miércoles, 19 de noviembre de 2008

MUJERES EJEMPLARES



HÉROE DE LA CIENCIA:
DAME CICELY SAUNDERS

por Bárbara Field

Dra. Dame Cicely Saunders

Dame Cicely Saunders (22 de junio de 1918 al 14 de julio del 2005), fundó el hospicio moderno e inició un movimiento mundial para proveer de un cuidado compasivo al moribundo. Enfermera, trabajadora social y doctora, ella estableció nuevos métodos para el control del dolor y un acercamiento multifacético y holístico del cuidado. Esto condujo al desarrollo de una nueva especialidad médica, un cuidado paliativo y el hospicio contemporáneo.

“Tenemos que preocuparnos tanto con la calidad de vida como también por su duración”, declaró Dame Cicely, como es conocida afectuosamente en Inglaterra. Esta mujer pionera abrió el primer hospicio moderno en un suburbio residencial de Londres, en 1967. Actualmente, el Hospicio de St. Christopher, da la bienvenida a cerca de 4,000 visitantes anualmente y más de 50,000 profesionales del cuidado de la salud de todo el mundo lo visitan y se entrenan allí.

Al Inicio

Saunders era de una familia de buena posición pero el matrimonio de sus padres era infeliz y su madre era fría y despreocupada. No siendo alguien que se compadeciese de sí misma, Saunders empezó su educación universitaria en Oxford, en 1938, pero cuando la Segunda Guerra Mundial estalló, ella escogió la enfermería. En 1945, sus padres se divorciaron y ella se convirtió del agnosticismo a la cristiandad evangélica. “Recé por saber cómo servir mejor a Dios”, dijo ella. La respuesta llegó lo suficientemente pronto. “Mi historia en este campo viene desde 1948, cuando yo era una trabajadora social... conociendo a un joven polaco judío quien tenía un cáncer inoperable”, comenta Saunders. “Me sentí muy unida a él”. David Tasma había escapado del gueto de Warsaw y estaba muriendo en el hospital de Londres.

“Una Ventana en Tú Casa”

El dolor de Tasma, la soledad y la angustia tuvo un efecto profundo en Saunders. Ella visitó a Tasma frecuentemente en los últimos dos meses de su vida. Mientras que Saunders y Tasma conversaban acerca de la cercanía de su muerte, Saunders tuvo una revelación: “Me di cuenta que necesitábamos, no solamente de un mejor control del dolor sino también de un mejor cuidado de salud en general. La gente necesitaba del espacio para ser ellos mismos, yo acuñé el término ‘dolor total’, de mi entendimiento de que la gente moribunda tenía un dolor físico, espiritual, sicológico y social que debía ser tratado. He estado trabajando en eso desde entonces”.

A su muerte, Tasma legó sus 500 libras y dijo que él: “sería una ventana en tu hogar”. Como resultado de sus conversaciones y su regalo de amor, Saunders descubrió su misión: cesar toda clase de dolor al final de la vida. En una entrevista del 2002 para The Daily Telegraph de Londres, ella dijo: “No me he propuesto cambiar el mundo; me propuse hacer algo sobre el dolor”. El trabajo de Saunders era una “llamada personal basada en un compromiso religioso muy poderoso”, escribió David Clark, un profesor de cuidado paliativo del Colegio Médico Inglés y biógrafo de Saunders.

Una Doctora para el Moribundo

Comprometida por su misión, ella fue voluntaria del Hospicio de St. Joseph, en Londres. Debido a que a los pacientes se les percibía como más allá de toda ayuda, las monjas no se apegaban a pautas de control del dolor. Saunders aprendió a administrar morfina antes de que el dolor apareciera, por tanto, estando adelantada al dolor. Esto influenciaría más tarde sus ideas sobre el manejo del dolor y el tratamiento. Saunders ideó el proporcionarle a los pacientes un itinerario regular de control del dolor, el cual, en sus propias palabras: “Era como ondear una varita mágica sobre la situación”.

Hospicio de St. Christopher.
Su cirujano amigo le aconsejó de que si ella se iba a dedicar al manejo del dolor y el cuidado del enfermo terminal, la gente no le escucharía a una enfermera. Por tanto, a la edad de 33 años, en un tiempo cuando existían muy pocas mujeres doctoras, ella estudió para convertirse en doctora. Cuando obtuvo su título de doctora, en 1957, se convirtió en la primera doctora moderna en dedicar su carrera a los pacientes moribundos. Mientras que todavía trabajaba por el St. Joseph, ella conoció al segundo polo de su vida, Antoni Michniewicz de 60 años de edad. Él la inspiró a cómo nombrar a su propio hospicio para la gente en la etapa final de sus vidas. Él le sugirió que lo nombrara en nombre del santo patrón de los viajeros, St. Christopher. Le tomaría otros 10 años en abrir el Hospicio de St. Christopher, el primer hospicio moderno del mundo. Y ella gastaría más de 50 años trayendo de humanizar la experiencia de la muerte para los pacientes y sus familiares.

