EL UNIVERSAL
domingo 27 de febrero de 2011 02:54 AM
Trípoli/El Cairo.- El líder libio Muamar Gadafi sigue atrincherado en Trípoli, que se encuentra controlada por milicias leales a su gobierno, y desafiando las sanciones que acaba de imponerle el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), informa este domingo Al Yazira.
Mientras tanto, el ex ministro de Justicia libio Mustafá Abdul Yalil ha anunciado que formará en el puerto de Benghazi un "gobierno de transición", destacó la agencia DPA.
Allí, aunque las antiguas estructuras de seguridad han colapsado la situación es tranquila, afirman residentes. "La Libia libre es estable. Eso demuestra que la gente puede gobernar el país", declaró Awad al Feituri desde el centro de información libio de Al Yazira.
Una mujer relató a la estación en una conversación telefónica que en Trípoli la situación es totalmente diferente: "Tengo miedo de salir a la calle porque hay disparos todo el tiempo". Las milicias controlan los bolsos, los carnets de identidad e incluso los teléfonos móviles, añadió.
La parte este del país sigue en manos de la oposición, según afirman fuentes de la revuelta.
Cifra de víctimas
Según las primeras estimaciones, en Benghazi murieron 750 personas. El número de víctimas mortales en toda Libia es de bastante más de mil, según el embajador libio ante la ONU Ibrahim Dabbashi.
El sábado el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una serie de sanciones a Gadafi y sus principales colaboradores e instruyó al Tribunal Penal Internacional de La Haya para que investigue los crímenes y violaciones a los derechos humanos que cometa el régimen.
La resolución 1970 pide al tribunal que investigue la brutal represión de las protestas, impone un embargo total de armas, prohíbe viajar al exterior y congela los bienes de Gadafi y 21 personas de su entorno, incluidos varios familiares.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró que la resolución adoptada hoy por unanimidad del Consejo de Seguridad es un "paso vital" hacia el fin de la represión en Libia, además de que proporciona alivio a las víctimas.
"Aunque por sí misma no parará la violencia y la represión, sí es un paso vital, una clara expresión de la voluntad de una comunidad de naciones unidas", afirmó el máximo responsable de la ONU, que participó en esa reunión.
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