EN LA FINAL DE LA COPA DEL REY DE 2009
EL HIJO MAYOR DEL EXPRESIDENTE DE LA GENERALITAT SE JACTÓ AL DÍA SIGUIENTE DE HABER COMPRADO 5.000 PITOS: "MIRA LA QUE HE LIADO... ¡MORT AL BORBÓ!"
arcelona.- Jordi Pujol Ferrusola, el hijo del expresidente de la Generalitat de Cataluña, fue el encargado de pagar los miles de silbatos que se utilizaron en la atronadora pitada al Rey y al himno de España en la final de la Copa del Rey de fútbol disputada el 13 de mayo de 2009 en el estadio de Mestalla (Valencia) entre el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao.
La exnovia de Jordi Pujol Jr., Victoria Álvarez Martín, así lo asegura, desvelando que el mayor de los Pujol se jactó ante ella de haber comprado “5.000 pitos”. “Mira la que he liado allá [en Valencia]. ¡Mort al Boirbó!”, le dijo por teléfono a la mañana siguiente de la pitada, tal y como cuenta su expareja al diario ‘El Mundo’.
Victoria Álvarez, que fue quien denunció en la Udef y en la Audiencia Nacional con todo lujo de detalles la corrupción del clan, afirma que “los hermanos Pujol son los que pagan de su bolsillo todos los actos que se organizan en Cataluña para boicotear actos en los que interviene el Rey o algún miembro de la Familia Real”.
Además, explica que Jordi Pujol Ferrusola ha satisfecho todas las facturas de las pegatinas azules con la leyenda CAT se colocan en las matrículas para tapar la E de España. De hecho, cuando Victoria Álvarez le pidió unos adhesivos para regalar a unos familiares independentistas, Pujol Ferrusola le dijo: “Te las doy, pero no las tires, que todo esto me cuesta una pasta”. Según su exnovia, las compra en Igualada (Barcelona), donde también confeccionó maillots con los colores de la llamada selección nacional de Cataluña para después regalárselos a ciclistas de las cuatro provincias de la comunidad.
VETE A TU PUTO PAÍS DE MIERDA"
La fobia antiespañola de Jordi Pujol Ferrusola no tiene límites, como queda patente en otro episodio que relata Victoria Álvarez. Fue en el restaurante Negro-Rojo, uno de los más chic de Barcelona. “Oye, ¿tú no hablas catalán o qué?”, le soltó al camarero, que era boliviano. “No”, dijo éste. “¿Y cuánto tiempo llevas en mi país, en Cataluña?”, enfatizó, dando una vuelta de tuerca más a su impertinencia. “Dos años más”, masculló el empleado. “¿Y no vas a ir a clase para aprender la lengua de esta tierra?”, insistió, encontrándose de nuevo con un ‘no’. “¡Lo que tienes que hacer es volverte ya a tu puto país de mierda, aquí no pueden venir ni estar los que no aprenden catalán. Vete ya a tu puto país de mierda!”, vociferó, fuera de sí, Jordi Pujol Ferrusola.
Fuente: LA VOZ LIBRE
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