sábado, 23 de abril de 2011

AUN HAY DUDAS DE QUIEN COMETIÓ LA MASACRE DEL 11M???

Federico Quevedo - 23/04/2011
Al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se le ha escapado un etarra. Un etarra peligroso, con ganas de venganza y en edad aún de cometer atentados. Si esto hubiera ocurrido en un contexto de lucha contra el terrorismo normal, lo consideraríamos un error, un grave error, pero error al fin y al cabo. Pero no estamos hablando de unas circunstancias normales en la lucha contra el terrorismo, sino de un escenario muy complicado en el que el Gobierno juega el papel de un agente extrañamente implicado en una solución al problema terrorista que poco tiene que ver con lo que los dos principales partidos políticos acordaron en el Pacto Antiterrorista que se cargó Rodríguez en la pasada legislatura.

Dicho de modo que se entienda: la fuga de Troitiño se produce en un ambiente de crecientes sospechas sobre la actitud del Gobierno respecto a ETA y su final, y da la sensación de que forma parte de ese capítulo de concesiones que los enviados del Gobierno pactaron con los terroristas durante el mal llamado 'proceso de paz', y del que todavía hoy estamos viviendo una dolorosa y larguísima resaca.

De entrada, se hizo extraña la decisión de los jueces a la hora de acortar la pena del terrorista pudiendo elegir la opción de no hacerlo, porque la ley permitía ambas opciones, y necesariamente viene a la memoria aquello de las togas y el polvo del camino... Pero lo peor ha sido después, cuando la Audiencia decidió dar marcha atrás pero el etarra, que será etarra pero no tonto, ha puesto pies en polvorosa. ¿Tenía el Gobierno la obligación de vigilarlo? A cualquiera con dos dedos de frente se le antoja que sí, que la tenía, incluso a pesar de que la ley diga que no se puede, cosa discutible teniendo en cuenta que el Tribunal Supremo avala ese tipo de vigilancias cuando se trata de individuos extremadamente peligrosos. Y me da a mí que un canalla con 22 asesinatos a sus espaldas no es precisamente una hermanita de la caridad, ¿no?

La fuga de Troitiño no es el producto de un error, sino la consecuencia de una política laxa y complaciente del Gobierno en la lucha contra ETA
Luego el Gobierno no cumplió con su obligación y hay que exigir responsabilidades. En este caso, también, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que, me van a perdonar, un Gobierno que se salta la ley a la torera para chivarse a unos terroristas de que van a por ellos y así no poner en peligro el 'proceso de paz' no puede esgrimir ahora el recto cumplimiento de la ley para no haber puesto vigilancia a Troitiño porque el proceso judicial contra él no estaba concluido...

La estrategia del palo y la zanahoria

La fuga de Troitiño no es el producto de un error, sino la consecuencia de una política laxa y complaciente del Gobierno en la lucha contra ETA. Sí, es verdad que Rubalcaba ha detenido a etarras y que bajo su mandato en Interior la cúpula de ETA ha caído no sé cuántas veces. Esto es lo que repite la vanguardia mediática del Gobierno hasta la saciedad, y no les falta razón, pero el Gobierno está jugando con ETA a la política del 'palo y zanahoria' con el único objetivo de conseguir un pronunciamiento de la banda antes de las elecciones que le permita al PSOE ofrecer algo positivo a la opinión pública, aunque sea a costa de hacer concesiones que llenan de vergüenza a las víctimas del terrorismo y suponen una afrenta al Estado de Derecho. El Gobierno habla y habla de su compromiso con el final de ETA y de la poca ayuda que le presta el PP, pero a la vista de los hechos sus palabras suenan vacías y falsas.

Fue el Gobierno de Rodríguez el que se llevó por delante la pasada legislatura el Pacto Antiterrorista, y todavía hoy es el día en el que Rodríguez no ha hecho nada por reeditar lo que él mismo propuso mientras entre bambalinas negociaba ya con la pandilla de canallas. Nada de lo que hace este Gobierno en materia de lucha contra el terrorismo es creíble, y da la sensación de que siguen jugando con unos y con otros hasta conseguir ese ansiado anuncio del fin de la violencia que tanto necesitan los socialistas para que salgan adelante sus cálculos electorales. El problema es que cuando se trata de ETA, los cálculos nunca salen bien. Rodríguez debería saberlo después de lo que ocurrió con la T-4, pero ya dice el refrán que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y Rodríguez es el único capaz de tropezar todos los días...

EL CONFIDENCIAL.

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