Qué más quisiéramos los seres
humanos que se realizara la utopía de un mundo feliz ¿?
Que todos los seres que pueblan
la tierra fueran conscientes de no podemos vivir sin un mínimo de felicidad.
Que se terminaran de una vez por
todas las guerras, los asesinatos, los terrorismos, la violencia en todas sus
formas, las interminables maneras de sojuzgar a nuestros propios compañeros de
viaje en nuestro tránsito por este mundo, el menosprecio de los unos con los
demás, que todos en esta vida tuvieran lo mínimo e imprescindible para seguir
respirando y viviendo, que se terminara de una vez el hambre, la miseria, las
luchas por sobrevivir. Hay una
palabra define todo esto y ésta és
: Utopía.
No sabemos cómo llegar a hacerla
realidad.
El ser humano siempre pensará que
él es el primero y que detrás ya vendrán los demás.
Todo son incongruencias. No
existe voluntad de enmendar el estado de las cosas de este mundo, aunque se
llenen la boca de palabras muy elaboradas para sin contenido real.
Nuestra civilización ha
evolucionado desde sus orígenes consiguiendo grandes avances y grandes
retrocesos. Pero a pesar de ello siempre se han producido mejoras en nuestra
convivencia.
Desde hace una década que estamos
metidos en un espiral de retroceso en todos los ámbitos.
El siglo pasado se caracterizó
por que habian muchas esperanzas de mejorar la calidad de vida de todo el
mundo.
En este siglo parece que estamos
retrocediendo en muchos frentes. Pero principalmente en temas de gran transcendencia, como en educación,
en ciencia, en humanismo, en sanidad, en extender la llamada clase media, en la
pobreza cada vez más extendida, en tolerar al vecino, al conciudadano y a los
de otros países que se desplazan para poder tener una vida mejor que en su país
y tantos y tantos otros temas vitales para poder seguir hacia adelante y tener
más y mejor vida, dentro siempre del conjunto de seres que existen en este
mundo en un momento determinado.
Es deprimente cuando te llagan
noticias de que todo lo malo se está incrementando y que todo lo bueno se está
reduciendo a marchas forzadas. O sea rápidamente y de forma insostenible.
Cuando escuchamos y vemos por
televisión las noticias, o por la radio, o leemos los periódicos, todo es un
amalgama de malas noticias. Desde hace años que no ofrecen casi nada en buenas
noticias. Perece que no existan ya las buenas noticias.
Cuando todo es desolador, solo
nos queda que rogar para que no se deteriore más nuestra convivencia y que
podamos volver a ser seres humanos sin maldad, sin malos pensamientos para con
los demás. Tenemos que hacer un resert e reiniciar nuestro chip vital : Nuestro
cerebro.
Cada vez hay más organismos
internacionales que se preocupan de todo lo pensable. Pero no se nota mucho, ya
que nuestra vida se está deteriorando sin cesar. Al mismo ritmo con que se
crean organismos nosotros los seres humanos estamos retrocediendo en todo.
A veces pienso que volveremos a
ver todo lo negativo de nuestra infancia.
Cocinaremos con un hornillo, nos lavaremos en un barreño,
viviremos sin los muebles más necesarios como son las camas, nos alumbraremos
con velas, nos desplazaremos a pie o como máximo en diligencias tiradas por
caballos, no nos moveremos mucho y pasaremos sin vacaciones, sin visitar otros
lugares, otros países, etc., etc.
Sé que es casi imposible que
volvamos a estas cosas, pero estamos inmersos en un retroceso muy importante :
Sin trabajo, sin sueldo digno, sin paga
en la cantidad necesaria para poder vivir al jubilarte, sin un mínimo de
prestación para los que están en el paro, sin atención sanitaria como la hemos
conocido, sin poder llevar a nuestros hijos a la escuela que deseas para ellos,
sin tener posibilidades de influir en mejorar nada. Esto es lo que nos está
pasando ya desde hace bastante tiempo.
Solo están prosperando los
delincuentes. Roban a mansalva, matan al que se les ponga por delante,
destruyen nuestra forma de convivir.
Cada día están más llenas las
cárceles. Pronto habrá que construir más cárceles, pues algún día llegaremos a
poner en la cárcel a los muchísimos personajes que se escapan debido a unas
leyes muy permisivas y que nos dejan indefensos a las buenas personas de este
país.
Cada día te enteras de nuevos
delitos, que se cometen en un ambiente de buenismo y perdón para el
delincuente, pero que nos afectan a todos y cada vez más.
Hay alguien que no tenga noticia
de algún conocido al que le han atracado, robado, usando y abusando de la buena
fe de las personas a las que mediante engaño les dejan sin nada de lo que
llevamos en nuestros desplazamientos, sea en metro, en tren, o simplemente a
pié. Pasan y te quitan bolsos, carteras o todo lo que llevamos en ellas.
Las casas particulares cada vez
nos tenemos que defender de estas malas personas.
Instalamos alarmas y los que
pueden se encierran en una especie de fortín dentro de nuestra casa. No subimos
en el ascensor con nadie que no conozcamos pues te amenazan con navajas y te
roban dentro del pequeño habitáculo que un ascensor. Esperamos que la gente
pase por nuestro lado, pero no los perdemos de vista por su retrocede y te
asienta un golpe o puñalada.
No digo nada de los negocios a
pié de acera. Tengo ya una retahílla de casos en que les han atracado y robado
infinidad de veces, hasta el punto de que han optado por cerrar el negocio, a
pesar de haber instalado alarmas, tv vigilancia, o cualquier otro método de
persuasión par que los delincuentes no les sea fácil realizar sus actos de
apropiación.
Algunos creen que la culpa la
tenemos nosotros con nuestro proceder y que los pobres están avocados a
delinquir para poder vivir. No creo que sea este el camino correcto.
Si alguien opta por delinquir no
es posible que seamos nosotros los culpables.
Cuando en una sociedad se
incrementan estas formas de vida, es que estamos en una sociedad enferma y que
debemos de ponerle la medicina apropiada. Pero nunca autoflagelarnos diciendo
que lo que ha hecho un delincuente es por nuestra culpa.
No podemos pensar en arreglar la
vida de otros sin antes tener nuestra propia vida arreglada.
Volviendo al tema de este
escrito, la utopía de un mundo feliz no puede llegar a ser posible mientras los
seres humanos estemos siempre a la greña, los unos contra los demás.
Cada día lo vemos en nuestro
entorno.
Ojalá que yo esté equivocado y
dentro de algún tiempo tenga que desdecir lo hoy expuesto.
Ojalá que todos los seres humanos
seamos buenas personas y nos tengamos mutuo repeto.
Ojalá que se reduzcan de manera
apreciable los delitos, las guerras, los terrorismos y todo lo negativo de
nuestra vida.
Si algún día sucede este milagro,
veré con otra mentalidad el grave problema de nuestro deterioro de convivencia
actual.
Mientras sigo pensando en que no
tenemos una solución fácil y que cada vez será más difícil el reconducir este
grave problema de convivencia.
El abuelo cabreado
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