martes, 17 de agosto de 2010
CHAVEZ ENCARCELA A UNA JUEZ
Chávez supera los límites de manipulación de la Justicia con el caso Afiuni
EL CASO de la juez María Lourdes Afiuni, en prisión desde hace ocho meses por haber decretado la libertad con medidas cautelares de un empresario, demuestra que Hugo Chávez ha superado ya todos los límites de manipulación de la Justicia.
Fue él quien por televisión instó a encerrar a la juez durante 30 años acusándola de «corrupción» y calificándola como «bandida». Inmediatamente, la Fiscalía ordenó su ingreso en la cárcel. La juez asegura hoy en EL MUNDO que sólo cumplió el Código Penal al liberar a un empresario -crítico con el régimen chavista- para quien la ONU había pedido medidas cautelares porque llevaba tres años preso sin sentencia firme. Como el acusado huyó del país, Chávez intentó demostrar, sin éxito, que Afiuni había recibido sobornos a cambio de su decisión.
La imputación de corrupción no puede sostenerse, pero la juez no sólo sigue presa, sino que su integridad corre peligro al compartir cárcel con reclusas que ella misma condenó. Su testimonio será de mucho interés para todos aquellos que aún defienden que Venezuela no es una dictadura.
El diario publica hoy también una entrevista con la Juez efectuada por su corresponsal Jaime López.
La entrevista destaca que la Juez vive con el miedo metido en el cuerpo: «No puedo salir de esta área, ir al comedor o al patio. Llevo ocho meses sin poder disfrutar del cielo abierto», afirma. Algunas internas la amenazan desde el otro lado del pasillo: «¡Te vamos a sacar los ojos!», le gritan. Algunas incluso han tratado de meterse en su habitación con un puñal artesanal.
La juez Afiuni insiste en que es «una presa de Hugo Chávez». «No he cometido ningún delito, él me condenó por televisión», señala para destacar que en audiencia preliminar no encontraron nada extraño en sus cuentas bancarias que demostraran que cobró dinero.
El gobierno de Venezuela ha hecho, hasta el momento, oídos sordos a las peticiones de liberación de la Juez llegadas desde diversas instituciones nacionales e internacionales.
Afiuni precisa que «el enfado de Chávez por televisión lo que hace es confirmar que Eligio Cedeño era un preso político… A él le pierde su boca», y añade que en su caso se trata de «una medida aleccionadora». «Detener a un juez por dictar una medida cautelar es un atropello. El sistema judicial en Venezuela falleció y perdió su autonomía. Los jueces tienen mucho miedo y obedecen al presidente. Sólo los que están retirados se atreven a denunciar lo que está pasando públicamente. La Fiscalía hace lo que le da la gana…».
Antes disfrutaba de un ordenador portátil, pero en Semana Santa se lo requisaron, según cuenta la entrevista. Su celda la comparte con otras dos presas, aunque sólo hay una litera con dos camas. «La cárcel está diseñada para 250 internas y estamos recluidas 714. Te puedes imaginar las condiciones», señala.
Como no puede ir a la cantina de la cárcel, Afiuni guarda debajo de su cama una pequeña cocina portátil que enchufa en el pasillo. Su madre es la encargada de llevarle la comida. «Mi situación es terrible. Si Chávez me va a mantener presa, que por lo menos sea en El Helicoide [sede de los servicios de inteligencia], donde están las esposas de los banqueros corruptos», asegura con ironía.
La Juez ha perdido 10 kilos desde que está encarcelada.
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