Cuatro funcionarios del Inem robaban 3.000 expedientes cada
mes
A. Fernández
11/06/2012 (
Los
traficantes de datos implicados en la ‘Operación Pitiusa’ extraían de los listados de la
Seguridad Social unos 3.000 expedientes mensuales, según estimaciones de los
investigadores. Este número se iba a quedar muy corto en el presente año, en
que se disparaba la demanda. El intermediario que controlaba a los funcionarios
era Francisco ‘Paco’ Pérez, que tenía a sueldo a cuatro funcionarios de
la oficina del Inem de Badalona, detenidos el pasado 7 de marzo: David
Vitales, Mercedes Gómez, Carmen Huelves y Montserrat Furio.
A su vez, este intermediario trabajaba para un matrimonio con domicilio en
Badalona, Ana María Xicola y Eduardo Ferrer, que pasaban la
información a detectives o despachos de asesores de toda España.
El 5 de
enero de este año, Paco se ponía en contacto con Mercedes Gómez,
empleada del Inem. Casualmente, esta funcionaria, con más de 30 años de carrera
en la Administración, había estado casada con un hermano del actual ministro del Interior,
Jorge Fernández Díaz.
Paco: Empezamos bien el año. A partir del
lunes vas a tener miles para hacer. Lo que sí me piden es un mínimo diario...
ciento cincuenta... sí... me dijeron mínimo de cien... doscientos diarios...
Mercedes: ¡Qué bien! ¡Qué bien! ¿De cuánto?
¿De teléfonos? Sí, yo creo que sí podré...
Hasta
entonces, a Mercedes le hacía llegar bloques de 80 ó 90 consultas cada tres o
cuatro días, por lo que el volumen de trabajo iba a incrementarse notablemente.
Según las previsiones del intermediario, si diariamente le iba a encargar la
sustracción de 100 ó 200 expedientes, el volumen mensual sólo de esta
funcionaria sobrepasaría los 3.000 datos confidenciales sustraídos cada mes.
Los miembros
de la trama tomaban especiales medidas de seguridad en sus comunicaciones por
si eran vigilados y hablaban en clave. Los expedientes sustraídos, por ejemplo,
eran “empanadillas”, “galletas”, “fotocopias”, “teléfonos”, “hojas” o
“camisetas”. Los pagos en efectivo se llamaban “referencia”. Por
ejemplo, cuando un empleado decía a su interlocutor “referencia 450” era porque
tenía que abonarle 450 euros.
Con Montse
Furio, el modus operandi era similar al que tenía con Mercedes. El pasado 2 de
enero, la empleada del Inem se comunicaba con Paco.
Montse: Ya tienes las empanadillas
todas... que has encargado. Ya están todas... ya nos las han preparado todas.
Paco: ¿Cuándo te va bien? ¿A las tres?
Montse: Sí, aquí en las dos plazas de
parking. Allí te las entrego. Son... ehhh... 149... pues... cuatro... cien...
447.
Las
entregas, en un parking
En otras
palabras, debía entregar 149 datos, a tres euros cada uno, total, 447 euros.
Además, el punto de encuentro es siempre el mismo: el parking subterráneo
que hay en la plaza de Cataluña de Barcelona, en la entrada de la Rambla de
Cataluña. Con Montse, se detectaron continuos intercambios de documentación, a
la que también se referían en ocasiones como “camisetas” o “galletas”. Todos
los encuentros fueron vigilados de cerca por los agentes del grupo de Seguridad
Privada de Barcelona del CNP, que se hizo cargo de las investigaciones. El
día 3 de enero, por ejemplo, vendió otro paquete de datos por 414 euros. Y el
día 5 de enero, otro por 384 euros. La funcionaria, además, llegó incluso a
facilitarle el número directo del teléfono de la oficina del INEM “porque
siempre está a mi lado” por si se olvidaba el móvil en casa.
