viernes, 25 de mayo de 2012
QUO VADIS HISPANIA ¿?
Desde cuando está poblada la región que se denominaba Hispania por la civilización romana ¿?.
No sabemos muy exactamente desde cuando. Pero si sabemos que miles de años.
También sabemos que sucesivamente los habitantes fueron Iberos, Godos, Astrogodos, Vándalos, Fenicios, Cartagineses, Arabes, y posiblemente muchos más que no sabemos a ciencia cierta. (No es una descripción exaustiva. Solo es una porción de la memoria que me quedó después de olvidar todo lo que aprendí en mis años de estudiante ).
Hubo un momento que teníamos varios reinos, con un monarca al frente, muchos trozos llamadas Taifas, con un caudillo árabe al frente de cada una de ellas.
Después, tras muchas luchas, grandes batallas y muchos muertos, se llegó a una formación de todos los territorios como una gran nación. Se le llamó España.
Asi ha sido durante unos 500 años, más o menos.
Pero todo tiene su final y le ha llegado el final a esta gran nación que era la más importante del mundo occidental hasta hace unos 250 años aproximadamente. Con posesiones en medio mundo y siendo una pieza principal de la política internacional.
Primero se le dejó muy poco espacio en el concierto mundial, retrocediendo constantemente ante las naciones más peleonas de Europa.
Después se nos fueron de las manos todos los territorios que habían sido gestionados por nuestro gobierno nacional.
En el siglo pasado se produjeron unas desgraciadas actuaciones de nuestros gobiernos que nos condujeron a unas matanzas indiscriminadas entre hermanos, surgiendo un periodo de paz obligada en la que crecimos y nos desarrollamos como ciudadanos europeos, con una fuerte presencia de turismo procedente de los países que hace más de 2.000 años le les conocía como bárbaros a sus habitantes.
Desde hace unos 35 años nos adjudicamos un sistema de gobernarnos a la que llamamos democracia autonómica.
Hasta entonces aún seguíamos llamando a la nación de todos como España.
Pero cambió todo en poco tiempo.
Se creó un sistema de libertades que en principio fue creado con gran ilusión por parte de todos. Pero al ponerlo en macha se produjeron fricciones entre las distintas sensibilidades de nuestros representantes.
Ya no era tan importante el destino común de todos los habitantes de la nación. Se postergó la palabra España y la palabra Nación. En su lugar se nos fue inculcando que designáramos a nuestro conjunto social como País, en lugar de España o Nación.
La palabra de Nación fue succionada por las distintas formaciones que mandaban en las distintas autonomías. Solo son Naciones las partes de este País que se estructuran como autonomías.
Cada vez que se plantea que somos y a donde vamos es distinta la respuesta, según sea el color del gobierno de turno que está mandando en el conjunto del País y según le permitan los 17 gobiernos de las 17 autonomías en que hemos troceado nuestro País.
Todo este conjunto de 18 formas de ver a nuestro País, no va al unísono. Antes al contrario. Cada unos de los gobiernos va a su bola y reivindica para su territorio una porción del pastel cada vez más exigente y mejor valorado que lo que les corresponde a los demás.
No tenemos una política común. Todo se ha de negociar entre los 18 gobiernos. Todo es una confrontación entre unos y otros para atraerse una mayor parte del pastel.
Pero ahora ya no queda pastel y todos se preguntan como seguir teniendo un buen trozo del pastel que ya ha dejado de existir.
Las Naciones de nuestro entorno no entienden nada de lo que en solo 35 años ha sucedido en la otrora España, hoy un País sin nombre concreto y que se nombra de forma ambigua pues nadie sabe como llamarnos.
Todo el mundo entendería que nos separarnos en 17 Naciones, Paises, o como se les quisiera llamar. Pero nadie entiendo el gran lio formado con nuestros espacios comunes en más de 500 años y ahora tan distintos unos de los otros. Con leyes distintas, economías distintas, políticos distintos, formas de entendernos distintos, con reivindicaciones distintas, sin nada en común que nos coexione y nos haga avanzar por la senda de un gran “País”.
Cuando alguien te pregunta de que sitio eres, no sabes ya que contestar. Debes de decirle que eres de un sitio que se llamaba España pero que ahora ya no sabes como se llama ¿?.
Si tenemos 18 formas de llamarnos, 18 formas de gobernarnos, 18 formas de estudiar nuestra historia común, 18 maneras de pensar todas diferentes y encontradas las unas con las otras, etc., etc., solo nos queda que volver a los sistemas de hace siglos al que llamamos Taifas.
Quizás en el futuro sepamos como llamarnos a nosotros mismos. O tal vez no hará falta ya que nos llamen algo en común. Seremos albaceteños, catalanes, extremeños, sorianos, andaluces, murcianos, asturianos, gallegos, vascos, aragoneses, leoneses, madrileños valencianos, canarios, baleareños, cántabros, pero no españoles. Nunca españoles, pues nos han quitado ya el posible orgullo de ser de una gran nación, como lo fue históricamente hablando.
Si quisiéramos aún podríamos rectificar y subirnos al carro de las grandes naciones del mundo, de occidente, de europa.
Pero clara estamos secuestrados por unos pensamientos raquíticos y sin nada de evolución hacia donde tiende el mundo actual : La integración de naciones. En lugar de ello hemos optado por disgregarnos en 17 paises, naciones, o entes menores. De esta forma pasaremos a tener un papel muy poco representativo en todo el mundo.
Como podremos ir 17 formas distintas de entendernos con los demás a China, a La India, a Norteámerica, a sudámerica, a Australia, a los grandes países del mundo. Se reirán de nosotros al ver en que nos hemos convertido, con 17 formas de hablar distintas y sin posible conexión entre ellas.
Nos queda solo que conformarnos con lo que nos han dado como forma de vivir.
No podemos ser un grupo humano con suficiente entidad para poder destacar en el mundo actual. Y no digamos en el mundo futuro. No lograremos nunca salir de la mediocridad en que nos han metido nuestros representantes. No quieren que sea nada de esto. Solo quieren que mandar, lo más posible, aunque sea a una exigua tribu de personas, cada vez menos inteligentes y menos portadores de esencias humanas, sociales y con un sistema de educación tan fracmentado que no sirve para nada. No nos sirve ni para nosotros mismos, pues como va ha servir para el resto del mundo. Cada vez más es peor como nos ven en el sistema educacional exterior. Todos los informes nos dan por imposibles y cada vez nos creen menos inteligentes.
Claro. Como nos van a ver si damos una imagen tan sumamente mala como conjunto de naciones, países o autonomías, o como se nos quiera llamar ya.
Cuando nuestros descendientes se informen de cómo hemos llegado a este marasmo de piezas de un juego infantil, jugado por adultos, pero sin querer serlo en todo su extensión, solo se podrán dar cuenta de una ínfima parte del todo de lo ocurrido. Pensarán que es una historia surealista más de una película italiana de los años 50 o 60 del siglo pasado, que a una historia comprensible y real sin ningún viso de ser creible por nadie medianamente culto.
Aunque no creo que la historia de pasos atrás, y se vuelva a normalizar nuestra vida en común como un solo “País”, nunca perderé la ilusión, la esperanza, la posible idealización de nuestros ciudadanos, sean de las comunidades que sean, pero con un destino unido y sin fisuras.
Pero esto si se produce será por el empeño de todos nosotros como ciudadanos ya que no podemos esperar que los políticos que lo han destrozado sean los que lo recompongan nuevamente. Ellos ya están muy bien así como estamos ahora.
El Abuelo cabreado
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