El Hospicio de St. Christopher

En 1967, el Hospicio de St. Christopher, en Londres, abrió y prendió la chispa del movimiento del hospicio moderno. La “ventana” de Tasma, es recordada con una simple hoja de vidrio en la entrada del hospicio. Claramente, Saunders tenía fuertes convicciones cristianas y sintió un llamado divino, pero su hospicio fue un refugio para la gente de todas las creencias. Saunders demostró ser una extraordinaria planificadora, administradora médica, enérgica recaudadora de fondos y publicista, así como también una visionaria apasionada. Ella creía de que “enfrentar a la muerte es enfrentar a la vida y llegar a términos con uno es aprender mucho acerca del otro”. Combinándo el cuidado clínico con la enseñanza y la investigación aquí había un verdadero hogar y santuario. Los pacientes podían ser tratados médicamente, así como realizar jardinería, escribir, arreglarse el cabello y tomar clases de arte.


Saunder se sintió todavía enamorada de otro hombre polaco, el artista Marian Bohusz Szyszko. Ellos se casaron cuando ella tenía 61 años y él tenía 79, y con una salud muy pobre. Ella cubrió las paredes del St. Christopher, adonde él llegó a vivir y a pintar, con sus pinturas. Él murió en el St. Christopher.

El Avance del Movimiento del Hospicio

En los años 60, los numerosos viajes a Nueva York, Los Ángeles y Boston de Saunders, establecieron las bases para la propagación de los hospicios. Después de brindar una confererencia en Yale, en una ocasión con Elisabeth Kubler Ross, Saunders inspiró a Florence Wald en Connecticut, a quien se le acredita la fundación del movimiento del hospicio en los Estados Unidos, en 1971.

Aún cuando ella era solamente un miembro de la audiencia, Dame Cicely era un guia para otros. “Me senté junto a ella en una charla a finales de los setenta”, dijo Ann Armstrong Dailey, fundador del Hospicio Internacional de Niños. “Ella era realmente majestuosa y tenía semejante destacada presencia”. Dailey agregó: “Su espíritu y su corazón son grandes. Ella rompió con toda clase de terrenos por este movimiento. Todos le estamos agradecidos a ella”.

En los tiempos en los que muchos apoyaban la eutanasia, Dame Cicely Saunders tenía un punto de vista diferente. Su visión: “condujo a un modelo que ha cambiado la cara de la muerte alrededor del mundo”, de acuerdo con los pioneros del hospicio. Existen actualmente, 8,000 hospicios en 100 países alrededor del mundo.

Su Legado

Dame Cicely murió de forma decorosa en el Hospicio de St.Christopher, en el año 2005, a la edad de 87 años. El periódico The New York Times, expresó: “Ella reorganizó el cuidado del enfermo terminal”. En un sentido más profundo, Saunders transformó el cómo cuidamos a aquellos con enfermedades terminales, así como el deprimente camino que contemplamos al morir.


Uno de sus legados, es el cambio en el manejo del dolor. Los cuestionados profesionales de Saunders, temían de que sus pacientes moribundos se volverían adictos a los medicamentos. En vez de responder al dolor con una sedación intermitente, el novedoso método de control del dolor de Saunders, proveía de un estado estable, en el cual el paciente moribundo podía permanecer consciente y mantener una buena calidad de vida.

Yendo más allá del dolor físico, una de las últimas contribuciones al cuidado de la salud, fue el concepto del “dolor total”. Esto incluye elementos físicos, emocionales, sociales y espirituales. Ella se centraba en el cuidado de la persona, en su totalidad, involucrando a los amigos y familiares en el cuidado. Esto llevó al desarrollo de una nueva especialidad, el cuidado paliativo, y la filosofía moderna del hospicio.

Cicely Saunders ofreció conferencias en forma amplia, publicó artículos, editó y escribió libros y lanzó la Fundación Cicely Saunders para promover la investigación del cuidado paliativo. La formidable líder hizo a Dame Comandante del Imperio Británico y ganadora del premio Templeton Prize (el premio anual más rico del mundo otorgado a un individuo) y se le otorgó también la prestigiosa Orden del Mérito de la Reina Elizabeth II. En el 2001, el Hospicio St. Christopher obtuvo el premio Conrad N. Hilton Humanitarian Prize, el premio humanitario más grande del mundo y la organización honró a Dame Cicely. En el 2005, la National Portrait Gallery reveló otro retrato de ella.

Dame Cicely Saunders era una mujer inglesa que tiene un impacto enorme en nuestro mundo. Y aún así, su filosofía es simple. Como ella le dijo a los pacientes: “Tú importas porque eres tú y tú importas hasta el último momento de tu vida”.

Escrito por Bárbara Field

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