Hoy mientras desayunaba, leía el periódico como cada día.
Las noticias se agolpan en mi
cerebro un tanto cargado con los años y
me preguntaba qué haría si se me presentara la oportunidad de iniciar la
formación de un nuevo partido político en nuestro país.
Seguiría la estela de los demás
partidos políticos que gobiernan, quieren gobernar, o simplemente marean la
perdiz, al tiempo que colocan algún diputado y reciben las siempre bien nutridas subvenciones del estado para
todos lo que logran colocar algún diputado, concejal o dirigente en las tropas
de la administración pública ¿?
O por el contrario, me embarcaría
en la cruzada de regeneración de la política, que están demandando nuestros
ciudadanos con cada vez más potente y clara contundencia ¿?
Pero si optara por la segunda
opción no podría distrutar de las camelancias, de los sueldazos y prevendas que
se otorgan a los que siguen la primera opción.
Esta es la cuestión ¿?
Eres de un lugar en el sol que
más calienta o eres de Los Lunes al Sol (como en la película de Fernando León
de Aranóa ). Que quieres ser tu ¿?
El cuerpo me dice que sea de los
primeros, pues si soy de los segundos nunca sacaré cabeza.
Analizo seguidamente mi
posibilidad de ser el promotor de un nuevo partido político : Cero, cero patatero es mi posibilidad.
Pero como el soñar no cuesta
dinero. Pero que no se entere el ministro de hacienda que nos pondría a cada
sueño un impuesto, a poder ser revolucionario : Pues nadie sabe lo que sueñas y
podrías soñar en cambiar el sistema de la política actual y que todos los
cargos y carguetes fueran sin remuneración dineraria alguna… Que les parece ¿?.
Seguro que a los políticos actuales muy mal. Como es el reciente caso de Dña.
Nuria De Gispert, presidenta del parlamento catalán que dice que por menos de
3.000 euros mensuales, mas dietas, mas todos los gastos pagados, no vale la
pena ser elegido parlamentario. A ver que les suena todo esto a los ciudadanos
que cada día dan el callo ( Y mucho callo en este caso), pero cobran la
irrisoria cantidad de 600 a 1.000 o en pocos casos a 1.500 euros al mes, como
mucho. No dudo de que alguno cobrará más, pero me refiero a la masa media que
vota y trabaja para que los políticos se dediquen a lo “suyo”.
Pues bien. Si intento meterme en
este berenjenal que supone intentar crear un partido político, lo primero he de
pensar en cómo se llamaría. Debería de intentar que fuera un nombre con garra
para que alguien me votara. Me debería de apartar de los recursos tan facilones
ser de derechas, de centro, o de izquierdas. O de izquierdas,
centro o derechas (para que no se me enfade nadie por el orden de los factores,
aunque en matemáticas el orden de los factores no altera el producto final.
Pero en política si que se alteran todos los productos finales)
Seguidamente se deberá hacer una
lista exaustiva de quienes compartirán conmigo el liderazgo y los miles de
puestos de cargos políticos que generaré si ganara las elecciones.
Los primeros puestos de la lista serian, claro está, serán para mis
familiares. Como no puede de ser menos.
Tendría que distinguir los
directos, los añadidos, los colaterales de primer, segundo, tercer grado (como
si de una herencia se tratara). Algunos deberían tener más parte en la legítima
que otros. Pero todos recibirían una lluvia de dinero caído del cielo, por dios
y los votos de todos los que me votaran. Como sucede en la herencias que el
posible dinero del finado se lo reparten con gran deleite.
Pero mucho ojo, que no nos
sucediera como en el caso de las herencias : Se debe de pensar en que si las
deudas acumuladas por el finado al final les revierten a los herederos. Para
ello mejor que tanto en las herencias, como en la política, se acepte el
encargo o la herencia a beneficio de inventario. 0 sea : Que las deudas se las
cobren a otro.
