miércoles, 2 de noviembre de 2011

Narciso Ibañez Serrador!


Biografía de
Narciso Ibáñez Serrador


Narciso Ibáñez Serrador, “Chicho”, nació en Montevideo (Uruguay) el 4 de julio de 1935, cuando sus padres, Pepita Serrador y Narciso Ibáñez Menta estaban de gira por aquellas tierras. Desde sus primeros meses, el pequeño Narciso se acostumbró a viajar de un lado para otro acompañando a sus padres en sus funciones teatrales, y con ocho años realiza su primer papel doblando, para todos los países de habla hispana, al conejo “Tambor” en la película «Bambi».



Su infancia no fue fácil ya que sufría una enfermedad de la sangre llamada púrpura hemorrágica, que es una especie de hemofilia que se cura en la pubertad. Esta circunstancia le obligó a no ser como los demás niños de su edad; no podía jugar al fútbol, ni salir del aula en los recreos... Ahí empezó su afición por la lectura y los libros se convirtieron en sus grandes acompañantes, lo que le sirvió para desarrollar su imaginación y creatividad.





Su madre, Pepita Serrador, ha sido la mujer
más importante de su vida






Cuando sus padres se divorciaron, Chicho vino a España con su madre en 1947 y en Salamanca termina el Bachillerato a los 18 años de edad.



Desde entonces, inicia un nomadeo como joven aventurero por el mundo. Se enamoró de la hija de unos diplomáticos que vivían en El Cairo y para poder ir a verla se enroló en un mercante turco y recorrió el Mediterráneo y Oriente Medio. Para poder ganarse la vida, durante aquellos años trabajó como camarero, fotógrafo de prensa, contador de chistes en cabarets, guía turístico...



Después de aquella época de su vida, Narciso Ibáñez Serrador decidió dedicarse por completo al teatro, donde trabajó en todos los puestos posibles: maquinista, electricista, apuntador, regidor. Ya convertido en autor y actor, y como en España no se estrenaban sus obras, se marchó a Buenos Aires, donde en 1951 debutó con «Filomena Marturano». Su primera obra como director fue «El zoo de cristal», de Tennesse Williams. Además, escribió novelas radiofónicas y en 1957 estrenó su primera comedia, un monograma titulado «Obsesión», naciendo entonces Luis Peñafiel, pseudónimo con el que firmará toda su producción literaria. En Buenos Aires también tuvo la oportunidad de hacer televisión, donde aplicó su experiencia como actor, autor y director teatral.





En Buenos Aires también hizo televisión






Con la comedia «Aprobado en inocencia», que él mismo escribió bajo el pseudónimo de Luis Peñafiel pensando en que su madre la protagonizara, alcanza gran popularidad en Argentina y le depara alegrías como la Medalla de Oro de la Sociedad Argentina de Autores.



En 1959 contrajo matrimonio con su primera mujer, Adriana Gardiazábal, de quien se divorciaría dos años después.



Cuando regresa a España, la televisión cuenta con escasos años de existencia y acaba de empezar a verse en todo el territorio. El 9 de diciembre de 1963 aparece en la pequeña pantalla un programa titulado «Muerte bajo el sol», con guión de Luis Peñafiel y dirección e interpretación de Chicho Ibáñez Serrador. En octubre de 1964, ya es un realizador consagrado y se permite el lujo de montar dos series diferentes: «Historia de San Michele» y «Los Bulbos».



En 1966 se enfrenta con un género apasionante que impone en la televisión: el terror. Con «Historias para no dormir», Ibáñez Serrador se convierte en uno de los grandes de TVE. “El cumpleaños”, “La bodega”, “El tonel”, “La oferta”, “El doble”, “La cabaña”, “La alarma”... son títulos que siguen en la memoria de los televidentes. Pero, el capítulo que más éxito le daría sería “El asfalto”, en el que se veía a Narciso Ibáñez Menta hundiéndose en el asfalto de una calle de una gran ciudad. “El asfalto” ganó la Ninfa de Oro al mejor guión en el Festival de Montecarlo de 1967.





“El asfalto” es una de sus «Historias para
no dormir» más recordadas






Después de «Historias para no dormir», hace con Jaime de Armiñán «Historia de la frivolidad», a través de la que se narra la historia del erotismo y los esfuerzos denodados para ocultar los encantos del cuerpo humano, desde Adán y Eva, pasando por la Edad Media, el descubrimiento de América, “Romeo y Julieta”, la “belle epoque”, el nacimiento del cine, hasta llegar al siglo XX.





Irene Gutiérrez Caba en
«Historia de la frivolidad»






La cinta ganó el premio del Festival de Televisión de Montecarlo, considerándose como una de las mejores producciones de la historia de TVE, a pesar de que en su tiempo fue emitida en contra de la opinión del censor y a altas horas de la madrugada.



En la temporada 1967-1968 vuelve a aterrorizar a los españoles con una nueva entrega de sus «Historias para no dormir».

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