lunes, 23 de noviembre de 2009

Carod-Rovira, el vicepresident trotamundos



Carod-Rovira, el vicepresident trotamundos

El político ha incrementado sus viajes en el último año, en el que ha cruzado hasta siete veces el Atlántico | En marzo viajó a Ecuador, en abril a Mozambique, y en mayo a Atlanta | Aplazada la embajada en México, y sin fecha de aprobación las de Marruecos y China

SILVIA HINOJOSA | Barcelona | 22/11/2009

El mundo de Catalunya es todo el mundo. Con esta afirmación arrancaba hace diez días la conferencia que el vicepresidente del Govern, Josep Lluís Carod-Rovira, pronunció en el palacio de Pedralbes sobre la política exterior del Govern, una de las competencias que Carod tiene atribuidas esta legislatura, y para cuyo ejercicio lleva recorridos miles de kilómetros, en dirección a los cuatro puntos cardinales. El "mundo de Catalunya", según el pasaporte de Carod, se extiende de Japón a Estados Unidos y de Finlandia a Mozambique y Argentina. Mañana viaja a Flandes.

El PP lleva al Parlament el control de regalos como la lanza

¿Qué hace en casa de Josep Lluís Carod-Rovira la lanza que le regaló el líder del pueblo shuar en su viaje a Ecuador, en marzo? Según el Govern, los obsequios recibidos por sus cargos quedan depositados en los departamentos y no se exhiben - así se informó en octubre en una respuesta a una pregunta parlamentaria del PP-.

Pero la lanza indígena que el vicepresident recibió en razón de su cargo, no está en el Palau de la Generalitat, sede de su departamento, sino en su casa, en su estudio, junto a los estantes en los que guarda 15.000 libros, como revela un reportaje institucional del Parlament que ofrece un retrato personal de Carod.

El diputado del PP Daniel Sirera vio el vídeo y se ha puesto manos a la obra. Esta semana ha registrado en el Parlament una propuesta de resolución en la que insta al Govern a establecer un sistema de registro y control de los obsequios que reciben sus miembros para valorar y decidir su uso o destino posterior.

La propuesta se someterá a debate y votación en la comisión de Afers Institucionals. En Ecuador, Carod desarrolló una visita de tres días en defensa de los sistemas educativos bilingües, y prometió un millón de euros para financiar un proyecto en Puyo que permita al movimiento indígena administrar su propio sistema educativo bilingüe.




Sólo en el último año, el vicepresidente ha cruzado el Atlántico hasta en siete ocasiones, la última de ellas para estar dos días en Nueva York, el 18 y 19 de octubre; fue a presentar la estrategia catalana de cooperación al desarrollo ante las Naciones Unidas. En los tres años de legislatura que se cumplen este mes, ha realizado al menos 34 viajes al extranjero, la mitad en el último año.

India fue el primer destino de relevancia con el que el vicepresident estrenó, en febrero del 2007, sus recuperadas competencias en política exterior –tuvo esta responsabilidad en su brevísima etapa como conseller en cap del gobierno de Pasqual Maragall–. El de India fue un viaje de cinco días, con agenda poco ambiciosa y factura de 115.000 euros, que se cerró con una visita a la Fundación Vicente Ferrer para hacer entrega de una aportación de la Generalitat. Pero aquella foto con el cooperante catalán acabó volviéndosele en contra a Carod hace unos meses, cuando declinó volver a Anantapur para asistir al funeral de Ferrer y fue su viceconsellera, Dolors Clavell, que siempre le acompaña en los viajes, quien asistió en nombre del Govern. El vicepresident alegó en su descargo que se ocupa de otras áreas y no sólo de exteriores, pero no es este el criterio que ha aplicado en estos años.

Carod se ha reservado la máxima representación exterior para inaugurar las embajadas de la Generalitat –en París, Berlín, Londres, Nueva York y Buenos Aires–, en los viajes de cooperación a países como Ecuador y Mozambique, o en los de contenido cultural, como la Feria del Libro de Frankfurt, el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato (México), la exposición La petjada catalana al Carib, en Cuba, o la Bienal de Venecia. También para acompañar al presidente de la Generalitat, José Montilla, en sus viajes a Marruecos, a Japón, el citado de México, o hace un mes a Argelia. Y en otros viajes institucionales, a países como Israel y Jordania o Argentina y Uruguay. Opara encabezar la delegación catalana a la convención Biotechnology International Organization, que se celebró en mayo de este año en Atlanta; en el marco de la BIO, Carod aprovechó para reunirse con el primer ministro de Quebec.

La gesticulación política suele hacerse un hueco en la agenda del ex líder de ERC. Así ocurrió también en Edimburgo, adonde el vicepresident viajó en dos ocasiones en enero del 2008, con una semana de diferencia. La primera fue para entrevistarse con Alex Salmond, primer ministro de Escocia e icono independentista, con el que Carod comparte la ambición de convocar un referéndum de autodeterminación. La excusa era la actualización de un convenio bilateral de colaboración, pero el acto se centró en los proyectos independentistas de ambos, y Salmond fue obsequiado con un ejemplar en catalán –editado por la Generalitat– de la propuesta secesionista escocesa (y le firmó otro a Carod). El flirteo con la utopía llevó al entonces presidente de ERC a trasladar al cónsul español que no deseaba que asistiera a su entrevista con el primer ministro escocés, lo que provocó un choque diplomático que fue silenciado desde los gobiernos pero que ERC se apresuró a desvelar para sacar pecho.

Dos meses después, Carod viajó a Lausana para reunirse con el presidente del Comité Olímpico Internacional. El objetivo: un proyecto para organizar en el 2010 unos juegos internacionales de países sin Estado. Pero en ese marzo del 2008 los tambores de la crisis ya redoblaban y la Generalitat estaba en vísperas de anunciar un paquete de medidas de choque, por lo que la iniciativa acabó en una vía muerta.

La necesidad de reducir gastos ha obligado a poner también freno a la apertura de embajadas: la de México, aprobada en junio, y las anunciadas en Marruecos y China. Con la crisis, se hace difícil justificar nuevas delegaciones, sobre todo tras la polémica por la inauguración de la oficina de Nueva York, en la Quinta Avenida, en el marco de un viaje de tres días, en enero, que costó 80.000 euros. Sin embargo, en los meses siguientes, los viajes se sucedieron a un ritmo de uno por mes: en marzo a Ecuador, donde Carod comprometió un millón de euros para un proyecto educativo bilingüe de una comunidad; en abril, Mozambique, país prioritario en la cooperación catalana, donde impulsó proyectos en el ámbito de la salud sexual por 556.000 euros; en mayo, la convención BIO en Atlanta, a la que siguieron otros destinos; en septiembre, fue a Argentina y Uruguay, y en octubre, a Nueva York y Argelia. Eso sí, en un año de recortes, ha tenido que renunciar a celebrar la Diada en el extranjero como en el 2007 (en París) y el 2008 (en Berlín).

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