Por más que nos estén machacando
constantemente con los problemas inherentes a nuestra crisis, los ciudadanos
tenemos una capacidad inmensa de resistencia a no dejar que nos maten
socialmente y nos ponemos siempre a la defensiva para repeler con nuestros
pobres medios el acoso que padecemos.
Una vez pasado el peligro se
podrá reponer la confianza en nuestros dirigentes y podremos iniciar de nuevo
la esperada recuperación.
Si esta no se produce al ritmo
que debería ser, siempre nos queda el seguir conformándonos con lo que se
consiga tener.
Pero lo que nunca nos podrán
quitar es el gozo, el inmenso gozo, de haber vivido nuestra vida, con total
plenitud, dentro de las posibilidades de cada uno, salvo para aquellos que se
han ido quedando por el espinoso camino que hemos tenido que recorrer todos
juntos en este valle de lágrimas que es nuestra vida terráquea
Si no hubiéramos llegado a ver la
luz. Si no hubiéramos nacido. Nunca habríamos podido tener ni gozos ni sombras.
Seriamos seres no nacidos. Como siempre han sido y seguirán siendo cuantos son
concebidos pero no llegan a este mundo como seres vivos.
Cuando observamos todos los
problemas en que nos encontramos, solo nos queda que dar gracias por seguir
vivos y estar convencidos de que dentro de un tiempo ( En muchas previsiones no
estaremos mejor que ahora en al menos 3, 4, 5 o 6 años ). Qué podemos hacer
nosotros pobres ciudadanos de a pié ¿? Entonces
se producirá el milagro que todos esperamos : Superar todas las crisis, la de nuestro país,
la de Europa y la del mundo en general. Debemos creérnoslo, pues sino, que nos
queda de esperanza ¿?
No es voluntarismo el tener fe en que superaremos los malos
tiempos actuales.
Nos dejará extremadamente
agotados. Pero si seguimos vivos se producirá un retroceso salto cualitativo en
nuestra vida. Reemprenderemos la senda perdida de nuestro bienestar. Pero
seguro que nada será igual que en los dos décadas anteriores. Seremos más
pobres y tendremos que trabajar de firme en recuperar nuestra autoestima y
lograr dejar atrás nuestros problemas actuales, nuestras ansiedades, nuestras
neurosis y nuestros grandes males psicológicos que se han derivado de esta
situación tan extremamente horrible.
Todos los ciudadanos de nuestro
país, sin excepción alguna, deberán de ponerse manos a la obra y colaborar,
dentro de las posibilidades de cada uno, en emprender la reconstrucción : Como
si hubiéramos pasado por una guerra y debiéramos arrimar todos el hombro para
la reconstrucción nacional.
No es posible que nadie se quede
en la orilla. Todos sin escusa alguna debemos tener claro que si no es así no
recuperaremos nada de nuestro antiguo bienestar social.
Nunca desde que yo recuerde pasé tanto tiempo rogando por que se recupere
pronto nuestra economía como nación y también la internacional. Pues la una sin la
otra no se comprende dentro de nuestro mundo globalizado.
He tenido grandes problemas de
subsistencia en mi vida, pero nunca me faltó el trabajo, ya que si alguien
quería cambiar de empresa no había impedimento alguno para empezar a trabajar
en otra empresa inmediatamente. Algo impensable desde hace muchos años en
nuestro país.
Hubo un cambio sustancial en mi
vida como trabajador por cuenta ajena : A los 23 años me planteé si seguir en
un trabajo remunerado por cuenta ajena o iniciar una quimera : Empezar a
organizar una actividad por cuenta propia. Como hacen también millones de seres
humanos que pretendemos algo mejor para nosotros, nuestra familia, nuestros
hijos y nietos y hermanos, etc., etc.
Fue una decisión difícil y
encontré grandes escollos para ponerla en marcha.
Todos los jóvenes emprendedores
saben de lo que hablo. Ellos han vivido la experiencia, o la están viviendo si
lo han iniciado recientemente.
Tras muchos problemas, caer y
volver a levantarme, volver a caer y volver a levantarme, una y muchísimas
veces (Muchas más de las que recuerdo), conseguí tener una forma de vida sin
grandes desahogos, pero con posibilidades futuras de una vida digna. No de
grandes logros, pero de posibilidad de vivir de mi actividad.
