viernes, 4 de septiembre de 2009

Educación en el culo del mundo


CABO SUELTO|ANTONIO LUCAS


* 04.09.2009

Están soltando bocinazos para alertarnos de un otoño brutal. Granizan parados bajo la hora lisa de septiembre, mientras la astillada casta política está ciscando el sistema sin tener ni puta idea de por dónde hay que tirar. Su inmunodeficiencia les lleva a teorizar mejor que a resolver. Y aquí estamos, adulterados por palabras que no dicen lo que esconden. La izquierda representa muy bien lo que busca la derecha, y viceversa. La única verdad la traen las estadísticas, con su cruel relato que exclama mejor que nosotros lo preciso.

En el argot del paro hay algo más que currelas jodidos y peones humillados. Dentro también ensaya su hastío una juventud abrasada por la bulimia de la quincalla política, que disimula su inoperancia con briosos planes que sólo contemplan los peores oficios. España acumula un 14% de postadolescentes sin estudios ni trabajo. En la fuerza de estos números veo muchos dimitidos potenciales, pero aquí no asume ni dios el gatillazo. Eso que parece tan elemental en otros países (dimitir, pirarse), en este jardín sequizo se confunde con el decoro despiadado. Resistir es acertar, piensan.

Tenemos que escoger entre ser la sociedad más dotada para fichar futbolistas o la mejor cualificada para hundir el barco. Ambos caminos anuncian un fracaso por su exceso paródico. Resulta más fácil trampear soluciones -franquicias de la idiotez- que no contemplan beneficio para los planes educativos. Hay que ser muy lerdo para no sospechar que la juventud siempre está pronosticando algo, aunque no lo sepa. Y esto de ahora (su protesta silenciosa) pinta mal. Es una obviedad, pero las obviedades se cumplen. Hay que coger los extintores cuando la estampa de la muchachada se resume en una banda de pibes sentados en un banco mirando el suelo. Se saben condenados a este medio ambiente de matorral donde los científicos con suerte se reciclan de soldadores y al resto, que somos de letras, no nos queda hueco ni en los soportales de La Boquería.

Este es un presente borde y banal. Quizá por eso tan favorable a Rajoy y a Zapatero. También a los que vinieron antes. Los colegios, los institutos y las universidades son nuestro verdadero euro. Pero no se enteran. De todas las medidas para salir de la crisis, ninguna se centra en las peonadas de chavales que vuelcan su desempleo y su asco en los chats. Muchos no saben de otra salida. En España cada vez hay más viejos prematuros. Peña tutelada por funcionarios sinuosos que malentienden la Educación pública y decente como un criadero de concejales, en el mejor de los casos. Así vamos remando hacia atrás, hasta el culo del mundo.

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