viernes, 15 de junio de 2012

REGENERACION GENERACIONAL.YA ¡!.




Tenemos prácticamente 6 millones de parados. O más. Algún día lo sabremos de cierto. Hoy aún se esconde con varias formas de maquillaje iniciada hace ya algunos años.

Espero que pronto sepamos cuantos parados realmente hay en nuestro país.

Pero lo que es más terrorífico es que más del 50% de parados son jóvenes de menos de 30 años.

Es una vergüenza nacional y los políticos tan tranquilos.

No deberíamos ponernos todos a pensar de que forma se puede reducir el escandaloso número de parados y el escandaloso hecho de que más de la mitad sean jóvenes con ganas de trabajar pero que no tienen salida laboral posible.

Cada día nos informan de que una cantidad de jóvenes están saliendo de España para irse a trabajar al extranjero. Como en los años 60 del siglo pasado, pero con la gran diferencia de que los jóvenes que ahora se van son los mejor preparados y salen a ocuparse de trabajos que precisan tecnología y preparación. No como aquellos de antes que iban de trabajadores sin cualificación alguna para labores de menor importancia laboral.

Lo digo con conocimiento de causa. Conozco a varios de ellos.

Y digo yo : No sería mejor que todos los jóvenes se quedaran en el país dándoles el trabajo en las distintas facetas de nuestro entorno industrial, bancario, comercial, docente, político, agrario, turístico, etc., etc.

Para ello deberíamos hacer una regeneración de nuestras plantillas en las empresas, en las escuelas y universidades, en nuestro entorno agrario o de pesca, en nuestros partidos políticos, en nuestros sindicatos y en todos nuestros entornos de ejecución de cualquier campo laboral, empresarial y representativo social y político.

Si para dar entrada a los jóvenes debemos de retirarnos los veteranos, debemos hacerlo ya.

Dentro de poco no servirá ya para nada este cambio de generaciones pues no tendremos ni empresas, ni bancos, ni políticos, ni sindicalistas. Nada de nada quedará si no se da a los jóvenes que se puedan defender en su vida, crear una familia, tener un techo para cobijarse y ser una persona, no como ahora que es menos que nada, sin trabajo, sin una familia propia, sin un techo propio, sin ilusión por el futuro, sin nada de nada y mal viviendo con sus padres o si estos han fallecido, sin nada.

Que queremos para nuestros hijos ¿?

Una vida sin futuro ¿?

Una vida plena como hemos tenido nosotros ¿?

Estamos a tiempo, pero se nos agota. Debemos de ser valientes y darles las posibilidades que tuvimos nosotros hace 30 años o más.

Como debe de hacerse es con ganas de mejorar su forma de vida, por lo que es importante que en cada puesto de trabajo, sea en las empresas, en la política o en los sindicatos, tanto en los puestos más humildes como en los puestos de dirección, de jefatura, de importancia en el proceso productivo, de partido político, de sindicato, etc., etc., se den de baja a los que han sido más importantes hasta hoy y dejen su puesto a la nueva generación, para que se pongan a trabajar y dar un nuevo ímpetu a los negocios, a los entes de representación , empresarial, política o sindical.

Tenemos a jóvenes suficientemente bien preparados para tomar el relevo generacional que necesitamos. No les neguemos su necesidad, su derecho, su gran posibilidad de implicarse en el proceso de futuro.

Solo se conseguirá si nuestra generación (en su totalidad) renuncia a estar en primera línea y entrega la “llama de la esperanza” a los jóvenes.

Nuestra recompensa será del cien por uno. Veremos como son mejores que fuimos nosotros y nos darán muchas alegrías que podremos compartir entre todos nosotros.

No pensemos egoístamente en apurar nuestra forma de vida. Démosles un voto de confianza que seguro nos devolverán con su agradecimiento sincero por haberles facilitado la posibilidad de demostrar su valía.

Pero para que ello sea eficiente, debemos de ser todos sin excepción los que les ofrezcamos nuestro puesto en la sociedad. No vale decir que sean solo los que trabajan en un determinado sector de nuestra economía, o de ser los que estemos ya superando los setenta años.

Cualquier persona puede retirarse de su quehacer diario con dignidad y aunque sea un privilegiado de las finanzas, de la industria, de la banca, de la política, de los sindicatos, sean currantes o jefazos, pueden hacerlo.

Dejen ya su trabajo en manos de los jóvenes. Ellos son tan conscientes, o más, de lo que fuimos nosotros. Démosles su oportunidad ahora ya.

No creamos que no serán merecedores de nuestro sacrificio al renunciar a nuestro quehacer para que ellos tengan trabajo y posibilidades de vivir su vida con dignidad, no como ahora que no tienen posibilidades ni dignidad alguna, porque se lo hemos negado reiteradamente cerrando las empresas y dejándoles en el paro.    

Un buen político se precia de hacer lo mejor para el ciudadano. Ahora lo podrá demostrar dejando sus quehaceres y dando entrada en los partidos políticos, con voz y mando a los jóvenes.

Sin problemas, los sindicatos podrán entregar la representatividad a los jóvenes, quedando sus dirigentes como buenos sindicalistas en el cuadro de honor de los secretarios generales, de los secretarios territoriales, y de todos y todos los secretario y representantes sindicales.

Los empresarios podrán ser presidentes de honor de sus empresas y todos los gerentes y apoderados están en un cuadro de honor por haber dado su puesto de trabajo para que surjan nuevos dirigentes en los jóvenes. Incluidos los consejeros y directores generales u ordinarios.

En las escuelas, universidades, centros docentes, se renovarán todos los cargos, desde los rectores, los consejos escolares, los maestros y maestras de una cierta edad, propiciando que sean todos ellos jóvenes.

En la banca también se podrían retirar de sus consejos de administración, de dirección general, etc. Hay infinidad de jóvenes esperando su oportunidad para dirigir los bancos.

Cualquier actividad es susceptible de regeneración generacional.

En multinacionales, en autónomos, en pequeños comercios o en grandes superficies, en supermercados, en grandes cadenas, en pequeños negocios. En fin, en todos los posibles puestos de cambiar a unos trabajadores que ya han dado todo su jugo por el país a la nueva generación sobradamente preparada. Preparación que nos ha costado mucho a todos nosotros. No lo echemos por la borda y démosles su oportunidad.

El Abuelo Cabreado!!

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