jueves, 13 de noviembre de 2014
La tos, un mecanismo de defensa beneficioso
Cuando va asociada a resfriados o gripes no necesita un tratamiento específico, pero sí cuando se trata de tos nerviosa
Barcelona (Redacción de Vivirmejor.com).- La tos no es una enfermedad. Es un síntoma y por eso hay que vigilarla cuando permanece en el tiempo. En la actualidad hay muchas personas que se ven afectadas por ella, y que sufren algún tipo de tos que, a diferencia de lo que estamos acostumbrados, persisten en el tiempo y son muy difíciles de eliminar. Para conocer más sobre los síntomas y las soluciones que existen hemos hablado con el Dr. Salvador Giménez, médico de familia.
¿Una tos si no se trata puede complicarse y afectar a los bronquios por ejemplo?
La tos en sí misma no es una enfermedad, es un síntoma que nos indica que hay alguna infección, inflamación o irritación en las vías respiratorias. Al mismo tiempo, la tos es un mecanismo de defensa, beneficioso, que nos ayuda a expulsar de las vías respiratorias algo que nos está produciendo lesión (moco, gases irritantes, etc.).
De entrada, ¿cómo recomienda que se trate una tos propia del invierno y de un resfriado?
La tos que se presenta con las infecciones respiratorias propias del invierno, fundamentalmente resfriados y gripe, es un síntoma frecuente que suele desaparecer una vez curada la infección. Inicialmente suele ser una tos más bien “seca”, de tipo inflamatorio o irritativo, durante los primeros días de la infección. Posteriormente suele hacerse más “blanda” y facilita la expulsión de la mucosidad producida por las vías aéreas en respuesta a la infección previa. No es infrecuente que la tos sea uno de los síntomas que más tarda en desaparecer tras un resfriado, a causa de la inflamación de la vía aérea producida por la infección, y que pueda durar una o dos semanas más que el resto de síntomas. Este tipo de tos normalmente no necesita un tratamiento específico. Con una hidratación abundante, unos dos litros de agua al día -6 a8 vasos de agua -, suele ser suficiente para que vaya mejorando progresivamente.
¿Es posible que un médico nos recete un antihistamínico (medicamentos que se dan habitualmente para una alergia) para tratar una tos?
Los antihistamínicos son los fármacos más comúnmente empleados para oponerse a la acción de la histamina, que es el mediador de los síntomas de la alergia. Estos fármacos pueden ser útiles cuando se presente un conjunto de síntomas como secreción nasal, lagrimeo, estornudos, picor en la nariz o el paladar, tos, etc., típicos de la alergia pero al mismo tiempo muy similares a los del resfriado. Los antihistamínicos pueden aliviar algunos de estos síntomas, aunque suelen tener poco efecto sobre la tos.
¿La tos nerviosa tiene tratamiento?
La tos nerviosa tiene unas características diferentes a los de la tos por infección, por un resfriado por ejemplo. En la tos nerviosa hay un círculo vicioso de irritación en la zona de la faringe o la laringe que hace aparecer la tos, que a su vez irrita la mucosa de esta zona de la vía aérea, que a su vez produce más tos, etc. Su tratamiento no es sencillo, y en ocasiones, además de medicación propia contra la tos, como la codeína, los antitusígenos o los corticoides inhalados, también hay que emplear fármacos para el tratamiento de la ansiedad, entre otros.
¿En qué casos hay que tomar un medicamento que fluidifique el moco, que lo haga más líquido y pueda expulsarse mejor?
Normalmente no suele ser necesario, ya que con una buena hidratación suele ser suficiente para ir aliviando la tos asociada a las infecciones respiratorias del invierno. En algunos casos con abundante mucosidad, espesa y difícil de expulsar, los mucolíticos pueden ser útiles, si bien no se recomienda abusar de ellos ni mantenerlos de forma prolongada.
¿La tos del asmático, que ahora con se recrudece con el frío, tiene tratamiento?
El asma es una enfermedad pulmonar que cursa con inflamación de las vías respiratorias, estrechamiento de los bronquios y dificultad para respirar, lo que se denomina disnea. La tos puede estar presente, pero no suele ser el síntoma más prominente. El tratamiento de un episodio de asma suele necesitar de los broncodilatadores y los corticoides inhalados o por vía oral. Los primeros para dilatar los bronquios estrechados y los segundos para reducir la inflamación bronquial. El objetivo del tratamiento es, por tanto, aliviar la dificultad respiratoria y mejorar el estado del paciente. Este tratamiento, al mismo tiempo, suele ser suficiente para aliviar también la tos.
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