sábado, 14 de noviembre de 2009

El Gobierno abronca a Mercadona por expulsar a las marcas de sus tiendas



Javier Romera / Ginés Cañabate
14/11/2009 - 6:00


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Mercadona quiere saltar al exterior

La ministra de Agricultura acusó en una reunión privada a Roig de estar destruyendo empleo. El empresario valenciano se defendió y criticó al Ejecutivo por dejar caer a un grupo como SOS.

Guerra total entre el Gobierno y Mercadona. La expulsión de 800 marcas de los supermercados de la cadena valenciana y la fuerte presión en los precios que está imponiendo a sus proveedores, obligándoles a vender casi con pérdidas si quieren seguir en el lineal, le ha provocado un enfrentamiento abierto con el Ejecutivo. El Ministerio de Agricultura está muy molesto con la medida adoptada y no ha dudado en criticar, incluso en público, la forma de actuar de la empresa. La tensión estalló durante el reciente congreso anual de AECOC (Asociación Española de Codificación Comercial) en Valencia. Según han confirmado fuentes presentes en una reunión, que tuvo carácter privado el día de la clausura, la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, se dirigió al presidente de Mercadona, Juan Roig, para mostrarle la discrepancia con su estrategia.

"No estoy de acuerdo con lo que estáis haciendo y tengo datos del efecto que está teniendo en el empleo", le dijo Espinosa. "¿Qué datos?", preguntó Roig. "No es el momento ni el lugar. Ya hablaremos", respondió esquiva la ministra. Pero el enfrentamiento estaba ya abierto. El presidente de Mercadona, visiblemente molesto, según los presentes, alzó entonces la voz para contestar.
Enfrentamiento

"Nuestros interproveedores invierten y crean empleo. Nosotros sí que estamos defendiendo a la industria alimentaria, no como vosotros, que habéis dejado caer a una multinacional como SOS", aseguró, al tiempo que criticaba la actuación en esta empresa de las cajas de ahorros andaluzas, sus máximas accionistas.
Roig defiende a Salazar

No hay que olvidar que Juan Roig es íntimo amigo de Jesús Salazar, el ex presidente de la compañía alimentaria, imputado actualmente en la Audiencia Nacional por el presunto desvío de 240 millones de euros a sociedades particulares. De hecho, fuentes de toda solvencia, aseguran que Roig está muy molesto con la actuación de los actuales gestores de SOS.

Pese a ser uno de sus principales clientes, el actual presidente de este grupo, Mariano Pérez Claver, todavía no le ha visitado. En el sector se comenta, de hecho, que Mercadona podría acabar expulsando a algunas de las marcas de SOS, sin descartar incluso a enseñas tan importantes como Carbonell. Pero al margen de lo que pueda pasar en esta empresa alimentaria, al Gobierno tampoco le está haciendo ninguna gracia los mensajes catastrofistas que defiende en cada intervención pública Juan Roig. Durante la presentación de resultados de su empresa el pasado mes de marzo, el presidente de Mercadona aseguró que "nos enfrentamos a la tercera guerra mundial" y, lejos de contenerse, durante su discurso en AECOC, fue aún más contundente si cabe.

Ante más de mil empresarios del sector de la alimentación, la distribución y el gran consumo, aseguró que lo peor está todavía por llegar. "En España nos creemos multimillonarios y somos pobres. Vamos a ser más pobres todavía", aseveró el ejecutivo. A su juicio, aún no se ha encontrado ninguna señal positiva que haga mantener el optimismo en materia económica a nivel general y en el sector de la alimentación a nivel particular. Y lo que es peor, la situación puede empeorar todavía en los próximos años.

"El año 2010 será incluso peor que 2009, y los dos siguientes dependerá de la actitud que tengamos" pronosticó el presidente de Mercadona. Ante este panorama desolador, Roig reconoció tan sólo haber cometido algún error de comunicación a la hora de trasladar a sus proveedores y clientes su nueva y polémica estrategia comercial. "Sabíamos que era imposible hacer tortillas sin romper huevos", aseguró, en alusión a la cascada de quejas recibidas por algunos de sus proveedores.

Lo que Roig todavía no ha reconocido es el coste económico de su decisión. La empresa, que ha manifestado ya su intención de acelerar la salida al exterior, ha sufrido una fuerte caída de sus márgenes en el primer semestre del año como consecuencia del fuerte abaratamiento de los precios, lo que la obliga a cambiar toda su estrategia comercial, volver a introducir algunas marcas de los fabricantes y echar el freno a su plan de expansión nacional. La distribución trabaja con una márgenes muy bajos y Mercadona lo ha estrechado al máximo este año al bajar un 17 por ciento los precios para mantener las ventas y lograr, según dice, un ahorro a sus clientes de 2.000 millones -la razón fundamental por la que ha expulsado a un gran número de fabricantes, que no estaban dispuestos a ello-, pero eso ha tenido un impacto directo en sus cuentas de resultados.

No obstante, la compañía valenciana mantiene su objetivo de que al final del ejercicio el beneficio se reduzca sólo un 50 por ciento. En 2008 ganó 320 millones de euros, con lo que la previsión para este ejercicio rondaría los 160 millones aproximadamente. No parece una meta nada fácil.

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