Cuando recuerdo todo este proceso
no entiendo porqué no tiré nunca la toalla. Motivos tuve para tirarla. Pero
seguí con el proceso hasta que llegó la edad de jubilación, que abracé como una
liberación, pues no es vida el continuo trasiego y inestabilidad que tenemos
todos los emprendedores.
Como para que te diga
cualquiera : Que suerte has tenido.
No fue nunca suerte. Fue esfuerzo y llegar a
superar las zancadillas que todo el mundo nos pone a los que somos
emprendedores. Los inicios con una gran dosis de suerte son muy estresantes.
Pero aun lo es más la posibilidad de continuar con lo emprendido. Se ha de
cambiar muchísimas veces de enfoque y seguir por caminos no previstos en los
inicios.
Visto desde mi prespectiva, como
persona que ha vivido las tres anteriores
crisis económicas antes de la actual, esta es como las otras pero agravada por el tema de
pertenecer a la UE y no poder devaluar nuestra moneda. En las otras, se devaluó
la peseta y no se tuvo que hacer los grandes aumentos de los impuestos, ya que
al devaluar ya se equilibraban los ingresos con los gastos de nuestro país.
En esta todo es distinto. Es más
internacional. Es más grave por la gran pérdida de puestos de trabajo, que
desgraciadamente han desembocado en echar a los ciudadanos de las viviendas compradas por no poder pagar las hipotecas y les han
puesto en la calle a miles de ciudadanos. Miles de empresas han tenido que
cerrar sus puertas al no vender sus productos o al no cobrar las facturas de
los trabajos realizados a las administraciones públicas, o no cobrar de los
suministros a otras empresas que también han cerrado.
Se ha paralizado la circulación del dinero y
como si fuera nuestra sangre, el cuerpo se nos ha muerto. Ya nadie vende,
porque nadie compra. No puede nadie comprar por no disponer de dinero. Así se ha ido formando el bucle diabólico que
nos envuelve y que todo lo arrastra.
Cuando todo es oscurantismo
siempre sale una luz que nos ilumina y nos hace seguir el camino de la vida.
Ojala salga pronto esta luz y estemos dispuestos para seguirla y recrear de
nuevo nuestro paraíso terrenal del bienestar social perdido.
Nunca tendrán nuestros hijos y
nietos el bienestar que pudimos darles (Aunque fuera con grandes sacrificios
por supuesto, pues a nadie le regalan nada por nada de esfuerzo).Y menos ahora,
que mucha gente se había acostumbrado a que les lloviera el dinero de
subvenciones y otras bagatelas.
Nos lo tendremos que currar a base de los mismos o peores sacrificios que
nos tocó vivir a mi generación y la anterior. Podrán estabilizar su vida si se
produce el milagro que estamos todos esperando : Que se creen empresas y se
puedan tener de nuevo millones de puestos de trabajo para todos los más de 6
millones de ciudadanos en paro.
No pretendo ser pesimista. Solo
pretendo ser positivista. Creo que saldremos de esta, como salimos de las
anteriores veces que todo lo veíamos negro. Pero lo que sí es verdad de que
tardaremos más que antes en recuperar nuestra forma de ganarnos la vida. Si
siempre se ha dicho que nos ganaremos el pan con nuestro trabajo, ahora es aun
más cierto. No existen atajos para el común de los mortales.
No demos de tener mala sangre con
aquellos que consiguieron amasar grandes fortunas. Digámosles que inviertan
bien todo su dinero en crear puestos de trabajo : Esta será la mejor forma de
gastarlo. La más fructífera y la que nos ayudará a salir cuanto antes de la
crisis.
Cuando se propicie la
recuperación, el estado recaudará más por los impuestos y en consecuencia podrá
reducir su cuantia al nivel de las necesidades básicas para mantener todo el
país y sus instituciones. Pero antes deben de adelgazarse las instituciones y
toda la administración a sus cuatro niveles. Si no se hace así, dudo que
salgamos de esta y podamos recuperarnos.
Ojalá que se realice mi sueño
(Que es el de todos los ciudadanos normales y sin fortuna).
Ojalá podamos decir : Que gozo
vivir y haber vivido en este mundo terrenal.
el Abuelo cabreado
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