María Ruiz | 3ºCAV
A la vicepresidenta de Economía, Elena Salgado, no le salen las cuentas para intentar salvar la Caja del Mediterráneo. El Estado, a través de un fondo creado al efecto, tenía que acudir al rescate. Pero para evitar el deterioro de las arcas públicas y conseguir el objetivo de llegar al 6% de déficit -impuesto por el BCE (Banco Central Europeo)- , Salgado comunicó ayer que el Gobierno va a aprobar la creación de un único Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Es decir, va a juntar los tres fondos que había: de los bancos, las cooperativas y las cajas. Y se va a instaurar uno que constará con un patrimonio neto de 6.593 millones. De aquí saldrá la ayuda a la CAM y demás cajas en las que el Estado ha suministrado dinero a través del FROB -el Fondo de Restauración Ordenada Bancaria, que tiene por objetivo reestructurar la banca y reforzar los recursos de estas- y que tengan problemas. Este FGD será el encargado de asumir las pérdidas que tengan.
Salgado, a través de un Real Decreto llevado al Consejo de Ministros, quiere que la Banca asuma el coste de la reestructuración de las Cajas. Pero tanto la banca como las cajas rurales están a disgusto ante esta situación, ya que no quieren que el Gobierno utilice su fondo de garantía para ayudar a las cajas de ahorros.
Para el Gobierno, esta medida del FGD da por concluido el proceso de restauración del sistema financiero. Al realizarse el fondo común, se evita que los 2.800 millones que ya han sido inyectados en la CAM computen como déficit, situando al Gobierno más de alcanzar su objetivo de minimizar el gasto. El proceso de reestructuración financiero terminará dentro de cinco años, cuando el FROB deje de participar en el capital de las cajas.
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