viernes, 16 de agosto de 2013

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Los abusos de Sonsoles Espinosa en Lanzarote resurgen de sus cenizas

El Semanal Digital

Aprovechando que los Zapatero han vuelto de vacaciones a la que ya es su isla favorita y motivo de interés inmobiliario, el incisivo Peñafiel recuerda olvidados excesos de la exprimera dama

Lanzarote acoge estos días a tres destacados líderes de la política española como el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el Ministro de Industria, José Manuel Soria y el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. Los tres pasan unos días junto a sus familias descansando y haciendo algo de ejercicio físico.

En el caso de José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a la isla el pasado fin de semana acompañado de su mujer Sonsoles Espinosa. El expresidente del Gobierno se ha convertido ya en un asiduo después de conocer la isla en su primer año de mandato al frente del Gobierno español, en el año 2005. Desde entonces ha repetido visitas en 2006, 2009 y también el pasado año 2012, donde vino primer en el puente de mayo a buscar alojamiento y posteriormente en verano donde disfrutó de varios días de descanso.

En esa ocasión el expresidente se alojó en la lujosa urbanización de Puerto Calero, sin embargo estos días descansa en un bungalow en Famara. La pareja ya se interesó en adquirir en propiedad el año pasado uno de estos bungalows bajo el risco, según Canarias7. El expresidente está de incógnito al margen de la prensa y tiene previsto permanecer en la isla hasta el día 19.

Aprovechando que los Zapatero-Espinosa están por la isla, el siempre incisivo Jaime Peñafiel ha aprovechado para recuperar del olvido antiguos desmanes de Sonsoles en su columna de El Mundo.

Peñafiel recuerda que el matrimonio recaló en Lanzarote allá por 2005 en La Mareta, el palacete que el desaparecido rey Hussein de Jordania se hizo construir en Lanzarote "con la colaboración del gran César Manrique". Gran amigo de Don Juan Carlos, el rey jordano decidió regalárselo sin más como "prueba de gran cariño y admiración". Desde entonces por La Mareta no sólo pasaron todos los miembros de la Familia Real sino que allí falleció la madre del Rey, la Condesa de Barcelona, cuando en compañía de sus hijos y nietos descansaba en Semana Santa.

Con estos antecedentes, explica Peñafiel, era fácil imaginar la importancia que para Don Juan Carlos tiene la mansión. Sin embargo, cuando invitó a los Zapatero-Espinosa a utilizarla en las vacaciones estivales de 2005 la quinta primera dama no consideró que la propiedad real se encontrara en condiciones de recibirles, algo que el periodista interpreta como una falta de respeto: "Con toda la cara, enmendó la plana a César Manrique ordenando una serie de reformas que costaron al erario público más de 300.000 euros de entonces, cambiando pavimentos, ampliando la piscina, las zonas deportivas, las instalaciones de iluminación y de refrigeración, entre otras muchas cosas que merecieron una interpelación en el Parlamento".

Por el contrario, contrapone para finalizar su torpedo contra los Zapatero, "las vacaciones de Elvira Fernández de Rajoy, la sexta dama, han sido siempre las más parecidas a las de Pilar Ibáñez Martín de Calvo Sotelo; fiel a sus raíces, a su tierra gallega. Y además sobrias y discretas".


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