lunes, 19 de julio de 2010

'El Péndulo' no era suficiente para sostenerlo!!!

Trabajadores del Tibidabo avisaron el mismo día del accidente de que el aparato chirriaba - La empresa de mantenimiento concluyó que no fallaba
REBECA CARRANCO - Barcelona - 19/07/2010

El sistema de anclaje de la atracción El Péndulo, que causó el pasado sábado la muerte de una joven de 15 años en el parque Tibidabo e hirió a otras dos menores, una de ellas de gravedad, no era suficiente. "La unión entre los cimientos y la estructura no era la adecuada", asegura un ingeniero, independiente y colegiado, consultado por este periódico tras examinar las imágenes del estado en el que ha quedado la atracción, y que pide anonimato.


El parque reabrirá el miércoles, como tenía previsto en su calendario
Las primeras investigaciones de los técnicos apuntan en la misma línea. Un fallo en el cálculo del peso que podían soportar los anclajes se dilucida como una de las principales hipótesis, según la agencia Efe. Los anclajes de la atracción están en perfecto estado, por lo que se descarta que cediesen por oxidación.

El ingeniero consultado apunta a dos motivos: o bien los tornillos que sujetaban el poste de la atracción, de 38 metros, estaban defectuosos, o bien el diseño del sistema de anclaje era insuficiente para aguantar la estructura. En el segundo caso, tres fórmulas hubiesen bastado para compensar el error: utilizar más tornillos, usarlos de mayor diámetro o separarlos más de la base.

¿Y por qué, si la base no era la adecuada, la atracción funcionó durante cuatro años sin que hubiese ningún accidente? Esa misma fuente habla de la "fatiga" de los materiales. "No siempre las roturas se producen de forma inmediata", explica. Y apunta a que posiblemente el "traqueteo continuado" de la atracción, que suelta en caída libre un brazo metálico de 25 metros a una velocidad de 100 kilómetros por hora, haya hecho disminuir su resistencia.

Además, varios trabajadores del parque Tibidabo alertaron tres horas y media antes del accidente de que la atracción chirriaba. La empresa de mantenimiento, SPIE, la revisó en 10 minutos y concluyó que no había ningún problema. Este periódico trató ayer sin éxito de ponerse en contacto con la compañía. La presidenta del Tibidabo (que gestiona la empresa pública Barcelona Serveis Municipals (BSM)) y concejal de Sarrià-Sant Gervasi, Sara Jaurrieta, aseguró ayer que no es la primera vez que una atracción hace ruidos anómalos. Fuentes del sector consultadas por este diario declararon, sin embargo, que no es habitual que un aparato de este tipo chirríe sin un motivo de peso.

Jaurrieta anunció también que, además de la investigación judicial y de la que ha abierto el propio parque, ha encargado una auditoría al Colegio de Ingenieros para conocer si los distintos controles diarios, semanales, mensuales y anuales del parque son los adecuados.

Todavía no se ha descartado si El Péndulo se reparará o si dejará de funcionar definitivamente. Mientras, los heridos en el accidente evolucionan favorablemente. El chico de 14 años que resultó herido fue dado de alta el mismo día. La joven de 15 años ingresada en el hospital Sant Joan de Déu se encontraba ayer en "estado leve", y se esperaba que en cuestión de horas recibiese el alta. La tercera herida, que fue operada la noche del sábado, seguía ayer "grave", pero no se teme por su vida, según explicó Jaurrieta en el mismo parque.Las ocho banderas de las más de siete hectáreas que forman el parque del Tibidabo lucían ayer a media asta y con un crespón negro. "Cuando lo hemos visto ya hemos pensado que pasaba algo", explicaba ayer Otulia Fernández, de 50 años. La mujer estaba en una esquina, medio escondida, junto a su sobrina Ainoa, de 13 años, y su marido José Solana, de 47. La cría iba dispuesta a subirse a todo. Incluso a El Péndulo. Pero se encontraron con la noticia del parque clausurado por la muerte de una adolescente en una de sus atracciones.

"Deberían cerrarla para siempre", defendió la mujer, presa de la indignación, al saber que quizá El Péndulo vuelva a abrirse al público. "Estas cosas siempre pasarán. Hay que saber dónde está el fallo y arreglarlo", terciaba su marido. Ainoa les miraba y se miraba el bañador, alternativamente. Había ido dispuesta a subirse a todas las atracciones de agua. "Nos iremos a la playa, ¿no?", la animaba su tío.

Precisamente, una de esas atracciones de agua, La Mina de Oro, estará también cerrada una temporada. El Péndulo cayó encima de la misma y rompió varios de los canales por los que pasa un barquito. Ayer, El Camino del Cielo, el que lleva hasta las dos atracciones, en el nivel uno del parque, estaba huérfano de niños. Un domingo cualquiera de verano, entre 4.000 y 6.000 personas visitan el parque.

En lugar de eso, dos agentes de los Mossos d'Esquadra pasaban unos pincelitos, ataviados con guantes blancos, a la base volcada del poste de El Péndulo. Otros dos agentes controlaban a todo aquel que se acercaba a la atracción destruida.

El aparato quedó reducido a un conjunto de hierros doblegados en el suelo. El parque desconoce cuánto tiempo se pasará la atracción ahí tirada, el tiempo que la investigación abierta por los Mossos d'Esquadra tarde en dilucidar qué ha ocurrido exactamente. El Tibidabo abrirá de nuevo el miércoles, como tenía previsto en su calendario.

Paralelamente, la presidenta del parque, Sara Jaurrieta, quiere cerciorarse con la auditoría externa del Colegio de Ingenieros de que todas las inspecciones que pasa el Tibidabo son adecuadas. Jaurrieta insistió ayer en que el conjunto de atracciones se someten a revisiones diarias, semanales, mensuales y anuales. La también concejal incidió en que es más de lo que les exige la normativa. El parque tiene un presupuesto anual de 12 millones de euros. De estos, 700.000 están destinados a seguridad.

Esa seguridad la pusieron en duda algunos ayer. Como el portavoz de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Forn, que criticó que los responsables del parque no detuvieran la atracción "cuando se había avisado de que las cosas no iban bien".

Desde Galapagar, el ministro de Fomento, José Blanco, aludió también al accidente y dijo que esperaba que se actuara "con la máxima diligencia para esclarecer lo ocurrido allí".

Por su parte, el presidente del grupo municipal del Partido Popular de Cataluña (PP), Alberto Fernández Díaz, pidió una auditoría técnica sobre la seguridad y el mantenimiento del parque de atracciones y que, una vez aclaradas las causas, se asuman "responsabilidades".

Y mientras fuera la tormenta arreciaba, algunos supieron sacar provecho de la situación. Como Marta Barreira, de 38 años, que bebía un refresco junto a sus dos hijos y su marido. "Hemos venido hoy porque sabíamos que hoy no habría mucha gente", confesó.

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