De las
investigaciones se desprende que Paco gradúa perfectamente los encargos para
repartirlos entre los cuatro funcionarios que tiene a su servicio. En ocasiones,
el volumen de trabajo en la oficina es tal que no tienen tiempo material de
cumplir el encargo y por ello posponen los encuentros. El 10 de enero, por
ejemplo, Montse se excusa. “Ayer y hoy ha sido brutal, una salvajada, porque he
tenido que estar atendiendo casi exclusivamente... dejando mis... mis cosas...
exclusivamente a la atención del usuario... el público…“.
Venta de
declaraciones de renta
Otra rama de
la trama de informadores tenía a otros funcionarios comprados, tanto del Inem
como de Hacienda. Es lo que se desprende de los contactos que mantenían el
intermediario Juan Antonio Rama, alias Juanito, con el detective
barcelonés Ramón Cot.
Según
fuentes del sector, Ramón Cot llegó a ser distinguido con una mención
honorífica por la Policía en 2010 por su “especial dedicación e
iniciativa en determinadas actuaciones relacionadas con la investigación
privada”. Jugador consumado de billar, Cot fue contratado también por el
Circuit de Catalunya como responsable de la seguridad dentro del recinto.
Pero su verdadera especialidad parecía ser la extracción de datos
confidenciales de la Administración, área donde desplegaba claramente su
especial dedicación e iniciativa. En sus conversaciones con Juanito, ambos
hacen referencia a las “consultas R”, es decir, a declaraciones de
renta. Ramón cobra entre 1.300 y 1.500 euros por cada declaración facilitada,
pero hace rebajas en el precio si se piden varias. Además, propone a su
interlocutor en un momento determinado ampliar la adquisición de datos
confidenciales a las empresas de alquiler de coches Hertz y Avis, donde,
según asegura, puede extraer “todos los datos”.
Ramón: Los de uno punto tres, te bajo
100 euros cada uno, los dejamos en uno punto dos [se refiere a que en lugar de
cobrar 1.300, le cobrará 1.200 euros por expediente de renta]. Los de uno punto
cinco, te los dejo a uno punto tres. En la persona física, te lo saco todo
siempre. Siempre habíamos dicho uno punto cinco las físicas. Y te rebajaba
siempre a uno punto tres las jurídicas. Estaba en función de qué jurídicas
hubiera... y siempre hemos hecho uno punto cinco la fina. Te lo he dicho otras
veces... si tiene coche... los antiguos financieros no están en la R. Te estoy
rebajando cuatrocientos euros, macho. Cuatrocientos euros que dejo de ver yo. A
mí no me van a rebajar.
Juanito: ¿Cuál es uno punto...? ... si sólo
es la R... me piden sólo la R. O sea, lo de las cuentas es lo mismo. Pedir,
tengo que pedir todo. Lo de las cuentas quedaría también en uno... bueno, pues
nada. Pídelo, pero pídelo ya... y el DNI te lo daré en cuanto me llegue.
En noviembre
del año pasado, Juanito le comunicó al investigador que consiguió un cliente
capaz de realizar 1.000 consultas mensuales de “laborales”. Conocedor de que el
detective tiene un contacto en la Administración, le propone que pague estos
expedientes al funcionario a 13 euros y ellos cobrarle al cliente 15 euros cada
consulta, por lo que ganarían 1.000 euros mensuales cada uno sin
despeinarse.
Juanito: A ver, tres cosas. ¿Cómo va el
tema ése que falta? (...) Él me ofrece que nos daría mil y nos lo pagaría a
quince... Le estamos dando mil... no hay que adelantar el dinero. Tienes que
decirle a trece, para que nos quede un euro a cada uno. No vamos a hacer la
cosa sin ganar nada. Tendremos que ganar un euro cada uno mínimo... Aseguramos
13.000 euros todos los meses.
Acto
seguido, Cot envía un SMS a Ana María Xicola con un escueto mensaje: “Me
garantiza 1.000 mensuales si las dejamos a 12 euros”. Y poco después, remite
otro mensaje a Juanito: “Última apretada, a 13 € para mí, 14 € para ti. Ponte
las pilas”.
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