domingo, 5 de diciembre de 2010
CORNADA DE LOBO
De tres balazos
04/12/2010 PEDRO TRAPIELLO
El día que la mataron, Rosina estaba de suerte... de cien tiros que la dieron, tan sólo uno fue de muerte ... con guitarrones y violines se cantaba este corrido mejicano rebozado en las burradas de pólvora que arden en el alma y en la historia de ese país desde mucho antes de Emiliano Zapata o de inventarse los bandoleros... y hace pocos días, al leer una noticia en las páginas de internacional, mi cuate, como que me rebotó en la memoria la musiquilla, pero pidiendo otra letra: El día que la mataron, Hermila estaba de suerte, no fueron unos cualquiera los que dictaron su muerte ...
Hermila García Quiñones, asesinada de tres disparos junto a su coche el 29 de noviembre, 38 años, soltera, sin hijos, ex-fiscal y, desde hacía sólo mes y medio, jefa de la policía de Meoqui, estado de Chihuahua, noventa chorvos a sus órdenes... y tardaron hora y media en llegar al lugar del crimen, aunque al poco se había recibido una llamada en comisaría diciendo que su jefa yacía muerta en la calle. Andan averiguando si fueron los narcos (es lo probable), pero también hay pesquisas entre los propios policías (un macho charro y con polla uniformada digiere no muy bien que una mujer sea su jefa y que, además, se niegue a ir del palo que se juega allí y quiera abrirse paso sólo con el código que da palos).
La foto de Hermila que acompaña a la noticia muestra a las claras una mujer de juventud bien resuelta, trigueña, decidida... y habrá que suponerla muy echada palante, porque para aceptar un cargo de esta naturaleza suicida en aquella zona fronteriza (sólo en lo que va de año han muerto cerca de tres mil personas allí) hay que tener algo más que pelotas y pelo en pecho. Hermila tenía el convencimiento de que eran posibles la ley, la paz y que un día su gente podría tener futuro y prosperar. Le duró poco su sueño... y la vida.
Que le vaya desde estas líneas el respeto enorme que se ha ganado y un beso que quiere ser también de dolor paisano, pues barrunto que esos apellidos suyos (hasta el nombre) suenan tan de aquí, que parecen delatar algún origen en esta montaña nuestra que nutrió la emigración leonesa a Méjico. Y si el pueblo donde la mataron se llama, además, Los García , con más razón.
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