miércoles, 10 de febrero de 2010

EMPEZAMOS LA CUENTA ATRÁS?



José Antonio Alonso, en su escaño, en una jornada en la que las negociaciones in extremis del PSOE no le salvaron de la derrota. - DANI POZO
MIGUEL ÁNGEL MARFULL - MADRID - 10/02/2010 08:20
Las esquinas de la geometría variable con la que el PSOE ha salvado sus principales proyectos se volvieron a arrugar ayer con la primera derrota de los socialistas en el Congreso en 2010.
El PSOE negoció como cada día hasta los penalties, pero la jugada del PP terminó en gol, y los socialistas se quedaron sin apoyos para evitar la victoria de los conservadores, que pedían una reducción del 25% en el número de altos cargos. Finalmente, el Congreso instó al Ejecutivo es la cuarta vez que lo hace a recortar su estructura.
La derrota tiene un alcance más simbólico que efectivo, ya que la proposición no de ley invita, pero no obliga. En abril de 2009, a instancias del PNV, la Cámara pidió al Ejecutivo un recorte similar y, dos meses después, por iniciativa de ERC, el Congreso reclamó al Gobierno la supresión de tres ministerios. En octubre, el PNV logró apoyo suficiente para una propuesta en el mismo sentido. Ayer, fue el PP quien apadrinó la victoria.
En su primera derrota parlamentaria del año, que el PSOE encajó sin asomo de sorpresa, los socialistas se quedaron solos. Salvo los dos diputados de IU-ICV y el parlamentario de UPN, que se abstuvieron, el resto de formaciones secundó a los conservadores, que contaron incluso con un voto de regalo por parte del PSOE, gracias al error de una de sus diputadas. Este gol en propia puerta no habría alterado en cualquier caso el marcador.
La votación concluyó un debate abierto en un tono particularmente bronco por parte del PP. Los conservadores desempolvaron el "váyase señor González" que martilleó José María Aznar desde la oposición, para disparar a Zapatero aprovechando la expectación que genera el inicio del periodo de sesiones en el Congreso.
Las formas del PP empañaron el fondo de su propuesta, como le afearon el resto de grupos, incluso aquellos que les respaldaron con su voto.
No fue sólo una frase rescatada del diccionario de giros de Aznar. El diputado del PP Rafael Merino, encargado de presentar la iniciativa, barnizó sus palabras con el espíritu de tanqueta parlamentaria que el PP empleó para embestir a Felipe González antes de alcanzar el Gobierno. "Señores socialistas, váyanse, es la mejor política económica que pueden hacer", golpeó primero. "Si tienen ganas de arreglar el país, lo que tienen que hacer es dimitir e irse", remató inmediatamente el diputado conservador.
Y bajo las formas, los argumentos. Los conservadores aseguran que el número de puestos de confianza al servicio del Ejecutivo han crecido un 20% desde 2004. Estos altos cargos desde el presidente hasta el último asesor invisible cuestan, según el PP, 817 millones de euros.
Esta cifra afiló la munición de Merino: "Siguen en el despilfarro y el derroche". "Cuantos más son en el Gobierno, peor le va a España", completó el parlamentario del PP antes de reprochar al Ejecutivo "el gallinero que tiene organizado" y pedir a los socialistas que "se dejen de chorradas".
Discursos "demagógicos"
Ante estos argumentos, el resto de grupos censuró el tono del diputado conservador. "Salen a la tribuna a pedir a un Gobierno legítimamente constituido que se vaya, no para contribuir contra la crisis", replicó la socialista Meritxell Batet. "No vemos nada bien razonados determinados discursos demagógicos del PP", coincidió el portavoz de ERC, Joan Ridao.
Desde el BNG, Francisco Jorquera pidió a los conservadores que "huyan de la demagogia y debatan con rigor". De "poco seria", tildó la actitud de Merino el diputado de CiU Jordi Jané, y Rosa Díez, portavoz de UPyD y situada en ocasiones de perfil al lado de los conservadores, subió a la tribuna para anunciar su apoyo a la propuesta a pesar de no respaldar el contenido de la intervención desplegada por el PP.

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