martes, 29 de julio de 2014

no te puedes fiar de "ellos"!!!! el clan de los pujol!!!





Jordi Pujol

Curiosamente, tras abandonar la Generalitat y dejar el partido en manos de su delfín, Artur Mas, al que seleccionó personalmente, Pujol mostró una paulatina radicalización ideológica. Durante su dilatado mandato no sólo rechazó expresamente el independentismo sin que ni siquiera llegó a proponer reforma estatutaria alguna. Su afán consistió en conseguir concesiones económicas para Cataluña, que efectivamente arrancó como contrapartidas a su intervencionismo en el Parlamento.
Una 'patacada' es, en catalán, un batacazo, un gran golpe, una caída aparatosa. Y eso, una 'patacada', es el término que más se utiliza en CDC para expresar plásticamente en hundimiento súbito de la figura de Jordi Pujol, el gran referente del catalanismo político, fundador hace ahora 40 años de Convergència Democrática de Catalunya, cooperador necesario de la Constitución de 1978 y del primer estatuto de autonomía de Cataluña, presidente de la Generalitat desde 1980 a 2003.
Jordi Pujol, de 84 años, fue sin duda el constructor más conspicuo de la identidad catalanista en el régimen actual, una suerte de nacionalismo en apariencia moderado que hacía de la colaboración con España un prurito esencial. Pujol garantizó de hecho la estabilidad gubernamental en tiempos de los gobiernos de UCD, en la última etapa de González en que el líder socialista tuvo que gobernar en minoría y en la primera legislatura de Aznar, en que el primer presidente del PP hubo de llegar a La Moncloa aupado por el Pacto del Majestic.
Retirado voluntariamente de la política activa en 2003 -en las elecciones que dieron paso al 'tripartito'-, Pujol, presidente de honor de CDC, se recluyó en su mundo intelectual, y, al frente del "Centre d'Estudis Jordi Pujol", una especie de pequeño Think Tank, se dedicó a impartir doctrina sobre principios, valores y creencias, imbuidas de la fuerte carga moralizante? que, con su estallido, ha volatilizado toda la herencia de patriarca. De un patriarca que ejerció su larguísimo mandato público sin cumplir con sus obligaciones fiscales, sin ejercer la auténtica ciudadanía de quien cumple las leyes y se siente a gusto en el marco tranquilizador del Estado de Derecho.
Pujol lanzó el pasado viernes su explosivo comunicado y se ha situado acto seguido, como dice irónicamente la prensa catalana, "fuera de cobertura", es decir, fuera del alcance de los medios. La confesión alcanza a una supuesta herencia recibida en 1980 y depositada en Andorra. El hecho es ya en sí mismo muy grave pero todo indica que la realidad es mucho más escabrosa.
En noviembre de 2012, la UDEF lanzó un extraño informe, finalmente no asumido por nadie pero publicado por la prensa, en el que se acusaba a Pujol de tener cuantiosos caudales en paraísos fiscales. Aquel libelo ?así hay que calificar a las acusaciones anónimas- llegaba a afirmar que en una sola de tales cuentas había 137 millones de euros. Pujol negó entonces enfáticamente tener cuentas fuera de España? Ahora, lógicamente, aquel desmentido mendaz no vale nada y es lógica la sospecha de que sólo ha salido a la luz la punta del iceberg.
¿Cómo se explica, entonces, que en la recta final de su vida Pujol rectificara toda su trayectoria de moderación y sentido conciliador y se declarase abiertamente independentista? ¿No sería legítimo interpretar esta mudanza como un deseo de salir del alcance de la Agencia Tributaria, que aparentemente empezó hace tiempo a seguir los pasos de sus actividades financieras en el exterior, a medida que se agrietaban los muros de los paraísos fiscales?
El alarde de los hijos
Algunos de los hijos de Jordi Pujol siguen la estela del padre, entre alardes de opulencia y llamadas de los juzgados. Oriol Pujol ha tenido que marcharse de la política, perseguido por supuesto tráfico de influencias. El independentismo catalán no puede mirarse, en fin, en el espejo de la saga del fundador de la ideología dominante de la Cataluña actual. Porque, evidentemente, el escándalo no es "privado y familiar", como dijo desatinadamente Artur Mas al ser requerido por los medios poco después de que saltara la gran noticia, sino público y desolador para quienes siguieron la estela de este político que nos engañó a todos y que quizá por ello se hizo acreedor muchas veces al título de estadista. Título que ha de serle rápidamente retirado para que no escarnezca ni un minuto más la pese a todo potente convicción democrática de esta sufrida ciudadanía catalana/española, que no merece tanta mezquindad.


Leer más:  Análisis | 'La patacaza' de Jordi Pujol, el hombre que nos engañó a todos - EcoDiario.es  http://ecodiario.eleconomista.es/interstitial/volver/50023286782/politica/noticias/5975049/07/14/Analisis-La-patacaza-de-Jordi-Pujol-el-hombre-que-nos-engano-a-todos.html#Kku8y6yGGV1kGHwM

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