EL PERSONAJE DE LA SEMANA Albert Batlle NANDO GARCIA
No son pocos los que acusan de prepotencia al secretario de Serveis Penitenciaris de la Generalitat, Albert Batlle i Bastardas. El que fuera concejal de Relaciones Institucionales y Deportes del Ayuntamiento de Barcelona ha ocupado en los últimos días informativos de televisiones, radios y páginas de diarios por el anuncio del nuevo mapa de equipamientos penitenciarios catalanes.
Las ubicaciones de las cárceles han generado malestar entre los vecinos de diversas poblaciones. Algo que puede ser considerado tan lógico como habitual, máxime cuando la herencia que el anterior Govern dejó distó mucho de ser la ideal. Desde su nombramiento ha estado en el punto de mira de los sindicatos de las cárceles.Algo que puede pasar. Nadie se atreve a negar la complejidad de su cargo.
Los que le rodean dicen de Batlle, tan aficionado al deporte como a su FC Barcelona, que es un infatigable trabajador y que se pasa largas jornadas en la sede de Serveis Penitenciaris.Dedicación tampoco se le puede negar aunque eso debería ser habitual.
Desde que se hizo cargo de las cárceles, las críticas a su gestión han crecido de forma paralela al número de internos. Se le exigen soluciones y que sean rápidas para hacer frente a la sobrepoblación penitenciaria y seguro que gran parte de su trabajo diario se centra en buscar recursos donde probablemente no los hay.
Sin embargo, ningunear a los funcionarios, que también gestionan las prisiones, y además de cerca, imponerles las mismas pruebas físicas que a los Mossos d'Esquadra -tras denunciar a bombo y platillo que se habían producido malos tratos a reclusos durante el motín de Quatre Camins- y lo más grave, negar públicamente que se esté cambiando el sistema penitenciario catalán -como lleva semanas informando este diario a través de pactos y acuerdos para que terroristas lleguen a sus cárceles por primera vez- no es ni lógico ni normal.
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