lunes, 7 de enero de 2013

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Día 03/01/2013 - 09.25h

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En 1888, un explorador irlandés ofreció una niña de diez años a una tribu caníbal para poder contemplar cómo se la comían

A lo largo de la historia, han existido seres humanos capaces de llevar a cabo los actos más repugnantes con tal de satisfacer sus deseos. Una de estas personas fue el aventurero James S Jameson, cuya abominable historia descubrimos en el blog «República Insólita».

Todo ocurrió en 1888, cuando Jameson, heredero de conocida firma irlandesa de whisky, se encontraba en lo que hoy es la República Democrática del Congo al frente de la Rear Column, un destacamento militar que formaba parte de una expedición comandada por el explorador Henry Morton Stanley bajo las órdenes del Rey Leopoldo I de Bélgica.

Según narran las crónicas, Jameson se había desplazado a Ribakiba, un enclave a la orilla el río Luluaba, para aprovisionarse de porteadores junto a Assad Farran, un sirio con conocimientos de suahili que hacía de intérprete, y un mercader de esclavos llamado Tippu Tip.

Mientras realizaba sus negocios, tuvo la idea de comprar un ser humano y ofrecerlo a una tribu caníbal para saciar su curiosidad de verlo en acción. Para ello, adquirió una niña de diez años por diez pañuelos y envió a Farran a ofrecérsela a los caníbales con el mensaje de que se trataba de “un regalo del hombre blanco, que desea verla devorada”. La escena descrita por Farran es atroz. La niña, amarrada a un árbol, pedía ayuda y clemencia con los ojos, hasta que dos tajos le rajaron el vientre. Murió desangrada con los intestinos colgando. Tras ello, la despedazaron, cocinaron y comieron.

 

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El extraño caso del hombre que despertó de un coma hablando un idioma que no había estudiado




Por Thomas Castroviejo | Gaceta trotamundos – mié, 2 ene 2013

Alun Morgan es octogenario e inglés irredento. Ha vivido toda su vida en Inglaterra; actualmente reside en la muy inglesa localidad de Bath y su habla ha sido tan inglesa durante toda su vida que nadie podría confundir su nacionalidad.

Hasta que Alun, de 81 años, sufrió un ictus hace unas semanas y cayó en coma durante una veintena de días. Cuando despertó, el muy inglés Alun Morgan ya no hablaba inglés, sino un idioma que nunca había estudiado: el galés.

Welsh mysteryAn Englishman who suffered a stroke has baffled doctors after he woke up speaking - fluent Welsh.

“Yo solo me lancé a hablar”, explica ahora. “Me llevé cierta sorpresa cuando mi mujer me dijo lo que estaba haciendo”.

Es cierto que los vínculos entre Morgan y Gales, la tierra donde unas 562.000 personas (el 19% de la población según el censo de 2011) habla esta lengua de origen celta, no son pocos: su mujer de hace décadas, Yvonne, es de allí y lo habla con fluidez; y allí fue también donde vivió él durante un par de meses cuando fue evacuado durante la Segunda Guerra Mundial y practicó el idioma durante esa temporada… hace unos 70 años. No había vuelto a utilizarlo.

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Para rizar el rizo, Morgan perdió su nuevo idioma a los tres días de su estreno: sencillamente, al tercer día tras despertarse del coma, su cerebro se reconfiguró y volvió a hablar un inglés si bien no tan fluido y tan proper como antes, al menos propio de alguien criado en ese idioma.

Alun Morgan, una vez recuperado de su incidente lingüístico (YouTube)Según los médicos fascinados por el caso de Alun Morgan y su repentina hazaña lingüística, lo que el pobre octogenario sufrió esos tres días fue afasia, una condición que afecta la capacidad de una persona para procesar el idioma pero no a la inteligencia.

Como denotan los 10.000 estadounidenses que desarrollan afasia cada año, suele ser causado por ictus principalmente, o por algún otro tipo de lesión cerebral.

 

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Khaled El Masri, el hombre inocente secuestrado, torturado y sodomizado por la CIA




Por Thomas Castroviejo | Gaceta trotamundos – jue, 3 ene 2013

Khaled el Masri durante una de sus primeras reuniones con el Tribunal Europeo en 2006 (Photo/Christian Hartman …"Al llegar, todavía esposado y con los ojos vendados, fue colocado inicialmente en una silla, donde permaneció una hora y media (...) Entonces dos personas le tiraron de los brazos desde atrás con violencia. En esa ocasión fue severamente agredido por todos lados. Se le cortaron las ropas, aún puestas, con cuchillos y tijeras, se le tiró de los brazos y se le pisoteó con una bota en la espalda. Entonces sintió cómo le insertaban con fuerza un objeto firme en el ano (...) Fue retirado del suelo y arrastrado a una esquina de la estancia, donde se le ataron los pies. Se le quitó la venda de los ojos. Un flash le cegó temporalmente. Cuando recuperó la vista, vio a siete u ocho hombres de negro con pasamontañas".

Es uno de los párrafos que componen el documento de 97 páginas con el que el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos corrobora, por fin, lo que hasta ahora no era más que un rumor que corría desde 2003: la historia de Khaled El Masri, un vendedor de coches libanés que vivía en Alemania y que fue tomado por terrorista y retenido y torturado en una prisión afgana... por la propia CIA, convencida de que era un miembro de Al Qaeda que, desgraciadamente para el vendedor de coches, tenía un nombre parecido.

La CIA había llegado al fatal equívoco por no corroborar un inexplicable informe realizado por la policía de Macedonia, en el que se aseguraba que Khaled El Masri era el terrorista que Estados Unidos buscaba. Según las mismas autoridades, el hombre solo fue detenido bajo la sospecha de que viajaba con documentación falsa. A partir de ahí, en marzo de 2003, comenzó su calvario.

Khaled el Masri durante el juicio por agresión en Alemania en 2010, mostrando un evidente deterioro físico. (AP) …Hicieron falta cuatro meses, dos huelgas de hambre y la transferencia a más de una prisión secreta, para que la CIA reconociera su error. Así que transportaron a Khaled a Albania (pasó el trayecto con una pistola en la cabeza mientras se le gritaba que confesara que era miembro de Al Qaeda) y lo arrojaron al arcén de una carretera. Al poco, El Masri llegaba a Alemania donde le tocaría vivir la segunda parte de su calvario.

Primero, le costó que alguien se tomara en serio su historia, digna de una mala película; su mujer se había ido y su mente acusaba los meses de abuso. Según su abogado, empezó a sufrir brotes de paranoia y no ha dejado de tener problemas legales con las autoridades alemanas. (Está, de hecho, ahora en la cárcel por asaltar al alcalde de su ciudad durante un ataque de rabia; su pena fue extendida después de que golpeara a un guardia.)

Pero tuvo un curioso aliado contra el silencio de la CIA: su pelo. Un estudio detallado de sus folículos capilares confirmó que Khaled El Masri había estado en un país surasiático donde se le había privado de comer.

Esto llevó a que se abriera una investigación interna que se cerró, sin conclusiones, hace dos años. El presidente Obama se esfuerza mucho en no tener nada que ver con las acusaciones de tortura de la administración Bush. Ya que el principal crimen, la mala investigación del gobierno de Macedonia, ocurrió en Europa, el tribunal tomó cartas en el asunto.

En la sentencia, novedosa por ser la primera que culpa abiertamente a la CIA, obliga también al gobierno de Macedonia a pagar 60.000 euros en daños y perjuicios.

Fuente: Yahoo! US

 

 

 

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