Como he dicho he preparado la
lista de forma que a todos los familiares directos les corresponde un
ministerio (Nada importa que el más
tonto le asigne el ministerio de economía o el de hacienda . Recaudar dinero es
muy fácil. Y si no, se suben los impuestos, que para eso están). En el de
comercio podría al más espabilado. Haber si vende duros a cuatro pesetas y nos
forramos. En el de industria pondría a un familiar que es muy mañoso y nos
sacaría grandes beneficios sin hacer nada. En el de turismo pondría a un
familiar que se desenvuelve muy bien en la costa brava con las turistas
extranjeras. En justicia lo tengo aún que pensar entre los muchos buenos jueces
y fiscales. Pero yo preferiría que fuera un juez estrella nuevo en la
judicatura (No fuera que de tanto ser estrella se llegara a estrellar). En
educación pondría al pariente más espabilado que tengo (pero que el pobre no
tiene grandes luces y no ha conseguido nada en esta vida). En innovación y
ciencia pondría a uno de los parientes al que llamo cada vez que se me muere en
ordenador. El tío es un crack. En un momento lo resucita. En medicina pondría a
una pariente que nos da siempre el remedio adecuado con finas hiervas del
campo. Todo natural. Es una eminencia en su labor científica. En defensa no lo
tengo tan claro. Todos mis parientes se escaquearon de ir a la mili y como
ahora ya no es obligatorio tampoco no tengo ni uno solo que esté de recluta. Si
lo encuentro lo nombraría ministro de defensa. Una pariente de mi esposa la
nombraría ministra de igualdad y temas sociales, pues siempre ha encontrado la
forma de vivir casi sin trabajar y se ha desenvuelto en hacer bufandas y
servicios sociales a mogollón. En el ministerio de relación con las cortes
pondría a un pariente que siempre dice si a todo. En el de trabajo pondría a un
pariente que nunca ha pegado golpe, pero que siempre se ha salido de los
chanchullos que ha tenido entre manos. Además que haría muchas migas con los
sindicatos pues es de los que cree que sirven para algo.
Solo me falta decidir pequeñas
cuestiones para los demás cargos. No sé si poner de vicepresidenta a mi esposa
que es muy enérgica y llevaría a todos en fila india ( Si no se lo creen,
pregunten a mis cuatro hijos como les hacía tomar conciencia de sus deberes y
de cómo hacer las camas y prepararse los bocadillos para el desayuno en la
escuela ).
Me queda por decidir todos los
cargos institucionales, como por ejemplo : Presidente de las cortes, presidente
del senado, presidente de la comisión nacional del mercado de valores,
presidente de la comisión delegada de economía del congreso de diputados,
presidente de cada una de las distintas comisiones. Presidente de todos los
institutos de algo que existen.
Por presidentes que no quede.
Tampoco puedo dejar de pensar en
todos los que me ayudarán en conseguir los votos y poder formar gobierno. A
todos les tengo ya preparado el cargo correspondiente con un opípero sueldo.
Casas, coches, chóferes, secretarias, guardaespaldas, etc., etc. Todo ello
gratis y sin que deban de pagar el impuesto de IRPF, pues el sueldo se lo
bajaré y les subieré todo lo demás.
No sé si iniciaré todo este
proceso. Lo tengo que madurar con la cama y si en sueños le veo posibilidad de
salir elegido, tal vez me decida. No he dicho nada a nadie para que no me
copien la idea. No fuera que de golpe y porrazo en lugar de los más de cuatro
mil partidos políticos que tienen registrados en el ministerio del ramo, nos
encontráramos con 47 millones de partidos políticos registrados : Uno por cada
ciudadano. Entonces ya no sería negocio dedicarse a la política. Mejor
dedicarse a estar parado, para ver si nos dan de una vez un trabajo digno y no
tenerse que dedicar a otras cosas indignas como la que he soñado.
Otro día les contaré como va
prosperando mi idea.
Como la pienso poner en el
esforzado mundo político.
Como lo pienso hacer para
financiarme los gastos.
Como voy a crear los necesarios
carteles y pancartas y todos los detalles de una campaña electoral.
Como vestiré, que comeré, que
diré en los mítines, que cara de bobo pondré, que chistes contaré. Y lo más
importante : Como me saldré por la tangente cuando los periodistas me pregunten
cosas comprometidas como, por ejemplo : Cuantas veces evacuo mis entrañas cada
día ¿?
En cuando lo tenga más claro que
hoy, ya se lo contaré.
El Abuelo cabreado
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