domingo, 1 de febrero de 2015

Una extensa red de 250 locutorios y carnicerías financia la yihad en Siria


Simpatizantes del EI usan la ruta española del hawala para enviar donativos. España es centro financiero del islamismo radical
España es unos de los centros financieros de la yihad en Siria e Irak, según alertan informes de los servicios de inteligencia e información españoles. Una extensa red de 250 locutorios, carnicerías y tiendas de alimentación constituyen la red hawala que mueve sin ningún control los ahorros de más de 150.000 musulmanes y está siendo aprovechada para enviar donativos al Estado Islámico (EI) y al Frente al Nusra, filial de Al Qaeda.

El circuito secreto de los hawaladares es, también, el vidrioso conducto por el que llegan a España desde los campamentos del norte de Siria los salarios que los muyahidines españoles cobran en las katibas (brigadas) del EI: 800 dólares los solteros y 1.200 los casados, según aseguran fuentes policiales. “Algunos están ayudando a sus familias y les envian dinero. El EI se ha convertido, también, en una empresa que paga y da trabajo”, afirma un responsable de la Comisaría General de Información de la Policía.

Alrededor de un centenar de jóvenes residentes en España, en su mayoría marroquíes, se han unido al EI. Al menos trece de ellos han fallecido, varios en acciones suicidas que han provocado decenas de muertos en las filas del Ejército de Bachar al Asad. Mandos de las Fuerzas de Seguridad admiten ignorar el número exacto de los que han viajado a Siria a hacer la yihad. “Es imposible saberlo”, reconoce un responsable.

Yihadistas envían por este canal sus sueldos a sus familias en España
La secreta red hawala en España la integran alrededor de 300 hawaladares (agentes hawala), en su mayoría paquistaníes, con oficinas clandestinas en Barcelona, Tarragona, Lleida, Bilbao, Santander, Valencia, Madrid , Logroño, León, Jaén y Almería, en otras ciudades en las que la comunidad paquistaní está muy arraigada. Su control es “practicamente nulo”, según reconocen mandos de la lucha antiterrorista. “Sabemos que a través de este circuito se está ayudando a la yihad en Siria”, asegura una agente operativo.

Este sistema de pago ancestral mueve en España los ahorros de unos 150.000 musulmanes, en su mayoría sirios, tunecinos, argelinos y especialmente paquistaníes, y no deja rastro ya que los pagos están basados en la confianza. Los agentes destruyen sus apuntes y contabilidad. El secreto y la inmediatez en los pagos la hacen muy atractiva. De esa esa opacidad se aprovechan las redes yihadistas para contribuir con sus donativos a financiar la yihad y apoyar al recién constituido califato.

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