Un obispo de lujos, ante un Papa de pobres
En medio de duras críticas por su modo de vida y gastos, el alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst dará explicaciones a Francisco.
Ciudad del Vaticano, Berlín. El papa Francisco consagró ayer el mundo a la Virgen María y pidió no ser cristianos “intermitentes”, al presidir en el Vaticano una misa ante 100 mil peregrinos y en presencia de la imagen “original” de Nuestra Señora de Fátima, llevada desde Portugal.
El pontífice argentino criticó la “cultura de lo provisional” y advirtió que el relativismo “está penetrando también en la vida de la fe”, por lo que exhortó a preguntarse: “¿Soy cristiano a ratos, o lo soy siempre?”.
Pero las palabras de Jorge Bergoglio, quien una y otra vez ha reclamado una Iglesia pobre para los pobres, parecieron chocar con las noticias relacionadas con un importante prelado alemán, cuya conducta parece en las antípodas de los valores y ejemplos franciscanos.
El obispo alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst, objeto de una fuerte controversia en su país por presunto despilfarro, viajará esta semana al Vaticano, en medio de crecientes reclamos para que presente su renuncia ante el Papa.
El prelado de Limburg (oeste de Alemania) viajará a Roma, indicaron el sábado fuentes de su diócesis, sin precisar la fecha. El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung había afirmado que pensaba hacerlo ese día, 48 horas antes de la llegada a la Santa Sede del presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, para abordar la cuestión con Francisco.
Zollitsch se distanció del obispo y mostró su “extrañeza” por los costos de la construcción de su nueva residencia en Limburg –valuada en 31 millones de euros– y demás escándalos que rodean al prelado, entre ellos un viaje de lujo a la India.
El diario denunció que el obispo intenta hacer valer sus influencias en la Curia, donde cuenta con el favor del prefecto de la Congregación de la Fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, quien habló de una “campaña” de hostigamiento en su contra. Zollitsch expresó horas atrás su “profunda preocupación” por el caso del obispo, cuyo estilo de vida ha sido tachado en el seno de la Iglesia alemana de pomposo y de estar en clara discrepancia con el precepto de modestia defendido por el actual Pontífice.
El jefe de la Conferencia Episcopal añadió que abordaría la cuestión con Francisco y recordó que no entra en sus competencias “pedir” la renuncia de un obispo, sino que ello debe ser una elección personal del afectado o “decisión papal”.
En la propia Iglesia Católica alemana se han sucedido en los últimos días las críticas y peticiones de renuncia del obispo, tras conocerse costos de su residencia y otros lujos.
Tebartz-van Elst
Sin modestia. Los costos de la residencia que se está construyendo saltaron de los cinco millones iniciales a 31 millones.
Números en baja. La Iglesia Católica tiene unos 24,5 millones de fieles en Alemania.
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