados por el
público.
Prueba de
ello fue la mezcla de generaciones que se dio entre los asistentes a sus
conciertos -más de 70.000 personas, según informó la organización-, donde se
dieron cita desde adolescentes hasta personas de mediana edad, muchos de ellos
incluso con sus hijos.
La noche se
alargó hasta las tres de la madrugada, después de que la actuación de los dos
cabezas de cartel se alargara más de dos horas cada una.
Con sus
míticas gafas negras y una sonrisa deslumbrante salió el estadounidense Stevie
Wonder al escenario, desde el que derrochó voz y energía además de dar un
recital con el piano y la armónica.
Considerado
prácticamente un mito viviente y uno de los artistas negros más importantes de
la historia -de él dice Elton John que es
el mejor cantante de "R&B" que nunca ha habido junto con Ray
Charles-, interactuó constantemente con el público, al que instó incansable a
tararear, cantar y disfrutar sus canciones.
Sus temas,
una mezcla de ritmos africanos, "reggae" y "soul", dieron
cabida a la trompeta, los bongos, el piano, la guitarra, la armónica y el
sintetizador, entre otros instrumentos.
Ciego de
nacimiento -debido a que el suyo fue un parto prematuro y acabó por recibir
demasiado oxígeno en la incubadora, según ha explicado él mismo en decenas de
ocasiones-, eso no le impide moverse con alguna ayuda por el escenario o
incluso tocar un piano "portátil" tumbado en el suelo, como hizo hoy
nada más arrancar su espectáculo.
El
estadounidense volvió a brillar, tal y como ya hiciera en otro Rock in Río, el
de Brasil, en 2011, en el que se coronó como uno de los artistas más destacados
de todo el festival.
Temas como "The
way you make me feel", "Love it", "I
just called to say I love you", "Superstition" o
"Overjoad" fueron sonando, prácticamente sin darse un respiro y en
varias ocasiones casi entremezcladas.
La lluvia a
punto estuvo de hacer aparición e incluso durante varios minutos cayeron gotas
amenazadoras, pero finalmente nada evitó que Stevie Wonder cumpliera con su
actuación, en la que interpeló al público para defender que es posible
"cambiar el mundo y hacerlo mejor".
Antes que
él, el canadiense Bryan Adams había hecho vibrar a los lisboetas al mando de
sus guitarras -a veces eléctricas, a veces española- con un repertorio basado
en la mayoría de sus grandes "hits", casi todos de los 80' y los 90'.
Desde
"Back to you" hasta "Heaven" pasando por "Cloud number
9" o "Here I am", el artista -al que muchos señalan como el
canadiense más popular en el mundo entero- apenas se dejó éxitos en el tintero.
Sus
frecuentes punteos a la guitarra, varias carreras de lado a lado por el
escenario, y su inconfundible voz, un punto ronca, reflejaron su lado más
rockero, que intercalaba con algunas de sus más íntimas baladas.
En algunas
de estas canciones más íntimas se vieron imágenes curiosas, como en
"Everything I do", cuando más de una pareja logró abstraerse de la
multitudinaria compañía que tenía alrededor para bailar agarrada.
El momento
álgido de la noche llegó cuando Adams decidió sacar a una persona entre el
público para que cantara a su lado "When you're gone".
Coincidencia
o no -él propio artista nada dijo sobre que fuera premeditado y aparentó
echarlo a suertes-, la elegida fue Vanessa Silva, una cantante y actriz
portuguesa conocida por haber participado en varios programas de televisión y
musicales lusos y con la que formó un dueto que volvió a enganchar al público.
El escenario
principal del festival, ubicado en un valle en el parque de Bela Vista, acogió
así una jornada inolvidable con dos de los "grandes" a la espera del
quinto y último día, cuando "The Boss",
Bruce Springsteen, pondrá fin a esta edición del Rock in Río Lisboa.
Óscar Tomasi
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